Fiscal Gabriela Fossati y fiscal de Corte Juan Gómez

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El affaire Astesiano y una fiscalía que se prende fuego

El caso del excustodio del presidente mantiene a la Fiscalía en el centro de la atención pública como pocas veces lo estuvo
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03 de diciembre de 2022 a las 05:03

El caso Astesiano no sólo ha sido un dolor de cabeza para el presidente y su entorno, que un día sí y otro también deben salir a dar explicaciones sobre chats en los que se conocen conversaciones o gestiones que el excustodio prometía hacer y hasta sospechas de espionaje a políticos, sino que mantiene a la Fiscalía en el centro de la atención pública como pocas veces lo estuvo y ha adquirido ribetes telenovelescos.

Desde 2017 los fiscales dirigen las investigaciones penales y eso implica que la policía -como auxiliar de la justicia- sigue las directrices del fiscal que es quien interroga y reúne las pruebas para luego acusar al indagado ante un juez, que básicamente verifica que no haya nada irregular en el proceso y en general admite lo que le pide el representante del Ministerio Público.

De acuerdo con el perfil que tenga cada fiscal, y también a los abogados que intervengan, se conocerá más o menos del caso. En lo que a Fossati se refiere es una fiscal con mucha experiencia, muy capaz y una mujer de armas tomar que descubrió en Twitter una herramienta para responder cuestionamientos y hacer reivindicaciones por lo que ha logrado desde hace semanas estar en el centro de la polémica. A través de esa red social expresó su molestia por filtraciones del expediente, le ha hablado a los medios, al gobierno, a sus colegas y a su jerarca, el fiscal de Corte Juan Gómez.

Además, en setiembre cuando le cayó el caso Astesiano, estaba a dos meses de ascender a una fiscalía especializada. El fiscal de Corte le había prometido que en noviembre pasaría a ocupar el lugar de Enrique Rodríguez en Delitos Económicos, quien desde enero de 2023 asumirá en la nueva Fiscalía de Lavado de Activos, que se creará.

Pasar de una fiscalía de flagrancia a una especializada es sin duda un ascenso por lo que implica el trabajo en uno y otro lugar. En flagrancia deben investigar todos los delitos que caigan en su turno (están de lunes a domingo de turno cada cuatro semanas) mientras que en la especializada tiene mayor margen para concentrarse en casos de largo aliento.

Sin embargo, dado que asumió este caso, Gómez decidió mantenerla en Flagrancia hasta que concluya la indagatoria. Esa decisión le molestó mucho a Fossati.  "Estoy muy molesta por muchas cosas", dijo a El Observador. Luego completó que lo mejor era no continuar con el caso. “Creo que la importancia de la investigación amerita que sea asignada a un fiscal que tenga respaldo real de la jerarquía”, dijo a Montevideo Portal aludiendo a que no se siente respaldada por su institución.

Esa afirmación molestó muchísimo a Gómez. El jerarca dijo que no había recibido ningún planteo formal por lo que Fossati le envió una carta y él le respondió en una conferencia de prensa: "En medio del río no se cambia de caballo". Mientras Fossati y Gómez debatían por los medios, el presidente Luis Lacalle intervino dando su opinión: “Si una fiscal empezó un caso, ¿por qué se va a ir? Si tiene todos los elementos y sabe adónde va (...)  No puede quedar la duda de si se cambió una fiscal o no se cambió (...) Si no, comienzan las suspicacias. ‘La cambiaron. ¿Por qué la cambiaron?’".
 
El "requisito" que la fiscal aceptó

Pero la telenovela no terminó ahí. Esta semana la fiscal reveló a El Observador que la noche en que se concretó la detención de Astesiano aceptó excluir de la investigación a partir de un "requisito desde Presidencia" los chats del custodio con el presidente. Así se lo contó a la periodista Paula Ojeda y le dijo que "el requisito" que le indicaron "desde Presidencia para hacer una entrega voluntaria es que no estuvieran los mensajes del presidente con Astesiano y teniendo en cuenta su investidura".

Desde Presidencia aseguraron que no hubo ningún requerimiento para entregar el teléfono de Astesiano y que el excustodio lo entregó voluntariamente. Al día siguiente, Lacalle Pou declaró que el ministro del Interior Luis Alberto Heber fue quien habló con Fiscalía para pedir que se preservaran sus conversaciones personales y que el mismo también habló con el fiscal de Corte para señalarle su preocupación por la intimidad de la familia.

Al conocer esto uno se pregunta por qué la fiscal no pidió una orden de incautación del aparato como suele hacer cualquier fiscal cuando pide la detención de una persona. Hoy se sabe que el celular de cualquier persona es una prueba fundamental. Luego, como pasa en toda indagatoria los temas personales y que no hacen a la investigación, no son recogidos sino que se dejan de lado siempre que no guarden vinculación con lo que se indaga.

Fossati contó que sí la pidió pero cuando detuvieron a Astesiano se encontraron con que el celular era de Presidencia con lo cual acordó la entrega voluntaria, "gracias a lo cual hay mucho sobre lo que trabajar", dijo Fossati. El de Presidencia es el único celular que forma parte de la carpeta de la investigación.

Y además la fiscal ha señalado algo muy preocupante que ha quedado al margen y es que la  dijo que aceptó ese requerimiento porque entendía que "las condiciones de trabajo de la fiscalía no podían garantizar” que se mantuvieran en reserva las conversaciones personales del presidente con Astesiano.

Es verdad que por las garantías del actual proceso penal todos los indagados tienen acceso a la carpeta y a todo lo que ella contiene, pero la Fiscalía cuenta con mecanismos para declarar reservados expedientes y podía pedirle a Policía Científica que dejara de lado las conversaciones personales del presidente sin prescindir de parte de la prueba.

Otra pregunta que surge es por qué decidió hacer público ese acuerdo. La única que puede responderlo es ella pero entre sus colegas existe la convicción de que quiere que la aparten del caso para lograr su objetivo de irse a la otra fiscalía.

Ha quedado claro que eso por ahora no va a pasar. Lo que sí debería pasar es que la fiscal pueda llevar a término esta indagatoria con el apoyo institucional hasta el final. Fossati dijo que Presidencia es el organismo que más ha colaborado. Es de desear que todos los organismos del Estado involucrados lo hagan, y como dijo el presidente “que vaya preso quien tenga que ir preso”.

Aclaración: esta columna fue modificada para incluir una precisión que hizo la fiscal Gabriela Fossati sobre la incautación del celular de Astesiano.

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