Un hombre intenta robar una moto en las inmediaciones de un shopping. Es descubierto, se desata una persecución y es finalmente reducido. Mientras yace inmovilizado, grita pidiendo ayuda. La presión que sus perseguidores ejercen sobre él le impide respirar. Eventualmente deja de moverse. Cuando llega la policía, el hombre está muerto. La justicia procesa a los acusados por homicidio a dolo eventual, lo que supone que no quisieron ocasionarle la muerte, pero sabían que esta era una posible consecuencia de su accionar y no hicieron nada para evitarlo.
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