Otra semana que pasa y la segunda ola del covid-19 sigue sin llegar, algo positivo que trae el riesgo de la autocomplacencia. Uruguay y el mundo están erizados de riesgos y bajar la guardia sería fatal. Viene el frío, más gente circula por las calles, la frontera con Brasil es un riesgo cada vez mayor. Pero a nivel global viene otro desastre que seguramente matará muchísima gente y tendrá menos visibilidad. Y aquí no solo la construcción ha vuelto al trabajo, hay otros trabajos fundamentales que están saliendo bien.
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