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Imputado que tosió a trabajadora de hospital había viajado en un ómnibus sabiendo que podía tener covid-19

El hombre, de 73 años, fue acusado de reiterados delitos de desacato y un delito de violencia privada
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07 de abril de 2020 a las 17:41

La justicia imputó con prisión domiciliaria al paciente de Rivera con coronavirus que acosó a una trabajadora del hospital de esa ciudad y luego le tosió encima. Por esa agresión, el hombre de 73 años fue imputado de un delito de violencia privada, pero además a pedido de la fiscal Bárbara Zapater también se le imputaron reiterados delitos de desacato, ya que sabiendo que era un caso sospechoso de covid-19, se trasladó desde Montevideo hasta Rivera, y desde allí hizo varios viajes, uno de ellos en un ómnibus con varias personas.

El hombre, residente de Barrio Sur (Montevideo), había recibido al menos tres indicaciones médicas precisas: consultó el 20, 24 y 28 de marzo, las tres veces porque se sentía mal. En todas las ocasiones le recordaron que respetara la cuarentena porque podía tener coronavirus. Luego de las primeras dos consultas, se le explicó que debía "extremar medidas de higiene y aislamiento social", y en la consulta del 28 se le insistió en las precauciones que debía tener y "se le repitió al paciente situación clínica", según consta en el pedido de formalización de la fiscal al que accedió El Observador.

Los médicos también habían establecido que se debía hacer un control de la evolución del cuadro gripal del hombre, y con esa finalidad lo llamaron el 31 de marzo en tres oportunidades, pero el hombre no atendió nunca el teléfono. Los profesionales del centro de salud escribieron entonces en la historia clínica del paciente: "Posible covid-19. Estuvo en una fiesta con más de 100 invitados (...) No contesta, se vuelve a llamar y dejar mensaje en contestador".

La fiesta aludida, sin embargo, fue antes de que el hombre tuviera los primeros síntomas, pero el ahora imputado igualmente puso en riesgo a muchas personas al viajar por esos días a la ciudad de Rivera. Se trasladó en un auto, acompañado por su sobrino, y no solo se quedó en la capital departamental: visitó también a localidad de Minas de Corrales, y el paraje rural de La Calera, en donde se quedó unos días en casa de familiares.

Y luego, el 1º de abril, se tomó un ómnibus desde Minas de Corrales de la empresa Machado Trans hasta la capital departamental "desobedeciendo abiertamente el mandato de los funcionarios públicos (médicos de Salud Pública), quienes le habían indicado aislamiento en cuarentena por ser posible portador del virus", dijo el dictamen de Zapater.

Al llegar a Rivera, el hombre volvió a consultar por sentirse mal, y entonces quedó internado en el hospital en donde días después agredió a una joven de 19 años que trabajaba en el centro de salud funcionaria de limpieza.

Fuentes del Ministerio de Salud Pública dijeron a El Observador que las autoridades están "ubicando" a todos los que hicieron ese viaje con el infectado, para avisarles que deben hacer cuarentena obligatoria.

Por razones sanitarias, el imputado no estuvo presente físicamente en la audiencia que tuvo lugar este martes en la tarde. Sin embargo, participó de esta mediante videconferencia a través del programa Zoom, sin salir del hospital.

"Hoy de noche le dan el alta y será trasladado con las medidas de salud pertinentes, en una ambulancia", dijo la fiscal a El Observador.

La fiscal había solicitado 120 días de prisión domiciliaria contra el indagado pero el juez dispuso que ese plazo se redujera a un mes.

"Lo sabe, lo entiende, pero no le importa"

El 4 de abril llegó el resultado del test que se le realizó al hombre, y dio positivo. Ya desde el día que fue internado había quedado en "aislamiento respiratorio", y se había indicado a todos los funcionarios médicos que usaran tapabocas, y al paciente se le había dado la orden clara de "no acercarse a nadie que ingrese a la habitación" y que no podía recibir visita.

Pero el hombre siguió violando las órdenes. Al otro día de la confirmación de su enfermedad, el 5 de abril, la joven de 19 años –madre de un niño de dos– entró a su habitación para limpiarla, y de inmediato fue acosada. "Qué linda que sos", le dijo el paciente, y entonces se ofreció para ayudarla en su tarea.

Llegó a acercarse a la mujer a menos de "dos pasos" y le tosió "varias veces". Lo hizo "a sabiendas y siendo consciente de que con la patología que padece, su accionar era amenazante y ponía en alto riesgo de contagio a la víctima", escribió la fiscal en su dictamen.

Las autoridades del hospital local, por su parte, testificaron que el imputado fue siempre "reticente a las órdenes e indicaciones médicas".

Una de las jerarcas del centro de salud que declaró ante la fiscal, lo sintetizó en esta frase: "Lo sabe, lo entiende, pero no le importa".

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