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Colágeno: ¿Vale la pena?

Cuáles son los pro y contras de esta proteína estructural de tejido conectivo
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27 de febrero de 2020 a las 05:01

El colágeno es una proteína estructural del tejido conectivo, que en general identificamos con la piel, los cartílagos, los tendones y los huesos. No es de sorprender que esté de moda para mejorar la estructura de la piel!

En los últimos años también se está llegando a la comprensión de que forma parte de un compartimiento vasto y continuo que abarca todo el cuerpo – interpenetra, rodea y sostiene todos los órganos, músculos, huesos, fibras nerviosas, nuestro sistema circulatorio, en fin, nuestro cuerpo entero – y que tiene funciones que se van conociendo cada vez más.  

Si lo pensamos así, el colágeno adquiere todavía más importancia de la que podríamos pensar en darle. ¿Pero hay que suplementarlo? Vamos por partes.

¿Quién lo produce? 

Un grupo de células especializadas que saben fabricar diferentes tipos de colágeno según sea para la piel, las “fascias”, los huesos, los ligamentos, etc. Como todas nuestras células, ellas saben lo que hacen (tienen las instrucciones guardaditas en su núcleo donde están los “planos” de cómo fabricarnos) y lo que necesitan de nuestra parte son sólo algunos aportes: los nutrientes necesarios, el estímulo adecuado y la oportunidad de trabajar tranquilas durante un sueño reparador. 

Cuando pensamos en cuidar a nuestras células y por ende nuestra producción de colágeno hay otro factor fundamental a tener en cuenta. En estos momentos estamos siendo rodeados de unos cuantos factores perjudiciales que antes no enfrentábamos (polución, agujero de ozono, falta endémica de sueño, contaminación sonora, pocas oportunidades de movernos físicamente, alimentos cada vez más ultraprocesados), por eso también nos piden que las ayudemos protegiéndolas de estas realidades.

¿Qué necesitamos darle al cuerpo?

Ya que el colágeno es una proteína, claramente necesitamos consumir alimentos “proteicos” – yogur, huevos, pescado, aves, carnes rojas (siempre es preferible alimentados a pasto, nunca a grano) son las fuentes más recomendadas para cubrir nuestros requerimientos proteicos, pero las nueces, semillas “oleosas” como girasol, lino, chía, los granos enteros y las leguminosas también son buenas fuentes.  En este último caso debemos aprender a combinarlas bien entre sí para que estén representados todos los aminoácidos. 

Lo interesante es que el colágeno necesita una buena cantidad de algunos aminoácidos esenciales – por ejemplo leucina – pero también otros no esenciales como la glicina, la prolina. No importan los nombres de cada aminoácido, pero sí es interesante tomar nota que estos últimos pasan a ser esenciales en períodos de enfermedad o estrés. Así que necesitamos cuidarnos más en momentos de estrés; léase comer mejor, descansar más, ¡precisamente lo que muchas veces dejamos de hacer! 

Si estás en un momento así ahora, vale la pena hacer pequeños cambios para navegar mejor esta etapa. Y si ya sabes que se viene una etapa difícil en el trabajo o estudios, armar una estrategia para cuidarte y minimizar los efectos del estrés rinde más de lo que pensás. Pensá cómo podés mejorar tu alimentación (cuidando estas fuentes que veíamos arriba), tal vez consultando con tu médico de cabecera si vale la pena suplementar con vitaminas o simplemente priorizando tu descanso. 

¿Algún nutriente más? 

Hay varios otros nutrientes que necesitamos muy especialmente para ayudar a nuestras células especializadas afabricar colágeno y que hagan su trabajo cada vez mejor, pero se destaca la vitamina C que tiene varios roles, entre ellos es un cofactor en reacciones químicas que sintetizan colágeno.

Cuando nos preguntamos qué nos conviene comer para que nuestro colágeno esté lo mejor posible, está bueno recordar lo que dijimos más arriba: hay diferentes tipos según la función que cumple.

El que compone los tendones es bastante resistente y se recambia más bien lentamente, o sea que los cambios en la alimentación lo van a afectar más tardíamente, en cambio otros tipos tienen vidas medias más cortas y podrían responder bastante rápido a los cambios en la dieta.

¿Y qué pasa con los suplementos de colágeno?

Allá cuando yo era estudiante nos explicaban que el colágeno era una proteína "incompleta", "la única proteína incompleta de origen animal". ¿Por qué? Porque NO tiene todos los aminoácidos esenciales necesarios para formar tejidos.

Por eso, cuando vi que se empezaba a usar colágeno como suplemento me resultó un tanto extraño. Lo cierto es que algunos tipos de colágeno pueden aliviar temas articulares y es posible que tu médico te lo haya indicado por ese motivo.

De no ser así, no tiene mucho sentido usarlo, porque no te va a aportar nada que los alimentos no aporten. De hecho, cuando priorizás mejorar tu alimentación como tu principal fuente para el colágeno, podés priorizar su calidad y eso sí hace la diferencia.

Vale la pena destacar también que algunos suplementos de colágeno pueden tener efectos secundarios como reacciones alérgicas e incluso dolores articulares.

Como recomendación general priorizá cuidar tu colágeno desde la alimentación, la actividad físicia, el manejo del estrés y el descanso.

 

TanVerde -- www.tanverde.com

Lic. en nutrición Maren Torheim

Autora del libro “Como comer sano para adelgazar”, Maren trabaja desde hace más de 30 años en policlínica y piso en uno de los sanatorios más importantes del país. Se formó en Uruguay y también en el extranjero, profundizando en la dieta cetogénica para el control de epilepsia. 

Siempre ha priorizado el trabajo en equipo, trabajando desde hace más de dos décadas en un equipo interdisciplinario con un cardiólogo y psicólogas para el cambio de hábitos, y con neurólogos y neuropediatras en la dieta cetogénica.

Más recientemente Maren se dedica a un emprendimiento familiar de alimentación detox y saludable, ofreciendo cursos online con coaching nutricional en TanVerde.

 

 

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