Inés Guimaraens

Comunistas renuevan su cúpula entre el perfilismo de Andrade y la tradición de los históricos

La nueva cúpula será la que transite la zafra electoral de 2024; Castillo reúne consensos para seguir al frente del partido como secretario general

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09 de mayo de 2022 a las 05:00

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El añejo principio leninista reza que "en el Partido Comunista no hay corrientes". La unidad de acción a rajatabla es una marca de orillo entre camaradas. Pero los comunistas uruguayos, que mantienen esa regla como norte, no son ajenos –como cualquier otro en política– a trayectorias, liderazgos y proyecciones distintos. Y así lo marca la previa del próximo Congreso de una de las fuerzas tradicionales del Frente Amplio, que tras cinco años volverá a renovar su cúpula dirigencial

Esa instancia no llega en un momento cualquiera para el PCU: viene con el viento en la camiseta producto del crecimiento electoral de 2019 y la elección interna del Frente Amplio (que en 2021 lo consagró como el sector con más peso en la estructura de la izquierda), se quedó con la presidencia del PIT-CNT a través de Marcelo Abdala, mantiene un alto perfil en el Senado con Óscar Andrade y volvió a ganar la Intendencia de Montevideo de la mano de su alianza con Carolina Cosse.

El rumbo de los comunistas atraviesa de punta a punta al hoy bloque opositor y por eso nada en el Frente escapa a sus avatares internos.

El Congreso el 27, 28 y 29 de mayo determinará, por un lado, los lineamientos a seguir por el Partido –como inequívocamente se lo conoce en la jerga frentista–, a partir de una tesis de más de 100 páginas. Por otro, reubicará las piezas en el Comité Central, órgano máximo encargado de designar el Comité Ejecutivo, desde el que operarán los principales cuadros comunistas. Esa será la cúpula encargada de transitar la zafra electoral de 2024

Los nombres del futuro Comité Central se votarán uno por uno a mano alzada. Cinco años atrás, el nombre de Juan Castillo fue el que más apoyos concitó (526), con el 94,6% del total. El segundo, por una diferencia de siete manos levantadas, fue el de Andrade. Entre los primeros también quedaron Marcelo Abdala (entonces secretario general de la central sindical) y el dirigente de Sutel Gabriel Molina.

A los pocos días, Castillo, de extensa trayectoria en el Partido, para ese entonces director nacional de Trabajo, excoordinador del PIT-CNT, se consagró por consenso como el secretario general. Ahora, cinco años después, el consenso le abona el camino para seguir al frente de la colectividad, confirmaron varios comunistas a El Observador.

Ante la pregunta de si estaba dispuesto a continuar, Castillo sostuvo: "Primero lo primero. Contrariamente a lo que se puede ver desde afuera, especial atención se lleva el debate, el balance, las propuestas y el plan estratégico para el período venidero. Obvio que para cualquier comunista sería un honor y al tiempo supone una gran responsabilidad si nos eligieren para la dirección, y cuanto más grande es la tarea que te confían, mayor será el trabajo y la dedicación".

Camilo Dos Santos
Archivo 2019, Juan Castillo en el Senado

"Ya veremos cual será mi destino, el partido es muy inteligente y capaz como para ubicarnos a cada uno en el lugar que más aporte a la lucha de nuestro pueblo", resumió a El Observador. El dirigente es visto como un articulador hacia adentro de la colectividad y en la estructura del Frente Amplio. 

La continuidad o no también se mide en el reparto de secretarías en el Comité Ejecutivo. Varios comunistas consultados destacaron la gestión en este período de Guillermo Reherman al frente de la secretaría de Organización, un rol sustantivo en la orgánica comunista por su énfasis en el despliegue en territorio. Otro de los nombres claves en la cúpula actual es el de Gabriel Molina, de Sutel, como secretario de Asuntos Sindicales. 

De peso

El rol de Andrade, precandidato a la Presidencia en 2019 y con manifiestas proyecciones de volver a la carrera, es una de las incógnitas para el nuevo Comité Central. Hace casi una década que el Boca pisa muy fuerte entre camaradas, aunque desde tiendas distintas y generando reacciones diversas en la interna. En 2013, siendo secretario general del Sindicato de la Construcción (Sunca), fue el más votado del Congreso comunista. Hoy como senador es la cara más visible electoral del Partido, con la capacidad también de un peso –y votos– propios, además de apoyarse en otros dirigentes, como el diputado de Montevideo Gerardo Núñez y su suplente Micaela Melgar. 

Su impronta –muchas veces personal– rompe en ocasiones con la lógica del partido de la "unidad de acción" y la estricta disciplina por las resoluciones orgánicas. Ese perfil genera roces con la línea más dura hacia dentro, como la encarnada por el secretario de Unidad Política, Daniel Marsiglia. El dirigente –de bajo perfil aunque de extensa trayectoria y peso en su colectividad– se desempeña desde 2004 en ese rol, con una pata fuerte en la articulación con las estructuras partidarias de la izquierda.

Uno de los cortocircuitos más recientes ocurrió con la designación del publicista y exdirigente comunista, Esteban Valenti, para asesorar en comunicación a la campaña del Sí a la derogación de 135 artículos de la LUC. La incorporación fue votada por unanimidad en el comando que nucleaba al PIT-CNT, cooperativas de vivienda y al Frente Amplio. Daniel Marsiglia, fiel a preservar esa unidad de acción gestada entre organizaciones sociales, dio su visto bueno como uno de los tres representantes de la coalición de izquierdas. 

La decisión despertó resquemores en el PCU, que Andrade se encargó de poner en palabras en entrevista con Arriba gente: dijo que si él fuera parte de la comisión, “esa decisión no habría sido tomada por unanimidad”

Otra de las discrepancias manifestadas por el senador públicamente –en un partido que puede discutir muy duro pero que lo hace puertas adentro– fue respecto a la apuesta por Fernando Pereira como presidente del Frente Amplio en unas elecciones internas que iban a ser antes del referéndum. "Por ahí Fernando era el candidato si lo elegíamos después del referéndum", planteó en un momento en que el entonces presidente del PIT-CNT parecía aglutinar consenso entre los principales sectores de la oposición.

El apoyo del PCU terminó siendo clave para que Pereira saliera de la central y largara su candidatura. 

Diego Battiste
Daniel Marsiglia, secretario de Unidad Política del PCU desde 2004

Hoy Castillo y Andrade son los representantes del Partido en la Mesa Política del Frente, y por primera vez en años Marsiglia no está concurriendo. Mientras que esa dupla condice con el pedido de Pereira por dotar los ámbitos de dirección de la fuerza política con los dirigentes de más peso –en este caso el secretario general y el senador del PCU–, así como con el hecho de que ambos dirigentes coincidieron con Pereira en la primera plana del PIT-CNT, algunos también señalan un síntoma de "desgaste" de la figura de Marsiglia. 

"Castillo hacia adentro reúne mucho acuerdo por su experiencia y trayectoria. El Boca es hacia afuera la cara más visible, con mucha llegada en las masas. Son roles distintos pero complementarios", resumió a El Observador un dirigente del Comité Central que prefirió no ser identificado, sintetizando una imagen ilustrada por varios: la piola se tensa, pero nunca llega a romperse y entre todos se precisan. 

El actual secretario general del PCU proviene de una tradición más "moderada" y "conciliadora" dentro del partido, que tiene sus matices con el liderazgo más personalista de Andrade o la ortodoxia de otros de sus compañeros de generación, que también tienen sus diferencias entre sí. 

Consultado respecto a Marsiglia y Andrade en la futura dirección, Castillo sostuvo que "a priori es muy difícil saberlo". "Ninguno de nosotros sabe de antemano si seremos electos, o si el Partido nos otorga ésta u otra tarea. Es innegable la experiencia y el nivel de esos dos cuadros, pero –a fuerza de ser sincero– la lista de hombres y mujeres militantes comunistas de todo el país, sería larguísima y no me animo a nombrar a nadie para no cometer injusticias. Hablo de luchadores sociales, sindicalistas, dirigentes estudiantiles, cooperativistas, gente del arte, la academia, la cultura, intelectuales, pequeños y medianos productores, legisladores", enumeró.

"La conformación de la nueva dirección del PCU implica mucho más que dos, tres o diez nombres. Se trata de elegir un colectivo que refleje al Partido, a las luchas de nuestro pueblo y que sea capaz de conducir en este período la lucha por los objetivos políticos que va a marcar el Congreso. Entenderás que no es evadir la pregunta, sólo que no creo que aporte, ni que refleje la realidad reducir la discusión a un puñado de nombres", zanjó. 

"Hay que forjar una alternativa"

Castillo sostuvo que la discusión hacia el Congreso se procesa "con mucha pasión y amplio despliegue en el territorio". "Todo Congreso se transforma en un momento especial de la vida orgánica, fermental del debate y sintetizador de una etapa", dijo. "Hay expectativas lógicas porque el 32° Congreso fue varias veces postergado, por la pandemia primero y por la campaña de firmas y el referéndum después", planteó y enumeró "movilizaciones intensas" como la del 50 aniversario de la Masacre del Paso del Molino y el 1° de mayo.
"Han circulado las Tesis con casi 600 párrafos numerados, donde a grandes rasgos se hace un balance de la etapa, se traza una mirada del actual contexto del mundo y la región; se caracteriza la coyuntura nacional, y el deterioro de la calidad de vida del país, la injusticia social y la enorme carestía de vida; promueve la crítica y autocrítica, e incentiva el debate de ideas sobre la elaboración del plan estratégico basado en nuestra concepción de avanzar en democracia hacia una democracia avanzada".
"Urge el fortalecimiento del bloque social y político de los cambios y hay notables condiciones para ello. Entre el covid-19 y la política económica del gobierno, se ha acentuado la pobreza, deteriorado el empleo, caída de los salarios y las jubilaciones. Hay que forjar una alternativa a esta concepción neoliberal y restauración conservadora", sintetizó. 
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