Nicolás Sánchez en la mesa de Estadio Uno
Nicolás Tabárez

Nicolás Tabárez

Periodista de cultura y espectáculos

Espectáculos y Cultura > EN YOUTUBE

Estadio Uno, el archivo: legado familiar, joyas escondidas y la vuelta de un programa histórico de la TV uruguaya

Impulsado por Nicolás Sánchez, hijo del conductor Julio Sánchez Padilla, los registros del programa deportivo pueden verse en YouTube
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13 de abril de 2024 a las 05:02

“Antes de que preguntes: sí, está igual que cuando mi padre vivía”, dice Nicolás Sánchez, hijo del periodista deportivo Julio César Sánchez Padilla, y abre a puerta de la barbacoa de la casa de sus padres, el recinto al que durante 47 años ininterrumpidos los televidentes ingresaron a través de sus pantallas las noches de los lunes. Ahí, el lugar dejaba de ser solo una barbacoa y el resumen de la vida profesional de su propietario para pasar también a ser el estudio del programa Estadio Uno.

Un ciclo que fue toda una institución: no solo su permanencia en pantalla le valió un récord Guinness, sino que también fue lugar de paso para una lista gigantesca de periodistas deportivos que en distintos momentos integraron su mesa (desde Carlos Muñoz y Alberto Kesman, hasta Jorge da Silveira, Silvia Pérez y Mario Bardanca, solo por nombrar a algunos), generó su propia mitología, centrada en aquel chiste surgido de una encuesta de audiencia que decía que al programa solo lo miraban ocho espectadores, y cubrió eventos como Juegos Olímpicos y Mundiales de fútbol.

Y dentro de esa institución, otra: Julio Sánchez Padilla, conductor, director y mente maestra del proyecto. El hombre que fue juez de básquetbol y llegó a arbitrar en los Juegos Olímpicos de 1960 y 1964, que vendió lubricantes y filtros además de ser dueño de una empresa de transporte interdepartamental, que quiso ser intendente de Canelones y fue diputado suplente respaldando a Jorge Pacheco Areco, y que creó un programa que terminaría siendo histórico.

El estudio de Estadio Uno

Las vidas de Sánchez Padilla y de Estadio Uno, entrelazadas como están, se resumen en esa barbacoa donde se encuentran joyas como sables samurái, plaquetas con reconocimientos, fotos del Maracanazo firmadas por su autor, el primer guion del programa encuadrado, viejas acreditaciones, un poster japonés de la Copa Intercontinental de 1988 jugada entre Nacional y el PSV, y un champán soviético de la década de 1980.

Y claro, está la mesa. La mesa de Estadio Uno. La que tiene una placa dorada que dice "Polémica", como un nombre, como un mandato. La que Sánchez Padilla golpeaba furioso. En la que en 2004 le dio un ataque al corazón mientras grababa el programa. En la que después de perder una apuesta por un monto de cien dólares con su colega Atilio Garrido, desparramó los contenidos de una bolsa con un centenar de monedas de un dólar para saldarla. Si bien no lo recuerda con precisión, el hijo del conductor está “99,9% seguro” de que ese fue el día que Garrido, en pleno programa, se paró y renunció. Sánchez Padilla optó por dejar ese momento en la salida al aire y no editarlo.

Nicolás Sánchez con el archivo

En esa mítica mesa se acomoda su hijo Nicolás y explica las razones por las que decidió zambullirse en el archivo del ciclo y en base a una combinación de ese material y de entrevistas a deportistas y periodistas que pasaron por el programa, generar la serie Estadio Uno: el archivo, que se emite por YouTube y que el pasado domingo 8 estrenó el primero de sus programas semanales.

Es que mientras que los canales abiertos uruguayos regrababan sus cintas y devoraban su propio archivo sin pensar en la posteridad, Sánchez Padilla guardó absolutamente todo. Entrevistas, las tertulias, resúmenes de partidos y shows de goles del fútbol uruguayo. Es que durante las décadas de 1970 y la de 1990, antes de que se vendieran los derechos del fútbol local, era Estadio Uno quien registraba todo y daba a los canales los compactos de la fecha.

Ese repositorio del fútbol y el deporte uruguayo es la base de este nuevo programa, que para el hijo del conductor representa no solo la posibilidad de ofrecer una parte de esa historia televisiva y deportiva, sino también remover memorias y compartir el legado de su padre.

Acreditaciones de prensa de Julio Sánchez Padilla

¿Cuáles son tus primeros recuerdos de Estadio Uno?

Ir con mi papá a los partidos que él transmitía en directo los domingos de mañana. Íbamos con Enrique Yanuzzi y Carlos Prieto, y yo me sentaba al lado de ellos. Cuando terminaba el partido, mi viejo me decía  “ahora me tenés que decir cuál fue el mejor jugador de la cancha”. Yo le decía y él no me discutía nada. Y a ese jugador se le daban premios: yerba o un jamón. Después armaba un premio para el mejor juez del campeonato y me acuerdo, además de que hay fotos y videos, de ir a entregárselo a la cancha. Era glorioso eso. Y después vivir en esta casa y ver pasar a los jugadores, que el fin de semana había visto hacer goles en el estadio, y que entraban a grabar el programa. Yo venía como loco a sacarme fotos con ellos. Era como tener Disney World todos los lunes en el fondo de tu casa.

¿Cómo nace esta idea de armar un programa con el archivo del ciclo?

Yo siempre le decía a papá que él tenía que utilizar el archivo y él ni bola. Me decía “hacé lo que quieras”, y yo quería hacerlo con él. Imaginate que si hoy él presentara esto sería tremendo. Pero fue pasando el tiempo, ninguno de los dos hizo nada, y una vez que papá no estuvo más, me dije que capaz era el momento para hacerlo. Ojalá ahora lo esté viendo desde el cielo.

El estudio de Estadio Uno

¿En qué formato y donde estaba el archivo de Estadio Uno?

Como el programa lo producía mi padre a través de una empresa propia, ahí estaba todo. Él grababa absolutamente todo. No regrababa nada. Eso no es común acá, y hoy con esto me termino de dar cuenta las locuras que hacía mi padre. Ver un video de 1978 y preguntarme “¿en qué pensaba cuando grababa esto?”, porque lo que le importaba era emitirlo en ese momento y nada más, pero guardó todo. Tenemos mucho material en VHS, los programas de Estadio Uno y de Cabalgata deportiva, que mi padre conducía los sábados. Todo lo demás está digitalizado y preservado. Mi madre me dice “nunca digas donde está todo”. Así que no puedo decir más nada (risas). Pero sí puedo decir que está prácticamente toda la historia de Estadio Uno registrada.

¿Qué joyas hay en el archivo?

Hay goles, entrevistas, hay una a Maradona que le hace Juan Gallardo en 1980; una a Joao Havelange que se hizo cuando vino a ver las instalaciones para el Mundialito, el resumen del partido de Uruguay y Venezuela cuando fracturan a Morena, y el otro día vi, que no sabía que existía, y no es tan conocida, pero la vamos a emitir, una mesa en la que está mi padre, Juan Carlos Scelza y otros periodistas que no recuerdo, con Paco Casal. Acá adentro, en esta mesa.

Sánchez en el estudio de Estadio Uno

¿Qué te genera cuando ves el programa nuevo?

La verdad que cuando empecé con esto lo hice porque me apasiona y me gusta. Si me preguntás si lo hice para homenajear a mi papá, yo te digo que no, porque no creo que mi padre necesite más homenaje que todos los que ya tuvo en su vida. No creo que todo el mundo se acuerde de mi papá porque yo haga este programa. Yo creo que la gente se acuerda de mi papá por todo lo que él hizo. Pero sí me fui dando cuenta con todas las cosas que me han sucedido desde que empecé con este emprendimiento, como hablar con los periodistas de Estadio Uno, con los jugadores de fútbol de la época, con la prensa, de todo lo que genera esto. A todo el mundo le fascinó, el otro día terminé hablando con Diego Lugano, con quien nunca en mi vida hablé antes. Nos empezó a seguir, le escribí para pedirle que grabe una presentación para el programa y me terminó pidiendo él a mí los goles de Paulo Silas en Central Español. Es muy loco todo lo que está pasando, que más de 7000 personas hayan visto el programa, todo.

El estudio de Estadio Uno

El programa lo conduce Juan Pablo Taborda. ¿En algún momento te planteaste conducir vos, o la idea siempre fue que estuviera alguien más en ese rol?

Mi papá me enloquecía con que me sentara en la mesa de Estadio Uno con él, me decía que analizaba muy bien el fútbol, que tenía que hacer una prueba. Y a mí me daba vergüenza, no quería. Así que nunca lo hice. Cuando arranqué con esta historia pensé en conducir, pero preferí que lo hiciera Juan Pablo, que es historiador, trabaja en medios. Capaz en algún momento presento algo, capaz por la cuestión del legado familiar, pero no sé.

¿Hasta cuándo durará Estadio Uno: el archivo?

Yo creo que va a durar hasta que la gente quiera. Hay material como para hacerlo 20 años, pero todo depende de la demanda. Ojalá sea mucho tiempo, porque hay un material espectacular.

El estudio de Estadio Uno

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