Nacido en 1971, en Bélgica, comenzó como artista callejero de graffitis por los ´80 pero es en 2006 con
Burning Man en el desierto de Nevada que se hizo famoso con una instalación temporaria que se quemó al finalizar el festival.
Luego vinieron, en Bruselas en 2007, Cityscape, que se desarmó al poco tiempo, y otra en la Rue de Louvain que se mantuvo a largo plazo. Luego, Beirut, Shangai, New York.
Hoy por hoy es reconocido por su estilo internacionalmente. El Hotel Ruffles Monceau, previo a una reforma que implicaba una clausura temporal, lo convocó para que interviniera la fachada y los interiores, organizando un gran evento despedida previo al "upgrade". Si vamos a cerrar por reformas, vámonos con ruido, habrá dicho Monsieur encargado de marketing y quienes fueron, aún lo recuerdan: las maderas de demolición avanzando sobre los pisos de mármol en damero era una forma gráfica y elocuente de avisar el retiro provisorio.
Sus instalaciones implican numerosos recursos humanos, económicos y de procesamiento y manejo de materiales a gran escala, en alturas, y por varios países pero mientras sigue sorprendiendo con la ubicación, recorridos o intervenciones, habrá Quinze para rato...
¿No les gustaría ver algo así en su ciudad? Es del tipo de acciones que generan toda una movida de gente, todos con distintas miradas: algunos más artísticos , otros más filosóficos, otros más pragmáticos a los que les parezca un montón de maderas tiradas, pero en todo caso el debate se instala, la gente conversa e interactúa, el barrio se alborota un rato y la experiencia seguramente no es la de todos los días. Con eso, ya tiene varios puntos a favor.
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