Por acuerdos entre Brasil y China, cuando aparece un caso de la enfermedad las exportaciones se suspenden automáticamente y eso es lo que ha sucedido desde el jueves 23 de febrero.
Dos empresas principales de Brasil, Marfrig y Minerva, anunciaron de inmediato que las ventas a China serían cubiertas por envíos a realizarse desde Uruguay y Argentina. Pero su capacidad de faena es más importante aquí que en el país vecino, de modo que podría decirse que hay allí una noticia favorable para los productores uruguayos que logran tener ganado gordo.
Esto está a la espera de concretarse, porque por ahora los compradores chinos no se muestran inquietos por la ausencia brasileña.
El precio de la hacienda pronta para faena en Uruguay ha subido, pero eso por ahora parece que se debe más a la poca oferta.
Agroindustria ganadera Agroindustria ganadera “En China por ahora todo es expectativa y no se convalidan precios más altos. El mercado entiende que Brasil no va a demorar en abrirse. Es demasiado el volumen que exportan los brasileños como para generar una ausencia prolongada que no le sirve a nadie”, explicó al programa Tiempo de Cambio Daniel Castiglioni, director de Castitrading, empresa que exporta carne uruguaya a China.
Por ahora falta que coincidan los valores que proponen los exportadores, unos US$ 500 por tonelada por encima de lo que pretenden los compradores de China, que no han convalidado esas cotizaciones.
La salida de Brasil parece un alivio dudoso. Por un lado, una noticia sobre un problema sanitario vinculado a la carne siempre es negativa sobre el producto, aunque en este caso no se trate de algo que tenga algún riesgo ni para el rodeo vacuno de Brasil o los países vecinos, ni para los consumidores.
Agroindustria ganadera Todo lo contrario de lo que sucede con la gripe aviar, que golpeó esta semana en la avicultura comercial de Argentina, frenó de inmediato toda exportación del país. Es altamente contagiosa y puede afectar al ser humano.
Como en 2021, Brasil complicado por la "vaca loca". Dos tipos de vaca loca
La enfermedad de la vaca loca causó la primera gran crisis en torno al consumo de carne vacuna en los años 90. La enfermedad fue diagnosticada por primera vez en 1986 en Gran Bretaña y llevó algún tiempo determinar que la causa era alimentar a los rumiantes con harina de carne y que comer carne de un animal infectado podía ser peligroso para los humanos. Los animales infectados fueron miles y el anuncio de que el consumo de productos como cerebro o médula podía causar el síndrome de Creuzfeldt Jacobs, causó pánico y medidas drásticas.
Parte de esas medidas drásticas siguen. Se ha eliminado completamente el uso de raciones de origen animal en la alimentación de los vacunos, y a partir de eso la aparición de la enfermedad es una rareza extrema y no significa ningún peligro.
Muy ocasionalmente la enfermedad aparece atípicamente en animales alimentados a pasto, simplemente por su envejecimiento. Como una demencia senil.
Eso es lo que ha pasado en Brasil. Por eso es probable que la prohibición de China no dure mucho más de unos 45 días.
Se trata de un cortocircuito entre gigantes. Brasil es el principal exportador mundial de carne vacuna, con tres millones de toneladas, de los 11 millones que se comercian globalmente. China por su parte, con un volumen similar de importación, en pocos años se ha convertido en el principal comprador mundial.
El protocolo que ambos países tienen firmado, pauta una suspensión automática del comercio ante la aparición de un caso, sin importar si es un caso típico producto de dar raciones incorrectas, o un caso atípico.
Las organizaciones ganaderas de Brasil están pidiendo la modificación de ese protocolo. La Asociación Brasileña de la Pecuaria de Corte anunció esta semana que solicitará que no rija más la suspensión. “Un caso como este, que no representa ningún riesgo para la salud de las personas, ocurrido en un pequeño establecimiento en el estado de Pará, no puede derivar en la suspensión de exportaciones de todo el país”, dijo a la prensa brasileña José Roberto Ribas, vicepresidente de esa gremial.
Pero modificar un protocolo con China no es fácil y la prohibición por algunas semanas va a persistir.
Además, en 2021 Brasil tuvo dos casos de la enfermedad, también atípicos, pero al mismo tiempo. En ese entonces la suspensión de China duró tres meses y medio meses y generó una fuerte suba de precios en Uruguay.
China importa anualmente un volumen de carne similar al que Brasil exporta, tres millones de toneladas al año. Y Brasil es su principal proveedor.
Cada mes sin comercio entre ambos países abre una ventana de 100 mil a 150 mil toneladas a otros proveedores, entre ellos Uruguay.
La Asociación Brasileña de Comercio Exterior (AEB) estima que cada día con el mercado cerrado significa una pérdida de US$ 17 millones.
Agroindustria ganadera Además, la salida de Brasil del mercado chino coincide con un período de renovada demanda desde China. En su informe de enero el Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA) aumentó significativamente las perspectivas de compras de China. La eliminación de restricciones por covid 19 fortalecerá el consumo, lo que modificó radicalmente los pronósticos.
Entre octubre de 2022 y enero de 2023 el USDA agregó 675 mil toneladas a la expectativa de importación del mercado chino: un aumento de casi 24% respecto al oscuro panorama que se proyectaba con la anterior política anti covid de cuarentenas.
Con la economía abierta las exportaciones este año llegarían a 3,525 millones de toneladas, lo que supondría un récord, aunque es un crecimiento modesto respecto a 2022: menos de 100 mil toneladas de incremento en las compras.
Para Uruguay la noticia llega en un momento que es interpretado como oportuno para afirmar la suba de valores de la hacienda, pero en un mercado presionado por la escasa oferta de ganado terminado como consecuencia de la prolongada sequía.
Y los precios de algunas categorías de vacunos que no se destinan a faena han caído gravemente.
En los remates de Pantalla Uruguay de esta semana el precio de los terneros se mantuvo muy firme, pero el de las vacas de invernada y de las piezas de cría estuvo más de 10% por debajo en dólares que el año pasado, lo que en pesos es una baja de más de 20% nominal, y casi una baja de 30% en términos reales.
El precio del ganado gordo se afirma en la escasez. El de los terneros se sostiene por una mirada de mediano plazo. Pero los productores que deben sacar ganado al precio que sea porque se han quedado sin pasto la tienen muy complicada y salvo que el cierre de China a Brasil se prolongue, el alivio generado por este factor externo será muy leve.
En cambio, la amenaza de la gripe aviar a la avicultura uruguaya es mucho mayor.