Fútbol > EL TAPADO DE LA FECHA

El preferido de JR

Brian Lugo, a quien Carrasco hizo debutar, anotó un gol importantísimo para Cerro
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21 de febrero de 2017 a las 05:00

Claudia, su mujer, le dio una mano bárbara en la noche del domingo. Colocó la cuna de Tomás, su hijo de un año y dos meses de su lado, para que Brian pudiera dormir lo más tranquilo posible. Igual le costó muchísimo conciliar el sueño.

Es que había anotado un gol increíble en el minuto 90+5' para ganarle a El Tanque que había empatado también en los minutos de adición. Pero por más que recordó ese momento inolvidable varias veces en la madrugada, lo que no lo dejaba dormir era el dolor, ya que ni bien convirtió ese tanto, en el festejo Rodrigo Canosa se le colgó del cuello, lo tiró al piso, cayó mal y encima suyo, el resto del plantel para celebrar. Resultado: luxación de clavícula y el brazo en cabestrillo.

"Fue algo increíble. Inolvidable. Me quedó el rebote justo y salí a festejar, pero no pude y sin querer, mis compañeros me lastimaron. Todavía pasaban jugadores rivales y me decían: 'Dejá de hacer tiempo', y yo no podía más", indicó Brian Lugo a Referí.

Todo comenzó cuando el Pato López lo llevó a las inferiores de Nacional. Se encontró con un equipo de ensueño en el que entre otros estaban Sebastián Coates, Facundo Píriz, Gonzalo Ramos –uno de sus grandes amigos– el Morro García, Maximiliano Calzada y Nicola Pérez en el arco.

Con ese equipo se aburrió de ser campeón y ya Coates despuntaba como fenómeno.

"De Nacional no ha salido una camada como esa y todos le dejaron buen dinero al club. Coates siempre fue líder. Pese a que tenía 16 años, tenía gran personalidad y se notaba que iba a ser crack", recuerda.

Jugaba como delantero hasta que llegó a River y Juan Ramón Carrasco lo hizo debutar en Primera como enganche, gracias a que Carlos María Morales le había recomendado al DT que lo fuera a ver.

En su segundo partido, JR ya lo puso de titular. Se jugaban la clasificación para la Copa Sudamericana ante Wanderers. Brian tenía un solo par de zapatos y la punta estaba rota. Entonces el técnico "le pidió a Carlitos el utilero, si no tenía otros zapatos para mí. Yo le comenté que tenía otros y que jugaba con esos por cábala, porque en realidad, me daba vergüenza admitir que tenía solo un par. Al final, hice los dos goles para el 2-2 y clasificamos a la Copa. Después del partido, Juan vino y me dijo: '¡Qué cábala tenés, botija!' y con el tiempo, Carlitos me dio la captura de que tenía solo un par de botines y me encaró: 'Je, ¡Dejate de cábalas!'".

Por esa época estuvo preseleccionado en la sub 20 de Juan Verzeri, pero pocos días antes del Sudamericano, el entrenador le dijo que no estaría en la nómina definitiva.

"Ese momento fue jodido porque yo era chico y me pegó duro", admite.

Carrasco no solo lo subió al plantel principal, sino que luego se lo quiso llevar a Nacional con Gabriel Márquez y Flavio Córdoba. Estos dos llegaron, pero él, por "un tema dirigencial" no pudo.

JR fue campeón con los tricolores y se fue para Emelec, y allí se lo llevó.

Luego jugó en Brasil, pero en donde más disfrutó fue en Deportes Concepción. "Me gustó el fútbol chileno por el juego, la infraestructura, la forma de pago, ya que si el 15 de cada mes no te pagan, los multan y la segunda vez, el club tiene quita de puntos. Pero si sigue pasando, lo desafilian. Y ni bien me fui, sucedió eso y el club desapareció".

Paralelo al fútbol, hizo un curso de computación, otro de diseño gráfico y en la UTU estudió dibujo y pintura. Pero lo que más le gusta es en un futuro ser personal trainer específico en el fútbol.

"Ayudo al cuadro del barrio que se llama 'Más que fútbol' que juega en la Liga América. Yo voy y ordeno a los jugadores en lo físico, más o menos lo que entrené en mis años de carrera".

El presente en Cerro le sonríe con ese gol. El tema es que Tomás lo siga dejando dormir.



LA FRASE

"Cuando volví a River tuve a (Guillermo) Almada de técnico; no había mucho cambio con Juan (Carrasco) porque los dos son ofensivos, no tienen miedo de ir al ataque".

Brian Lugo

jugador de Cerro

UNA MANO AL TÉCNICO EN ECUADOR

Juan Ramón Carrasco se lo llevó a jugar a Emelec de Ecuador, uno de los equipos grandes de ese país. Al equipo no le salían tanto las cosas como pretendía el técnico y en el plantel, aparte de Brian, había dos uruguayos más quienes ya conocían los métodos de Carrasco en la cancha: Nicolás Vigneri y José María Franco. Un día en una práctica, JR les pidió un favor: "A ver, muchachos, ustedes que son uruguayos y que saben bien las jugadas que yo quiero imponer en la cancha, ayúdenme, dénme una mano para que estos muchachos entiendan qué es lo que pretendo". Carrasco "confiaba mucho en nosotros", dijo Lugo.

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