Camilo dos Santos

Blancos darán un "tratamiento exprés" al caso Moreira para expulsarlo del partido

El viernes fue un día de angustia y tensión entre los nacionalistas, que brindaron dos conferencias de prensa casi en simultáneo

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19 de octubre de 2019 a las 05:02

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Por Natalia Gold y Joaquín Silva

¿Querés ir en el medio, Jorge?”, le preguntó Luis Lacalle Pou a Larrañaga cuando estaban por sentarse para dar una conferencia de prensa luego de que se divulgaran audios del intendente de Colonia, Carlos Moreira, en los que ofrece renovar una pasantía a cambio de sexo. Larrañaga decidió sentarse a la derecha y que el candidato blanco estuviera en el centro, con Beatriz Argimón a su izquierda. Las caras de los tres mostraban tristeza y enojo. 

El cierre de campaña en Melo, Cerro Largo, tuvo como larga antesala la decisión del Partido Nacional de enviar a Moreira a la comisión de ética blanca y la de Larrañaga de expulsarlo de sus filas. El hotel Crown iba a ser lugar de descanso de los nacionalistas pero se transformó en salón de conferencia de prensa para anunciar los pasos a seguir. Dirigentes blancos miraban en una televisión del lobby del hotel la conferencia de prensa que Moreira dio en Montevideo. Lacalle Pou prefirió mirarla en privado y llamar a Moreira apenas terminó.   

Larrañaga se quedó apartado de la recepción del hotel. Miraba su celular sin parar mientras escuchaba al intendente de Colonia dar explicaciones acompañado de sus hijos. Solo levantó la vista al oír que quien lo secunda como candidato al Senado por Alianza Nacional se había sorprendido por la actitud del líder wilsonista. 

“Me ha dolido profundamente”, fue lo que dijo Moreira en ese momento desde la capital, en una sala del hotel Embajador y recordó que fue el sostén de Larrañaga cuando su sector estuvo al filo de la desintegración. 

El escándalo de los audios de Moreira explotó en filas nacionalistas a nueve días de la elección nacional y, por eso, los blancos procuran un tratamiento exprés para expulsarlo del partido. De hecho, un integrante de la comisión de ética dijo a El Observador que se reunirán “lo antes posible” para resolver. En el caso puntual de Alianza Nacional analizan reclarmarle que deje constancia ante la Corte Electoral que en caso de ganar la banca al Senado no asumirá. 

La caminata

Las luces de las cámaras mostraban la transpiración del rostro de Moreira. Respondía con vehemencia las preguntas de los periodistas: ¿había incurrido en acoso? ¿En corrupción? ¿Iba a renunciar a su cargo de intendente? A todo decía  que no, para desilusión de los blancos, que esperaban que el jerarca comunal dijera sin titubeos que iba a dar un paso al costado. 

Su negativa a hacerlo caldeó aún más el ambiente entre los blancos reunidos en el hotel Crown, en donde la conferencia prevista casi en simultáneo con la de Moreira tuvo lugar media hora más tarde.

Una vez que Argimón, Lacalle Pou y Larrañaga se sentaron, el discurso fue prácticamente homogéneo. Los tres remarcaron que era un día triste y una situación inesperada que los obligaba a actuar con rapidez.   

Larrañaga fue el encargado de anunciar que habían desvinculado a Moreira del sector y que su caso sería analizado por la comisión de ética. Argimón pidió a sus integrantes que se reunieran de forma inmediata ya que la situación se tratará en el menor tiempo posible. En filas blancas apuntan a la expulsión del intendente, pero para eso deberá primero pasar por los pasos que prevé la carta orgánica del partido. 

“Por las características de los episodios, por encima de los tiempos electorales. Si hay algo importante en estos tiempos, es que estos temas no tienen doble lectura. Efectivamente ya está convocada la comisión de ética”, afirmó la candidata a vice que también es presidenta del Directorio, por lo que fue ella la que tuvo que interceder.   

Pero el intendente todavía no tenía esa información cuando sobre las 17:15 se abría paso por entre los focos y las preguntas por lo bajo de los periodistas. Caminaba con la misma lentitud con la que había entrado. “Vamos, viejo”, lo apuraba su hijo cada vez que el dirigente se detenía a contestar. Del otro lado, más tímida, acompañaba su otra hija.   

Ya en la vereda, por la calle San José, se dirigió hasta los semáforos de Zelmar Michellini para cruzar y volver a la camioneta. Y cuando pasó por la puerta del Cine Metro, un joven que entraba al edificio empezó a gritarle con sorna: “Intendente, se precisan pasantías para las chicas acá”. Moreira lo miró y, con una sonrisa irónica, le dijo: “Sí, seguro. Tengo para vos”. 

Lo que sigue

La aspiración de los blancos es que, en caso de que obtenga los votos para ser senador, Moreira no asuma. Pero esa es en realidad una decisión que corre por su cuenta. La Corte Electoral no puede darle de baja de la lista por los tiempos electorales que corren y si obtiene la banca, será suya y no del partido. 

El intendente de Colonia está segundo en la lista después de Larrañaga y su suplente es Jorge Gandini, que encabeza la lista a Diputados por Montevideo.
El ambiente del hotel Crown era opuesto a lo que se vivía a pocas cuadras. La tristeza en la cara de los líderes blancos contrastaba con la alegría de la militancia. Por eso, al subir al escenario la fórmula nacionalista intentó olvidar lo que había sucedido hacía menos de tres horas, y que fue definido por Lacalle Pou como parte de los “sinsabores de la política” y llamó a los dirigentes a no “mirar para el costado”. 

“Tengo históricamente un compromiso con las mujeres, y por supuesto con las mujeres del Partido Nacional. Sentí la necesidad de comprometerme con seguir con ciertas luchas de las mujeres del partido. Por eso acá redoblo mi compromiso con la lucha contra todo tipo de abuso. Tengo la suerte de decir que hoy frente a un triste episodio estuvo todo el partido unido para enviar una situación a la comisión de ética”, dijo Argimón apenas subió al escenario ante cientos de militantes. “Es ahora compañeros. A trabajar por eso”, remató y dio paso a Lacalle Pou. 

El líder nacionalista paró el acto para bromear con un militante por un apellido que repetía y que no sabía a quién se refería. “Hoy estamos a pocos días de las elecciones. Algunos dicen que no falta nada y otros que es una vida. Creo que los dos tienen razón, porque cada día se vive con el corazón saliéndose del pecho”, dijo y agradeció a los militantes por “la energía”. 

“Tenemos que demostrar que estamos realmente preparados para gobernar. La campaña electoral no es solo sortear obstáculos, es una prueba de que tenemos la capacidad de soportar las presiones y las presiones de manejarnos con paciencia y con prudencia y no perder los estribos”, dijo algunos segundos después.   

“Estoy orgulloso del equipo que hemos formado tanto político como técnico, que soporta y aguanta esa presión y ese peso”, agregó. Lacalle Pou agradeció especialmente a Argimón el “estar hombro a hombro” y con “una sensibilidad y coraje” distintos. “Cada vez que uno se queda un poco, el otro viene y lo empuja”, sostuvo.   

Si bien en sus discursos suele manejar esos conceptos, este viernes dedicó más tiempo a reflexionar sobre el rol de los dirigentes políticos.  
Para el candidato, “la confianza se gana y se construye con el ejemplo” que tienen que dar “por ser dirigentes políticos”. Lacalle Pou hizo esas reflexiones en un departamento “blanco como costilla de bagual” en el que intentó que el caso de Moreira no le opacara la fiesta. 

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