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El contrapunto de Labat y Bergara por la inflación y el olor a "platitos chinos"

El senador del FA afirmó en el Parlamento que la gestión de la política monetaria “huele” y “suena” a platitos chinos; el titular del BCU dijo que el “objetivo central” es la inflación y negó que haya “objetivos múltiples”
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05 de septiembre de 2022 a las 15:23

La evolución de la inflación y las diferencias respecto a la suba de la tasa de interés de la política monetaria en los últimos meses, motivaron un contrapunto entre el presidente del Banco Central (BCU), Diego Labat, y el senador del Frente Amplio, Mario Bergara.

Durante la comparecencia del equipo económico ante la Comisión de Presupuesto y Hacienda de la Cámara de Senadores el pasado jueves, Labat, señaló que hoy se tiene una inflación estable (9,5% a agosto) aunque en niveles que “son altos”.

En ese sentido, el titular del Central recordó que durante la pandemia la política monetaria “claramente estuvo en una instancia denominada contracíclica”, que buscó sostener el nivel de actividad y se “preocupó” de que los motores de la economía siguieran funcionando.

Expectativas y suba de tasas

Labat señaló que el nuevo marco de política monetaria inició con una tasa de interés del 4,5%, pero que en el segundo semestre de 2021, y en la medida que distintos indicadores de la economía fueron mostrando una recuperación, se entendió que era momento de que las condiciones monetarias se empezaran a endurecer, “para ir saliendo de esas condiciones tan laxas que fueron necesarias en esos momentos”.

El economista recordó que ese año las expectativas de inflación empezaron a ceder hasta que, llegando al segundo semestre, se encontró una rigidez en las expectativas de los agentes, trabajadores y empresas, hasta llegar a una meseta. Si bien luego esas expectativas fueron cayendo, en un momento dejaron de hacerlo para en 2022, tener una leve tendencia al alza.

Labat explicó que “ese es el centro de la preocupación”, y sostuvo que la inflación se ha despegado en los últimos 12 meses, pero las expectativas se han mantenido relativamente estables. “Eso parece ser un buen indicador de que, aunque estamos muy lejos de la credibilidad completa, los agentes económicos, de alguna manera, están creyendo en la política monetaria”, apuntó.

El titular del BCU defendió la utilización de la tasa de interés como un instrumento que da “mejores señales al mercado” y permite la “sintonía fina“de la política monetaria. “Hoy, la política ha tomado un sesgo claramente contractivo y la tasa de interés está en 10,25%”, apuntó.

“No era soplar y hacer botellas”

A su turno, el senador Bergara definió como una “buena noticia” que se reconozca que bajar la inflación “no es tan sencillo”.Que ahora tengamos metas de inflación que están 2% por encima de lo planteado, es un acto de humildad y habla de asumir que las cosas no eran tan fáciles, no era soplar y hacer botellas ni bajar la inflación cuando se quería, incluso en tiempos en donde el crecimiento económico no era tan dinámico”, afirmó el expresidente del BCU, según la versión taquigráfica.

De inmediato, señaló que las explicaciones dadas por Labat sobre cómo actuó la política monetaria “implica asumir que la inflación no era el único objetivo en la gestión de su institución, sino sostener el nivel de actividad en momentos depresivos”.

"Huele a platitos chinos"

“Lamentablemente, esto se hizo en el marco de una contradicción entre políticas monetaria y fiscal. Mientras la política monetaria era totalmente expansiva y estábamos de acuerdo, la política fiscal fue contractiva desde el primer momento. Esto indica que más allá de los discursos, la gestión de la política monetaria toma en cuenta objetivos múltiples: la inflación, la competitividad y el crecimiento; como debe ser, como dice la ley. Antes se hablaba de los platitos chinos y era motivo de burlas. Desconozco cómo se le llama a esto hoy, pero huele a platitos chinos, se parece a platitos chinos y suena a platitos chinos”, aseveró Bergara. 

Labat volvió a solicitar la palabra y reiteró que para el BCU el objetivo central es la inflación. De inmediato le respondió a Bergara: “No hay objetivos múltiples, no hay platitos chinos, no tenemos platitos chinos, no manejamos platitos chinos y, mucho menos, hacemos chistes con platitos chinos”, dijo.

“Quiero dejar bien claro que no tenemos platitos chinos y que no tenemos objetivos múltiples. A la hora de tomar decisiones, no se deben confundir gradualidad y cautela. No debemos pedir a las políticas lo que no pueden dar. Podemos decir que gradualidad y cautela han estado. He mencionado que Paraguay y Perú llevan más de 13 aumentos de tasas; Brasil, 12; Uruguay ha sido cauto y cauteloso con las subidas de las tasas. Una cosa es ser cauto y, otra, olvidarse del objetivo que tenemos a largo plazo”, subrayó Labat.

En ese sentido, añadió que es importante la reducción de la inflación, pero es “mucho más importante la consolidación” de la política que se está llevando a cabo. “A Brasil le llevó más de 10 años construir esta política y Chile también estuvo más de una década construyéndola. A veces la suerte puede ayudar o no a cumplir los objetivos en seis meses; lo que sí sabemos es que si no hacemos las cosas bien, no vamos a cumplir los objetivos en seis meses ni en diez años”, dijo Labat.

Bergara volvió a intervenir y dejó constancia, según dijo, de su “enorme preocupación” por entender que el BCU se aparta de lo que encomienda su carta orgánica. “Si al discurso del objetivo único no le quieren llamar platitos chinos, no lo hagan. Cada uno lo llama como quiera. Yo también lo llamo como quiero. Pero que se ponderan múltiples objetivos en las decisiones de política monetaria, no solamente es lo que se hizo, sino que también es lo que encomienda la carta orgánica", afirmó.

La polémica por el consumo doméstico

Bergara reiteró que “no ve del todo consistente” la suba sistemática de la tasa de interés como elemento antiinflacionario, cuando el consumo doméstico está “deprimido”.
“Nadie puede plantear que la presión sobre los precios de la economía viene dada por una demanda extraordinaria que hoy los uruguayos y las uruguayas estamos haciendo y que, por lo tanto, eso hay que atenderlo por la vía de enfriar el crédito subiendo las tasas de intereses. Si la inflación es importada, pero tenemos un consumo doméstico deprimido, nos falta un hilo en el razonamiento que justifique la suba tan considerable de la tasa de interés”, afirmó.
Labat dijo que es cierto que en términos relativos el consumo no está igual que las exportaciones o que la inversión, pero “está creciendo” y “no se piensa” en que está “cayendo”.

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