Cuesta arriba, pero con viento a favor

Mientras los técnicos del gobierno y consultores privado afinan el lápiz para hacer proyecciones, estudios de opinión pública reflejan el sentimiento popular sobre el movimiento económico y las perspectivas a corto y mediano plazo

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21 de enero de 2021 a las 14:38

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¿Cómo está la economía? ¿Cómo la ve y siente la gente? ¿Cómo es el camino a la recuperación y qué tal está el escenario internacional para consolidar una mejora? Mientras los técnicos del gobierno y consultores privados afinan el lápiz para hacer proyecciones, estudios de opinión pública reflejan el sentimiento popular sobre el movimiento económico y las perspectivas a corto y mediano plazo; y de eso te quiero hablar en esta entrega de Rincón & Misiones.

Ahora sí se detuvo el optimismo

A los uruguayos les costó asumir que la pandemia tendría un costo económico fuerte, y quizás por eso se mantuvieron relativamente optimistas hasta la primavera. El país entero se creyó que tenía algo especial como para que el maldito virus no afectara mucho, y hasta se habló de que ello podía ser consecuencia de la vacunación de la BCG, y en ruedas informales hasta se habló del clima, del país chico…y otros.

Es como el cuento repetido de que todo llega tarde y más suave a este país.

Solo una cuestión de “esperanza”, de “fe” más que de “confianza”, puede explicar cómo, en el peor año económico de muchas décadas, con una caída de PIB más fuerte que en la crisis de 2002, los uruguayos manifestaran mejoras en la evaluación económica durante invierno y principios de primavera, así como también visualización de buenas expectativas para futuro inmediato.

Ambas expresiones se registraron en la serie de medición de opinión pública de Equipos Consultores, y podía entenderse que la gente confiara en una mejora, pero el impacto de la pandemia en nivel de actividad, empleo e ingresos, fue muy fuerte como para que no se acusara recibo de eso.

Otro factor que explique esa percepción está en la credibilidad lograda por el nuevo gobierno, lo que se ha mantenido en el tiempo incluso más de lo que podía esperarse. Solamente 23% de los uruguayos desaprueba la gestión del gobierno, lo que significa que asume que los males son importados, que el presidente Lacalle Pou y su equipo no tienen responsabilidad por ello, y además que valoran lo que ha hecho la administración. Si creen que hay buena conducción, pueden creer que la economía no está tan golpeada.

Según esta serie de encuestas, recién sobre fin de año e inicios del actual, la gente comenzó a incrementar su preocupación por el covid-19, por lo que valoró que el gobierno tuviera presente que no se podía detener la economía y había que dar aire al que quiere y precisa trabajar.

La última encuesta de Equipos muestra que ahora sí bajó la evaluación sobre la economía presente, y que empeoró la perspectiva de economía a futuro cercano (a un año), aunque se mantiene una expectativa positiva para un horizonte de tres años.

El resumen del estudio de la serie da lo siguiente:

  • (a) la gente no siente que ha empeorado sustancialmente la economía (aunque los indicadores macro indican que eso sí pasó),
  • (b) los uruguayos ven que esto va a empeorar los próximos meses, pero…
  • (c) perciben que hay luz al final del túnel y la salida será buena en un horizonte no lejano.

Los commodities ayudan a esperanzarse

Los datos de la economía muestran un panorama no amigable:

  • (i) la caída de PIB de 2020 fue más fuerte de lo que se creía, del orden de 5,8%;
  • (ii) la recuperación fue rápida, pero no sostenida, y el último trimestre frenó la tendencia de mejora;
  • (iii) el verano es mucho peor de lo que se esperaba, porque el turismo extranjero cayó 100% debido al cierre de fronteras, lo que deja marca fea en comerciantes, trabajadores y también la caja de la DGI;
  • (iv) la proyección para 2021 (siempre con estimación de BCU) es de aumento del PIB en 3,6% lo que significa que no se llegará al momento pre-crisis, y hay que recordar que ese nivel previo ya era malo, porque era de recesión iniciada en 2019.

Sin embargo, hay datos alentadores sobre viento a favor en materia de precios internacionales.

La soja ha tenido un repunte considerable y llegó a precios tan altos, como para que en Argentina vuelva a especularse con que el gobierno kirchnerista quiera buscar la forma de recargar con impuestos a la comercialización de ese grano.

En el inicio de este siglo, saltó de USD 200 por tonelada a unos USD 600 en 2009, bajó y cobró impulso para superar ese valor en 2012, y luego fue en baja, pero en precios altos igual, hasta 2015 cuando pasó a operar entre USD 300 y USD 400 hasta el otoño pasado. En pocos meses saltó de USD 300 a más de USD 500.

El precio del trigo pasó de USD 100 a USD 400 la tonelada en el despegue de los commodities de inicio de los 2000, pero luego estuvo en baja y llegó a los USD 150: ahora ha subido a 245, lejos de aquellos récord pero en valores mucho más altos que hace pocos meses.

La celulosa había perdido precio en 2018 y también hubo suba en 2020, sin llegar a los altos niveles del boom, pero en un nivel considerablemente mayor al de un año atrás.

Los precios del ganado también han mejorado, lo que pareció afirmarse luego del alivio de lluvias. El valor de exportación de la carne había logrado un pico alto en 2019 y luego bajó, pero ahora ha vuelto a lograr firmeza.

Para la lechería, las subastas de Nueva Zelanda han venido registrando una tras otra alza del precio promedio, y eso no parece puntual, sino una tendencia.

El dólar está barato, sin insinuar que pueda subir frente al peso, y las tasas de interés siguen bajas, con abundante liquidez en los mercados.

El principal comprador de productos uruguayos, China, terminó 2020 con un fuerte crecimiento como para volver al nivel pre-crisis de febrero (había caído casi 7% interanual en enero-marzo, pero luego dio tasas positivas de 3%, 5% y 6,5%), y sigue en alza.

La economía mundial parece animarse a levantar luego del ataque a la pandemia con una vacunación masiva como no se registra antecedentes, lo que de ser efectivo como se espera, despejará nubes para un levante fuerte.

Todo muestra un panorama complejo, que se hace cuesta arriba, pero el viento internacional se ha vuelto a favor y eso ayuda. No será fácil la recuperación, ni será para todo, pero el panorama muestra oportunidades para volver a crecer.

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