El lujo silencioso es el nuevo lujo

Fue entonces cuando surgieron marcas con productos de alta calidad, carentes de logo y ostentación. Dando lugar a un look sobrio y sencillo. A contramano de las marcas sonoras que atraen a los públicos en un busca de pertenecer.

Inmediatamente las marcas de lujo siguieron esta corriente y se adaptaron a las nuevas normas y patrones impuestos.

Fue entonces cuando los millonarios cambiaron la forma del juego.  No solo desde las inversiones sino hasta la forma de comunicación, estableciéndose nuevos códigos de representación.

El lujo silencioso es el lujo elitista. Es el 1% de la población mundial, donde la exclusividad es el entendimiento basado en la calidad y escasez de los materiales, productos mas longevos e incluso sostenibles. Empresarios como Jeff Bezos (accionista de Amazon) Mark Zuckerberg (creador y fundador de Facebook) o Rupert Murdoch hicieron un culto de la sobriedad. A estas personalidades jamas se les hizo visible un logo.

El lujo logra cercanía por medio de las redes sociales.

Esta es la manera en que los millonarios se diferencian, pero a la vez en ese look buscan mezclarse con los demás.

Debajo de ese 1% de la pirámide de la moda, se encuentra el resto de los mortales. Compuesto por gente adinerada, a quien les gustan artículos de lujo y los pueden adquirir. Celebridades hollywoodenses que a veces simulan un catalogo de marcas de lujo solamente en su persona.  Donde muchas veces el exceso roza la ordinariez.

Las modelos verdaderamente “Top of Mind” de la categoría, que son las primeras en mostrar “la manzana de la tentación” que desembocara esta verdadera cadena alimenticia de la moda, auténticas generadoras del deseo, no solo por sus cualidades físicas, sino por la manera de lucirlas.

La cercanía de los artículos de lujo a través de Instagram, que su función es la de antiguamente las revistas pero personalizadas para cada uno seguir los algoritmos. Y después le siguen los “pseudo” famosos, “modelos”, “influencers” que tienen millones de seguidores que venden una vida ficticia para las redes sociales, pero les reditúa que cuando obtienen un articulo de lujo comprado o por canje o prestado exhiben las marcas hasta en la frente como si ostentar la marca significara buen gusto o refinamiento. En la jungla nacional sobran los ejemplos.

Por lo tanto la moda no es solo para quienes pueden pagarla, sino para quien puede lucirla.