Por Aníbal Falco
El emprendimiento de producción y venta de fertilizante orgánico Lombriz Urbana, de Lucía Curti, empezó desde el origen con visión empresarial. Pero fue recién en febrero, luego de competir con otros 150 proyectos en el concurso Patricia por la Naturaleza y quedar preseleccionada con acceso a un capital de $ 50.000 y cuatro meses de incubación en Socialab, que la empresa tomó un rumbo netamente comercial. Hace pocas semanas se realizó la definición final del concurso y Lombriz Urbana resultó ganadora. Como premio, se hizo acreedora a $ 300.000 y la continuación de la incubación por cuatro meses.
El proceso y el know how
Lo que hace Lombriz Urbana es darles de comer residuos orgánicos a lombrices californianas (las más utilizadas por producir grandes cantidades de humus y ser muy prolíficas), y junto a microorganismos, inician el proceso de compostaje, que consiste en convertir materia orgánica residual en fertilizante.
Cáscara de frutas, café, servilletas, yerba, resto de verduras y té; todas estas son materia orgánica que las lombrices convierten luego del proceso en humus.
A partir de un kilogramo de residuo orgánico se pueden obtener hasta 600 gramos de fertilizante. "El proceso es muy simple; las lombrices californianas se comen y trituran los residuos orgánicos hasta que lo procesan y transforman en humus", señalo la emprendedora.
Curti empezó a criar lombrices hace ocho años, luego de que un familiar brasileño le enseñó cómo hacerlo. A partir de ahí, la única inversión que necesitó para comenzar con su negocio fueron las lombrices iniciales, ya que las primeras composteras las construyó ella misma con madera. Al acceder a los primeros $ 50.000 del premio pudo comprar otras de bloque, mejorando así la infraestructura del criadero.
Curti no solo considera este emprendimiento como una fuente de ingresos, además piensa que es importante porque "los residuos orgánicos son un problema y de esta forma es relativamente fácil convertirlos en humus".
Capacidad del negocio
En la actualidad, Curti vende lombrices, composteras y también asesoramiento. A eso le agrega talleres de formación para aprender a criar lombrices, en cursos que tienen una duración de dos horas y un costo de $ 450. Las lombrices, según Curti, pueden llegar a vivir hasta 10 años y en buenas condiciones duplicar la población cada tres meses.
La incubación del proyecto
A partir de febrero, cuando comenzó con la incubación, Curti adquirió una visión empresarial que antes no tenía. "Realmente te dan un montón de herramientas durante este proceso y creas las sinergias propicias para crecer. En cuatro meses logramos realmente madurar como empresa", agregó.
La emprendedora valora más los cuatro meses de incubación a los que accede ahora en Socialab que el dinero del premio.
Validación del producto en el CCE
Una de las etapas de la incubación del proyecto consistió en la validación del producto con el cliente.
En este caso se hizo con el Centro Cultural de España (CCE), que fue elegido por la propia Curtí.
"Tuvimos que validar nuestra propuesta con el CCE, para ver si realmente el negocio que estábamos planteando era viable o no", indicó la empresaria. Se dio un taller y se creó un circuito de recogida interno reciclando todos los residuos orgánicos que se generaban en la cafetería y generados por los empleados.
"El 6 de mayo se instaló una compostera que fuimos utilizando y el pasado 9 de setiembre se dio el primer taller abierto al público, donde además se realizó la primera cosecha de humus obteniendo 50 kilos de en cuatro meses. Fue una gran experiencia, los funcionarios estaban copados", finalizó Curtí.
30.000
Lombrices es la capacidad que tiene cada compostera utilizada por Lombriz Urbana.
$ 300
Es lo que cuestan 250 lombrices, que es el mínimo necesario para que el proceso se lleve a cabo.