El camino de los Caviglia hacia Silicon Valley

El CEO de la uruguaya Meitre brindó pistas de cómo llegar e instalarse en la meca del emprendedurismo en una edición de Startup Grind en Enjoy Punta del Este

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12 de enero de 2021 a las 05:01

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Sin tomarse atajos y haciendo todos los “deberes”. Así es como el emprendedor Juan Caviglia, fundador y CEO de Meitre, describió el camino que, junto a su hermano Luis, lo llevó a obtener financiamiento de fondos de Silicon Valley.

La empresa, que hoy tiene su base en Palo Alto, California, y un equipo de desarrollo tecnológico en Uruguay, se dedica a la reserva de mesas en restaurantes de alta gama de América Latina como La Huella, Astrid & Gastón (Perù), Quintonil, (Ciudad de México) y Atelier Crenn, en San Francisco. Su startup cuenta ya con más de 7,5 millones de usuarios registrados y sienta a la mesa a más de 10.000 comensales al día.

El constante crecimiento de Meitre y la tenacidad de sus fundadores logró la captación de una inversión por US$ 1,6 millones de fondos de Silicon Valley, entre los que se encuentra el influyente Andreessen Horowitz (A16Z).

Para Caviglia el llegar a Silicon Valley no es un fin en sí mismo, ya que hay qué tener claro el impacto que se pretende con el emprendimiento, y que, más allá de la necesidad de encontrar grandes mercados, en la actualidad desde Uruguay se puede desarrollar para el exterior. 

Juan Caviglia fue el invitado de la segunda edición de la comunidad Startup Grind en Enjoy Punta del Este. Recorrió su trayectoria emprendedora entrevistado por Martin Canabal, director del capítulo local de Startup Grind.

A Caviglia no le gusta dar consejos, pero, en base a su experiencia, plantea lo fundamental de golpear puertas en forma permanente y generar “el caldo de cultivo para que las cosas puedan pasar”. 

Un emprendedor, según Caviglia, tiene que estar dispuesto a redoblar en las difíciles, pero también cuando le va bien. Este concepto lo ha conversado con el CEO de Genexus, Nicolás Jodal, quien es también inversor en Meitre. "Hay que tener esa actitud  también cuando te va bien; no ser complaciente, independientemente de lo que esté pasando. Lo más difícil es lo poco que realmente controlas. Hay tantas variables. Controlas dos de miles", afirmó.

Para Caviglia, el modelo educacional lleva a pensar en que es posible avanzar a través de atajos; pero subrayó que es necesario hacer los deberes. Y la manera de evolucionar es lograr un crecimiento permanente superando los rechazos. “Hay que acostumbrarse a que te rechacen. Es lo más usual. Tenés que darte vuelta y preguntarte cuales son los siguientes pasos para crecer más. Hoy nos reímos de la aplicación original, y pensamos ¡qué razón tenían en rechazar esto de plano!”, apuntó.

Con el norte siempre claro

En 2016 Juan y Luis Caviglia generaron un prototipo, y quien habilitó el primer cliente -y su fuente de inspiración- fue su hermana, la chef Marian Caviglia, Los conectó con el reconocido chef argentino Francis Mallman

Vieron que los restaurantes de "alta demanda" no sacaban provecho de su propia capacidad. Por ejemplo, salía lo mismo ir a comer un martes al mediodía que un viernes de noche, donde siempre quedan comensales en espera. También estaban aquellas personas que reservan y no aparecen, junto a la administración a lápiz y papel. Mallman les dio un voto de confianza y comenzaron a sumar restaurantes.
 
Juan Caviglia describe la historia del emprendimiento como una trayectoria "por diseño", ya que se propusieron hacer "todo prolijo, como manda la Biblia del emprendedor"

Desde el primer día se plantearon levantar capital en Silicon Valley. Investigaron y definieron aquellos "vehículos" que podrían llevarlos a alcanzar esto como la utilización de ciertas notas convertibles (que es lo que usan aún hoy).

Caviglia explicó que el pensamiento de los inicios se fundó en el concepto de trazar los próximos pasos sabiendo cuál es el norte, avanzar y volver a trazar. Uno de los hitos de ese camino era sin dudas "levantar capital fuerte" y eso estaba en Silicon Valley. 

Intentaron varias veces ingresar a las aceleradoras de Silicon Valley. Investigando qué uruguayos lo habían logrado dieron con Martín Alcalá. Y un día, Juan Caviglia fue hasta las oficinas de Alcalá en el rambla de Montevideo para conocer su experiencia. Tenían en ese momento unos 20 restaurantes -fuera de Uruguay- y no dudaban en en tomarse un avión para presentarse en San Pablo, con su "portuñol", en los restaurantes más importantes.

Alcalá lo impulsó a participar del programa que la aceleradora 500 Startups de Silicon Valley realizaría en Uruguay ese 2017. Para Caviglia, la experiencia "fue alucinante" porque le permitió conocer personas que resultaron clave para que poco después entraran en Y Combinator, otra importante aceleradora de Silicon Valley.  Fue también Martín Alcalá quien les dio otra pista fundamental si querían llegar a la meca de los emprendedores: enfocarse en cómo crecer y cómo replicarlo.

"A veces te sale la jugada. El mérito del emprendedor es tener constancia, perseverancia para estar ahí en el momento en que se te alinean los planetas". 

 

Y Combinator (YC) les brindó acceso a emprendedores que ya habían recorrido todo el camino, y que además, por el permanente contacto con startups, tenían claro todo los errores que podían cometerse. "Ese componente humano impresionante. El camino del fundador es solitario y tener acceso a otra gente es valioso", manifestó.

El llegar finalmente a recaudar fondos en Silicon Valley fue toda una experiencia. "Aprendimos de YC que levantar capital es muy parecido al proceso de venta. El 99% es hablar con mucha gente, generar interés para las acciones de tu empresa. Hay que ir pasando de una charla informal a una presentación a una propuesta formal. Es un trabajo de tiempo completo. No levantas una buena ronda si no te dedicas full time. Nos tomó unas 8 semanas. Es un tiempo super bueno", comentó.

Tuvieron conversaciones con al menos 100 inversores ángeles y fondos, y levantaron de 12. "Venir de YC abre puertas para iniciar una conversación, pero después es trabajo de hormiga. El único sello que te saca el trabajo de hormiga es crecer mes a mes", subrayó Caviglia.

Martin Canabal, de Startup Grind, le pidió que contara la historia que a los representantes de Andreessen los contactó a través de Twitter. Ese fondo era justamente uno de los que los Caviglia veían como potenciales. Juan Caviglia le pidió a un conocido de Twitter que le presentara a través de la red a uno de los principales del fondo. 

El impacto del covid

Caviglia reconoce que el camino del emprendedor es difícil y que hay que estar "un poco curtido".

En Meitre tienen registrado el nombre y apellido de la primera persona que hizo una reserva con ellos. Durante los primeros meses entraban uno o dos clientes nuevos por día. Cuatro años después se llegó a 10.000. 

Caviglia vivió esta pandemia de coronavirus que se desató en 2020 como volver al día uno. En abril las reservas cayeron a 800 durante la semana. Caviglia bromeó con que "la gráfica es muy divertida con una bajada vertical".

Venían de una vorágine de crecimiento, y aprovecharon el momento para ver otras oportunidades y ángulos nuevos. Tuvieron que achicar el equipo debido al impacto del covid-19, y desarrollaron otras opciones como delivery y pick up. Fue un "esfuerzo titánico" del equipo. Caviglia destacó que "la evolución no se da si no tenes gente comprometida".

"Fue un año duro pero estamos contentos de cómo pudimos responder".

 

Es optimista en cuánto a las oportunidades que se presentarán cuando se regrese a la normalidad, y considera que los  cambios en los patrones de consumo los mantendrán entretenidos. 

"Ante los desafios que tengo hoy me sirve volver al primer avión (en los inicios de Meitre). Tenia a mi primer hijo muy chico. Me acuerdo que el avión salía de madrugada. Era viajar a la incertidumbre total, con un producto con nada de tiempo. Pasé por el cuarto para darle un beso a mi hijo. Me iba con lágrimas en los ojos. Hoy pienso que hice eso me da mucha energía", comentó.

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