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4 de noviembre 2021 - 7:31hs

Hace 17 años y medio, Rafael Staricco cursaba la carrera de Ingeniería en la Udelar. Varios de sus compañeros de facultad trabajaban en la empresa Isbel y notó que en forma bastante rápida llegaban a "interactuar con tecnologías". Por esa razón ingresó también como pasante. Fue el inicio de lo que considera un "viaje espectacular" del que se siente orgulloso.

"Me permitió terminar la carrera, aprender muchas cosas. Me fueron dando responsabilidades. Pasé por muchos roles. Al principio roles más técnicos, después más comerciales. Luego llegó el nuevo trabajo de ser jefe y líder. Fue todo un cambio. En 2012 empecé un proceso que terminó en 2014 al tomar la posición de gerente general. En 2019 tuve la oportunidad de entrar como accionista minoritario. Estoy sumamente agradecido a toda la gente que me dio oportunidades, que me dejó errarle,ya que es parte del proceso", resumió. 

Según Staricco el grupo tiene en el adn el concepto de desarrollo interno: muchos de los que hoy son gerentes empezaron de la misma manera que él. "Hoy tenemos el legado de seguir predicando por lo que cuando aparecen nuevos desafíos lo primero es mirar hacia adentro. La herramienta para el desarrollo de las personas es un desafìo concreto, importante, bien definido y acompañado con apoyo y feedback. "Estamos convencidos de eso y lo llevamos a la práctica", comentó.

La marca Quantik fue presentada la semana pasada como un paraguas que agrupa las tres empresas bajo un mismo nombre.

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Isbel nació en 1979 como la división de Comunicaciones de la fábrica TEM. Se dedicada a la venta de centrales telefónicas privadas. En 1985 pasó a operar de forma autónoma y nace la marca Isbel como tal. En la década de 1990 se destaca el gran proyecto del call center Informes de guía de Antel, y en los 2000 inicia la internacionalización.

En 2003, surge Synapsis, que brinda servicios de outsourcing potenciados por automatizaciones y en 2016 se crea una unidad de innovación interna, de la que nacen productos como Hey Now, que utilizan inteligencia artificial y machine learning. 

Hoy el grupo Quantik, con una facturación de unos US$ 40 millones, cuenta con más de 900 clientes activos en más de 20 países y  tiene más de 600 empleados.

¿Qué significa la nueva marca Quantik?

Es la culminación de un proceso de trabajo de un año. El objetivo era resolver una materia pendiente que teníamos respecto a comunicar de una forma más alineada con lo que somos y estamos haciendo, y cómo nos proyectamos. Los últimos años fueron de mucha evolución y el foco estuvo en la ejecución, por lo que eso nos había quedado para atrás.

El proceso terminó en este hito. Pero no es solo un cambio de logo o la aparición de una nueva marca. Es de verdad un hito de cara a cómo nos presentamos hacia el mundo. Tiene que ver con ordenar el discurso. Es algo que no es fácil cuando haces cosas variadas.

No es que empecemos a trabajar distinto. Es una continuidad. El grupo ya existía con las tres empresas. Lo que hicimos fue crear una nueva marca que lo representa. Esa marca está compuesta por submarcas que comprenden las tres grandes disciplinas que hacemos hoy. Una es la integración de tecnología (Isbel), otra es el outsourcing tecnológico (Synapsis). También habíamos hecho un spin off, con productos tecnológicos propios como bots y Hey Now, que ahora se llama qubox.

Hoy hay un discurso mucho más claro que ordena bien lo que hacemos y unifica en valores y forma de concebir el trabajo en equipo y cliente céntrico.

Yo estoy a cargo como CEO corporativo, y hay distintos responsables de unidad de negocio. Hay áreas transversales que dan servicio a las tres compañía: finanzas, recursos humanos, marketing.

Es bien un esquema de grupo. 

¿Por qué el nombre Quantik?

En el proceso nos acompañó la agencia I+D con la que trabajamos bárbaro. Conoció el espíritu y surgió como una de las propuestas. Es una mezcla por el lado de la calidad, de lo cuantitiavo , de crecer y proyectarse. También una característica nuestra es el gusto por enfrentar nuevos desafíos. Eso es lo cuántico, atravesar las fronteras. 

¿Cómo definiría hoy el negocio del grupo?

Son tres negocios distintos que están unidos por un hilo conductor que es la tecnología. Uno es el negocio de la integración, que es armar soluciones tecnológicas combinando productos de fabricantes (Isbel tiene más de 50 business partners). Se trata de aprender de esas tecnologías, y armar una solución. Trabajamos con empresas, operadores de telecomunicaciones, ciudades inteligentes.

En tanto el outsourcing evolucionó de un modo call center a outsourcing de procesos con una fuerte participación de la tecnología. Si las empresas quieren tercerizar un proceso no solo le ponemos gente sino que se aplica tecnología para resolverlo. Si se necesita gente, también lo hacemos. Lo otro es la fabricación de productos. Es una cuestión de generación de propiedad intelectual, iniciativas como mini startups que terminan en productos que tienen al mundo como mercado. Ahí el fabricante somos nosotros.

Diego Battiste Rafael Staricco

¿En qué momento está el grupo hoy?

Las empresas tienen distinto nivel de maduración, diferentes estadíos. La fabricante de productos es la más jóven. Estamos con un producto creciendo en Latinoamérica, otros en proceso de descubrimiento, probando si hay una necesidad a cubrir. 

Las otras dos empresas tienen una posición más madura, de crecimiento a nivel internacional. Hace tiempo que trabajan para el exterior. Nos hemos diversificado bastante y la idea es seguir haciéndolo. En Isbel, las comunicaciones siguen siendo parte del core business, pero se ha expandido mucho. Hoy las comunicaciones están dentro de aplicaciones, en el mundo de internet de las cosas. También está el tema  de ciberseguridad, inteligencia artificial. Hoy el abanico es amplio. 

¿Qué les ha implicado ese abanico amplio?

El desarrollo del músculo para enfrentar nuevos desafíos. Necesitás algunas habilidades más. El software pasa a tener una preponderancia muy importante. Necesitas gente muy adaptable. La experiencia siempre suma pero el valor de la adaptabilidad es clave. Estamos constantemente investigando nuevas tecnologías. Hay que tener el ojo entrenado para ver lo que está bueno o no para determinado cliente. También entender el negocio del cliente. No se trata de vender tecnología.

Algo que definimos fue el propósito del grupo. Más allá de que sea dar servicios, integraciones, proyectos o fabricando proyectos, lo que queremos es impactar de verdad en la calidad de vida de las personas usando tecnología y servicios de una forma apropiada. Se trata de mejorar las organizaciones y por transitiva la vida de las personas. Desde el proceso de vacunación que todo el mundo se agendó de forma automática, pasando por los medidores inteligentes de la UTE, que hoy permiten tener tarifas en función del horario gracias a esa red montada, a lo que se viene con 5G, que va a ser una revolución para la que nos estamos preparando. 

Que la tecnología sea un facilitador del trabajo de las organizaciones y la interacción de nuestro día a día.

¿Cómo se posicionan en el exterior?

El exterior siempre fue un desafío. siempre el grupo miró hacia afuera. La internacionalización es una forma de crecimiento. Lo hemos hecho en modo filial. tenemos una oficina en el Caribe, en República Dominicana. Los productos que desarrollamos se venden también en el exterior. De los bots tenemos más clientes en el exterior que en Uruguay.

Y muchos servicios se realizan desde aquí. Es muy interesante. la tecnología permite realizar buena parte de la entrega de proyectos de forma remota. Hoy Isbel está implementando redes de operadoras en Colombia y Perú. Synapsis está dando servicios a empresas de EEUU, y a uno de los e-commerce más grandes que ha llegado a Latinoamérica.

¿Cómo está viendo el sector tecnológico uruguayo? 

Uruguay tienen una muy buena oportunidad en tecnología. A uno le toca ir al exterior a visitar clientes, y se ve que la imagen del profesional tecnológico uruguayo es respetada. Tenemos la limitante con la que batallamos en el sector que es la disponibilidad de recursos humanos, pero hay una oportunidad terrible. Se están haciendo cosas, por el sector, cosas muy buenas.

Hay una muy buena sinergia en la Cámara Uruguaya de Tecnologías de la Información (Cuti). Testuruguay es un ejemplo de las cosas que se están haciendo para decir "vengan a probarnos que de verdad acá se pueden hacer cosas buenas". 

Antes de la pandemia, la tecnología ya no era opcional, pero el covid-19 aceleró muchos tiempos y demostró que se pueden hacer cosas diferentes. No quiere decir que quede todo en modo pandemia, pero sí va a quedar distinto. Las empresas tecnológica aportamos nuestro granito de arena. Creo que se ha potenciado el sector. Tiene una gran oportunidad hacia el exterior. las fronteras se bajaron. Obviamente no es fácil, requiere mucho esfuerzo hacerse conocer. Pero es algo que fomenta la Cuti y se ve un espíritu colaborativo sumamente sano. 

¿Qué dejó la pandemia a nivel laboral?

Aparecieron otros desafíos. Ahora está el del trabajo híbrido. En mi opinón es lo que va a quedar. Es lo que estamos viviendo en la empresa y promoviendo también.

Otro gran desafío son los temas de ciberseguridad. Las fronteras de la empresa se extendieron a las casas, hay otros requerimientos. También todo el tema de canales digitales. Las empresas que no estaban preparadas para atender a sus clientes, ahora son los canales que más usan. Antes se hacía presencial o por teléfono, y hoy empiezan a haber mecanismos como la huella de voz o la identificación facial, que hacen que el trámite sea más fluido pero a la interna hay que prepararse.

Hace un mes, publicó un artículo en LinkedIn titulado "¿Se puede ser buen líder y disfrutar la vida?. Allí comparte algunas ideas como la de no aceptar reuniones fuera del horario de trabajo o agendar tiempo para actividades personales. ¿Por qué quiso comunicar esto?

A diferencia de otras industrias que se frenaron, (para las empresas tecnológicas) fue un año y medio muy intenso de trabajo, porque había que estar ahí. Escribí eso porque históricamente no fui el mejor ejemplo, y cuando uno va creciendo y está en una posición de liderazgo uno tiene que contagiar. La pandemia ayudó a darle valor a cosas que dábamos por sentado.Creo que de verdad es posible manejar el equilibrio. Hay que saber priorizar. Se puede con organización personal y al darse espacio para uno mismo y la familia. Los líderes tienen que ser el ejemplo. Si yo te mando un mail el domingo a las 17.00, ¿qué se esperaría que hagas? Claro que excepciones pueden haber, pero si son todas excepciones entonces hay algo estructural que hay que revisar.

Uno puede tener responsabilidades y tener un buen equilibrio. Hay que proponerselo. 

 
 
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