El Covid se ha comportado en oleadas, algo relativamente previsible mientras no haya una vacunación masiva dada la alta contagiosidad del virus y por lo tanto su carácter exponencial de propagación. Y estamos ante la ola más grave. Las lógicas exponenciales son así. Liberadas a su exponencialidad crecen y se vuelven incontrolables. Y lo que está por delante es el período más importante tanto por lo que se puede perder como por lo que se puede ganar. En una carrera entre virus que se multiplican y vacunas que van llegando, cuyo resultante es si se mantiene espacio en los centros de tratamiento intensivo o se desbordan, el próximo mes es determinante. Si aplanamos la curva, se logra que toda persona cuya condición se agrava tenga lugar en un CTI.
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