El segundo puente de La Barra es como un monumento uruguayo a Carlos Saúl Menem. Ese puente ondulado y paralelo al original e los años ´60, debió ser construido a fines de los noventa por el crecimiento explosivo de Punta del Este en tiempos de menemismo. Los turistas argentinos, los jóvenes porteños y de algunas provincias de ese país, crecían cada verano y el Este era una fiesta: el pasaje de la Brava a la Barra se había convertido en una liturgia de música tecno, cerveza y tequila; había que esperar mucho para cruzarlo y eso se convirtió en sí mismo en una parte de las vacaciones.
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