Foto: Miguel Arregui

De cuando los “dotores” defendían su honor a balazos

Los duelos en Uruguay: la cultura de la pradera y del bajo, las guerras civiles y el quisquilloso honor de los políticos (III)

Tiempo de lectura: -'

22 de abril de 2020 a las 05:01

Estás por alcanzar el límite de notas.

Suscribite ahora a

Pasá de informarte a formar tu opinión.

Suscribite desde US$ 3 45 / mes

Esta es tu última nota gratuita.

Se parte de desde US$ 3 45 / mes

A más de los lances criollos a cuchillo, o de los combates singulares a caballo —como los narrados en el capítulo anterior—, también se libraban duelos en las clases dirigentes de Montevideo: “dotores”, políticos y militares.

Estos personajes, entre los que se contaban José Batlle y Ordóñez y Washington Beltrán, infaustos duelistas de la Semana Santa de 1920, solían respetar una serie de formalidades, al margen al de la ley, que prohibía tales asuntos. 

El ofendido por cualquier motivo enviaba dos padrinos al presunto ofensor y lo retaba a duelo. El retado debía designar sus propios padrinos. En reunión de los cuatro, a los que eventualmente se agregaba un quinto, neutral, se resolvía si la presunta afrenta valía un duelo.

Si esa especie de tribunal decía que sí lo habría, correspondía al ofendido la elección del arma, que podía ser la espada, el sable o la pistola. 

En ocasiones el lance se pactaba “a primera sangre”, o se limitaba el número de disparos que cruzarían los duelistas; otras veces, al menos tácitamente, se seguía hasta la muerte o la incapacitación de uno de los duelistas. 

El enfrentamiento solía realizarse en un sitio discreto, en horas de la madrugada, y estaba dirigido por un presidente o juez, que daba la orden de disparar o de asaltarse. 

Si el duelo era a pistola, los protagonistas se colocaban espalda contra espalda, caminaban un cierto número de pasos, y a la señal convenida, se daban vuelta y disparaban. 

Varias generaciones de militares y políticos uruguayos se entrenaron en el uso de pistola, sable y espada con el maestro de armas José Goliardi (1923-2009), hermano del competidor olímpico y panamericano de esgrima Adolfo Goliardi (1927-1997).

Una insólita ley de duelos

El enfrentamiento del 2 de abril de 1920 que acabó con la vida de Washington Beltrán provocó una gran conmoción en la sociedad uruguaya. También llevó a la aprobación de una ley, del 6 de agosto de ese año, que legalizó y reglamentó los duelos.

El proyecto había sido presentado el año anterior por Juan Andrés Ramírez, un abogado, periodista y político de origen colorado que, por su rivalidad con Batlle y Ordóñez, se pasó al Partido Nacional.

La norma implicó una aceptación de los usos y costumbres, y a la vez un intento de reducir la peligrosidad de los duelos. 

Según esa ley, Nº 7.253, la persona ofendida debía designar dos padrinos para retar a duelo al ofensor; éste designaba a su vez sus dos padrinos, y los cuatro, a su vez, debían designar un presidente no vinculado a ninguno de los duelistas. Ese tribunal resolvía entonces si había o no lugar a duelo; en caso afirmativo, el enfrentamiento no podía pactarse a muerte y sólo podían emplearse dos tipos de armas: el sable de filo, contrafilo y punta, y la pistola antigua, de avancarga (carga por la boca) y cañón sin estrías, muy imprecisa. 

Desde entonces no hubo más muertos en duelos formales, aunque los enfrentamientos continuaron siendo frecuentes.

Batlle Berres, Juan P. Ribas, Enrique Erro

Un duelo particularmente llamativo fue el que libraron en 1957 el líder del gobierno del Partido Colorado, Luis Batlle Berres, y su ex ministro de Defensa, el general Juan Pedro Ribas.

Batlle Berres —integrante del Poder Ejecutivo colegiado, o Consejo Nacional de Gobierno— no confiaba en Ribas, a quien destituyó del Ministerio en octubre de 1956, y éste lo acusó de haberlo hecho seguir en secreto por policías. 

Manuel Flores Mora

Batlle Berres y Ribas, que rondaban los 60 años, se enfrentaron a sable el 22 de noviembre de 1957 en el campo de un cuartel. Se tiraron terribles golpes y los dos recibieron heridas antes de que el duelo se diera por finalizado. (Batlle Berres ya se había batido con pistola y sin consecuencias en la década de 1920 con Raúl Jude, un abogado y político del Partido Colorado, padre de Raumar Jude, legislador pachequista).

El caudillo blanco Luis Alberto de Herrera, que integraba por la minoría el Consejo Nacional de Gobierno, y que no hablaba ni se saludaba con Batlle Berres, en la sesión siguiente del cuerpo se acercó para felicitarlo, para sorpresa de los presentes.

Años después el entonces diputado blanco Enrique Erro, quien había hecho denuncias sobre presuntas irregularidades en las Fuerzas Armadas, se batió a pistola, sin aciertos, con Raúl Gaudín, un salteño que fue ministro de Defensa entre 1957 y 1959, durante el último gobierno del Partido Colorado, ante del ciclo de los blancos. Pocas horas después Gaudín sufrió un infarto, y murió unos meses más tarde.

El 10 de octubre de 1971 el mismo Erro, ya candidato a senador por el Frente Amplio en las inminentes elecciones, se batió, también con pistola, con el brigadier general Danilo Sena, entonces ministro del Interior del gobierno de Jorge Pacheco Areco. No hubo heridos. 

En 1958 el teniente coronel Luis Villar se batió a sable sin consecuencias con Ernesto Dodó, un funcionario de la Corte Electoral. Pero unas horas más tarde Villar mató a tiros a Dodó y, herido, luego se suicidó. 

El general Juan Pedro Ribas, quien se presentó como candidato a la Presidencia por el Partido Colorado en las elecciones de 1971, durante la campaña calificó de traidor al también general Líber Seregni, candidato presidencial de la novel coalición izquierdista Frente Amplio. Ambos se batieron con pistolas el 6 de diciembre de 1971, después de los comicios. Ribas, un anciano relativamente sordo, disparó con retraso, lo que ocasionó la suspensión del lance, sin heridos, sin desdoro y sin reconciliación.

Flores Mora contra Batlle y Sanguinetti

A mediados de octubre de 1970 el político colorado Manuel Flores Mora (1923-1985), unos de los antiguos “jóvenes turcos” que rodearon a Luis Batlle Berres, y luego rival en las urnas y enemigo abierto de su hijo, Jorge Batlle Ibáñez, quien lo expulsó del diario Acción y de radio Ariel, habló de presiones para provocar una nueva devaluación de la moneda uruguaya. 

Por entonces el déficit fiscal era enorme. Días antes el Parlamento había votado un presupuesto sin financiamiento, que el gobierno presidido por Jorge Pacheco Areco lo cubriría con más emisión de dinero, lo que conduciría necesariamente a una devaluación. 

Pero Flores Mora, que competía por izquierda dentro del Partido Colorado, acusó de presiones devaluatorias a “la banca privada, los exportadores que intermedian en la colocación del producto de nuestro campo y se llevan la parte del productor, muchas veces mal pago, y la del país. Los especuladores de todo tipo. Y además, el doctor Jorge Batlle”.

Julio Sanguinetti, redactor responsable del diario Acción, órgano oficial de la Lista 15, salió en defensa de Jorge Batlle, que estaba de viaje, y en un artículo acusó a Flores Mora de paranoico y demagogo. 

Por su parte Batlle envió un artículo en el que acusó a Flores Mora de “encaramarse en una canallada para forjar otra”. Se refería a la presunta “infidencia” de abril de 1968, según la cual Batlle se había beneficiado de información confidencial sobre una inminente devaluación abrupta del peso ante el dólar, en una era de control de cambios, y la compraventa de moneda extranjera.

Julio Sanguinetti, de 34 años, y Manuel Flores Mora, de 47, se batieron a duelo con sable el 22 de octubre de 1970, en la Escuela de Armas y Servicios de camino Maldonado, Montevideo, con el general Líber Seregni como juez. (Seregni, retirado en 1969, era un antiguo batllista que al año siguiente se sumaría a la nueva coalición Frente Amplio). 

Julio María Sanguinetti

En un lance muy breve y violento, Sanguinetti, más joven e instruido en sable, hirió profundamente el antebrazo derecho de su rival, al que cortó nervios y tendones.

Tres semanas más tarde, el 11 de noviembre, se enfrentaron Flores Mora y Jorge Batlle, quien tenía 43 años. El maestro de esgrima José Goliardi contó al autor de esta nota, hace muchos años, en mayo de 1980, que los duelistas se corrieron por el salón, incluso fuera de la pedana o ruedo, con Flores Mora casi siempre a la ofensiva, tirándose terribles sablazos, más apasionados que prolijos. 

Fue largo: seis asaltos. El combate se dio por finalizado cuando la herida que Sanguinetti había causado a Flores Mora comenzó a sangrar y Batlle presentaba lesiones en las manos.

Los tres rivales de 1970 se reconciliaron poco después del inicio de la dictadura en 1973.

El fin de la ley de duelos

El 6 de agosto de 1992 el Parlamento uruguayo derogó la ley de duelos, con la opinión contraria de algunos legisladores. Ya era un anacronismo, que valía artículos prensa de medio mundo, como pintoresquismo folclórico. 

Sin embargo algunos líderes políticos, como Gonzalo Aguirre (Partido Nacional), Julio Sanguinetti (Partido Colorado) o José Mujica (Frente Amplio) han lamentado ocasionalmente esa derogación.

“Yo lamento es que no exista la Ley de Duelos”, dijo el expresidente (y ex guerrillero) José Mujica en junio de 2017 en el programa televisivo En la Mira, de VTV. “Hay cosas que se arreglan así, no se arreglan de otra manera, conversando y bla, bla, bla... Hablar es facilísimo en este país”.

“No puedo agarrar la espada porque soy un viejo, pero por lo menos a los tiros capaz que anda”, comentó Mujica, con una sonrisa. “Cualquier mequetrefe dice cualquier cosa y la ley de prensa lo ampara”, explicó. “El otro, que es legislador, tiene fueros de legislador. Entonces ¿qué hace? ¿Lo agarra a los piñazos? Yo tengo 82 años y me llena la cara de dedos, ¿qué querés que haga?”.

Días después el también expresidente y antiguo duelista Julio Sanguinetti comentó que la Ley de Duelos era un anacronismo, pero que al menos “operaba como razonable freno psicológico para tantos deslenguados que florecen”.
 

CONTENIDO EXCLUSIVO Member

Esta nota es exclusiva para suscriptores.

Accedé ahora y sin límites a toda la información.

¿Ya sos suscriptor?
iniciá sesión aquí

Alcanzaste el límite de notas gratuitas.

Accedé ahora y sin límites a toda la información.

Registrate gratis y seguí navegando.