Birdman cuenta la historia de un actor que busca por primera vez en su carrera el reconocimiento de sus pares y de la crítica. Ese actor es Micheal Keaton. En la ficción y en la vida real. Porque anoche era uno de los nominados a mejor actor por Birdman. Pero el destino le tenía preparada una jugada irónica, como la que cuenta la película que protagonizó.
Porque bien se puede decir que Birdman, la cinta dirigida por el mexicano Alejandro González Inárritu, fue la gran ganadora de la 87° edición de los premios de la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas, más conocidos como los Oscar. No solo se alzó con la estatuilla de la mejor película, sino que además se llevó la mejor dirección para Iñárritu, el mejor guión original y fotografía para el trabajo soberbio de Emmanuel Lubelzki.
Es decir que el gran perdedor de Birdman fue Keaton, sobre quien se sostiene todo el filme. Esa tan ansiada estatuilla fue para el joven inglés Eddie Redmayne por su actuación en La teoría del todo, encarnando al científico Stephen Hawking.
De la forma más dura y directa la academia reconoció la calidad de Birdman en una cantidad de rubros, pero le dio vuelta la cara a Keaton, el actor que busca de forma desesperada la redención con una película en serio, luego de haber tenido el valor de sacarse la máscara y la capa de superhéroe para niños. Luego de haber encarnado a Batman en la década de 1980 y 1990, Keaton había caído casi en el olvido. ¿Quién se acordaba de una película buena de Keaton luego? Ni él.
Así como Tarantino había recuperado a un arrumbado John Travolta en Pulp fiction, ahora González Iñárritu hacía volver a Keaton, le sacudía las alas quebradas al murciélago y lo ponía en primer plano para que el mundo lo apludiera de pie, en un filme que se burla del cine, que está lleno de guiños internos, que reflexiona sobre el sentido de la actuación, y tiene esa pizca de realismo mágico que parece provenir de las regiones calientes de América Latina, desde la mano detrás de la cámara.
Es plan era perfecto y ayer salió casi como estaba planeado. Estaba todo preparado para el festejo conjunto, para la foto sonriente, para la reverencia de todos. Era como en la película pero mejor aún porque no era ficción, era la materia con que trata Birdman: las diferencias abismales entre la mentira y la verdad, entre la actuación y la realidad.
La película tiene un guión inventivo y lleno de ritmo. Allí subieron al escenario del Dolby Theatre Iñárritu, más los guionistas Armando Bo, Nicolás Giacovone y Alexander Dinelaris. A su vez, el filme intenta imitar una toma única y el trabajo de fotografía y encuadres es asombroso. Por ello subió Lubezlki, que recibió el aplauso encendido de todos. Finalmente, la cinta tiene una excelente dirección de actores y premió a quien llevó la batuta de todo el asunto.
Iñárritu, emocionadísimo empuñando la estatuilla dorada en la mano, apuntó a Keaton y le dijo al mundo que en ese momento llevaba puestos los calzoncillos con los cuales el actor debió salir del teatro en la película y atravesar Broadway casi desnudo frente a la mirada de la gente. Desde su butaca, el actor mascaba chicle a mandíbula batiente porque todo parecía un picnic. Aplaudía y reía como un niño, dentro de su frac apretado, con sus lentes de armazón negro y pelo grisáceo.
Llegó el momento de la verdad y presentaron los clips de cada actor. De Keaton proyectaron una discusión con su hija, interpretada por Emma Stone, argumentando que intentaba hacer algo que valiera la pena. Algo como llevarse un Oscar, por ejemplo, y que todo Hollywood se pusiera de pie para reverenciarlo. Pero los votos de la academia no tuvieron piedad y le patearon el tablero de la fiesta.
Se podrá decir que no hay criterio ni justicia en la decisión, porque buena parte de la vida de Birdman depende de Keaton y su trabajo. Puede ser, pero los fallos son inapelables.
El pájaro superhéroe trinó alto anoche y voló hacia la gloria. Increíblemente, el actor no. En la película al final conseguía el ansiado reconocimiento. La realidad le demostró que nada es tan fácil, que puede más que la ficción.
Inicio de sesión
¿Todavía no tenés cuenta? Registrate ahora.
Para continuar con tu compra,
es necesario loguearse.
o iniciá sesión con tu cuenta de:
Disfrutá El Observador. Accedé a noticias desde cualquier dispositivo y recibí titulares por e-mail según los intereses que elijas.
Crear Cuenta
¿Ya tenés una cuenta? Iniciá sesión.
Gracias por registrarte.
Nombre
Contenido exclusivo de
Sé parte, pasá de informarte a formar tu opinión.
Si ya sos suscriptor Member, iniciá sesión acá