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El rezago en ajuste de combustibles le costó casi US$ 100 millones a la caja de Ancap
En el primer semestre del año la diferencia acumulada entre los precios de venta de Ancap y el Precio Paridad de Importación (PPI) de la Ursea, representó una pérdida de ingresos de US$ 96,7 millones para la empresa estatal.
Los datos oficiales muestran que en el caso de la nafta Súper 95, la pérdida acumulada a junio por la diferencia entre el precio realmente percibido por Ancap y el determinado por la metodología de fijación de precios definida por el Poder Ejecutivo fue de US$ 32,4 millones.
En tanto, para el gasoil 50 S, la pérdida acumulada fue de US$ 25,1 millones, y de US$ 39,1 millones por las ventas de supergás, según datos de Ancap.
Si bien el gobierno tenía la potestad de revisar los precios mensualmente, eso comenzó a darse recién en el mes de junio. Hasta mayo las tarifas de los combustibles se mantuvieron congeladas con el objetivo de priorizar la recuperación de la actividad económica y los sectores productivos.
Eso ocurrió en un contexto de suba del petróleo a nivel internacional que complicó las finanzas del ente, lo que determinó que la empresa recibiera autorización del Ministerio de Economía y Finanzas /MEF) para renovar créditos bancarios por un monto de US$ 40 millones.
También quedó operativa una línea de contingencia con el Banco República (BROU), por entre los US$ 60 millones y US$ 100 millones aproximadamente. Se trata de una herramienta de respaldo a la que el ente podría recurrir, por ejemplo, ante un eventual descalce en los costos de la materia prima.
El objetivo de la empresa es mantener un saldo de caja que permita hacer frente a la erogación principal que es la compra de crudo, y luego al funcionamiento. La empresa requiere cada 22 días unos US$ 75 millones para abonar las compras de petróleo que realiza en el exterior. “Nosotros queremos tener una cobertura de un embarque y medio”, dijo semanas atrás a El Observador el vicepresidente de Ancap, Diego Durand.
El nuevo esquema de fijación de precios se aplicó parcialmente con los ajustes de junio y julio que reportaron aumentos en nafta y gasoil. En tanto este mes se incorporó el factor x para manejar los sobrecostos de Ancap, con lo que el PPI quedó vigente en plenitud.
Así el precio de la nafta Súper 95 aumentó $ 5 en surtidor (7,6%) y pasó a valer $ 70,81 por litro; mientras que el gasoil común también ajustó $ 5 por litro (10,9%) y quedó en $ 50,7. En tanto, el precio del supergás se mantiene en $ 56,7 por kilo.
El régimen PPI atiende la evolución reciente del crudo Brent, y agrega un componente extra ($ 2,97 por litro) que se prevé converja a cero en un plazo de tres años. En ese componente se incluye el subsidio al supergas -que se mantiene sin aumento- la mezcla del etanol en las naftas, las pérdidas del negocio del pórtland, y los resultados acumuladas y los costos financieros en los que se debió incurrir por las pérdidas millonarias de Ancap en períodos anteriores, según el Poder Ejecutivo.
“El sistema que estamos implementado a partir de hoy es transparente. Hay una clara relación entre las tarifas de los combustibles y los costos de Ancap. Las tarifas no se van a determinar en base a las necesidades del Estado, van a seguir principalmente el precio del petróleo. (…) Cuando el petróleo baje van a bajar las tarifas”, dijo la ministra de Economía y Finanzas, Azucena Arbeleche el viernes pasado en conferencia de prensa.
Este semana el subsecretario de Industria, Energía y Minería, dijo a La Diaria que “se está evaluando” comenzar a hacer ajustes cada dos meses en vez de cada 30 días. El jerarca recordó que la normativa permite hacer ajustes cada 60 días y señaló que “es una posibilidad cierta”. Ese es la periodicidad máxima para actualizar los precios que se establece el artículo 235 de la Ley de Urgente Consideración.
