Quizá fue un tuit, o un comentario en cualquiera de las redes sociales en las que participa; tal vez no haya conectado con el entrevistador, ofreciendo una pésima primera impresión; o puede que no deba seguir insistiendo en contestar a ciertas ofertas, o perseguir determinados trabajos para los que no está preparado, porque sus capacidades profesionales no encajan con lo que piden las empresas. Probablemente esté frustrado después de varios fracasos en su búsqueda de empleo. Y habrá quien achaque todo esto a que usted no sabe buscar trabajo en un mercado laboral que exige estrategias muy diferentes.
Juan San Andrés, consultor español de recursos humanos y coach, explica que "la experiencia de ser rechazado repetidamente en las entrevistas de trabajo es de las más duras y desesperanzadoras", y sugiere en primer lugar que el candidato no aceptado trate de averiguar, con sencillez pero con asertividad, por qué lo están rechazando los diferentes entrevistadores. "Conviene pedir ayuda para progresar, pero también es necesario que a uno le digan la verdad, porque se trata de mejorar. Mucha gente querrá ayudarlo si usted lo pide adecuadamente. Eso sirve para conocer nuestros puntos más débiles".
Analice qué hay detrás de cada no y proponga un plan de acción para superar la frustración que supone el rechazo.
Pilar Jericó, socia directora de la consultora Be-Up (España), recomienda buscar el feedback detrás de cada no: "Pregunte el porqué y plantéese un plan de acción para superarlo. Tome distancia del error y no se machaque a usted mismo. Utilice el sentido del humor para encontrar fuerzas y continuar; y evite el victimismo o culpar a los demás. Ante los contratiempos, algo ha de aprender. Su éxito es abrir muchas puertas. Si se cae, vuelva a levantarse, porque quizá haya otro trabajo mejor esperándolo".
Carolina Mouné, responsable de recursos humanos de la consultora Spring Proffesional, distingue entre aquellos que buscan un cambio dentro de su empresa y los que rastrean un puesto fuera. Sobre estos últimos recuerda que "el proceso de evaluación empieza en el minuto uno, cuando descuelgan el teléfono la primera vez que hablan con el reclutador. En ese momento se tiene en cuenta cómo contestan, el tono de voz... Luego llega la entrevista, y más tarde llega el momento del feedback, cuando a uno le dicen si es apto o no. Si lo rechazan, lo recomendable es indagar acerca de aquello en lo que puede mejorar y trabajar a partir de esa información. Se trata de buscar feedback para ser mejor candidato, y descubrir qué buscan los empleadores y cuáles son las carencias".
A esto San Andrés añade la necesidad de revisar el currículum y eliminar o cambiar aquellos puntos cuya explicación lo pueda estar poniendo en apuros en las entrevistas. Y también conviene ensayar su comportamiento en el cara a cara, sin dejarlo al azar. San Andrés cree que el encuentro con el entrevistador es el momento de la verdad, en el que usted muestra cómo es en las interacciones personales. Y también sugiere "la posibilidad de plantearse si debería dirigirse a otro tipo de empresas, a otro segmento del mercado. Puede que no guste en las multinacionales pero que sea muy interesante para una pyme".
El experto aconseja además ajustar la presentación de su experiencia profesional para cada entrevista en función del puesto que se debe cubrir: "No se trata de inventar, sino de presentar lo que sabemos y lo que hemos hecho, de modo que se vea cómo podemos responder a los requisitos del puesto concreto".
Jericó añade que "buscar empleo es un trabajo no solo en el tiempo sino también en la gestión de nuestras emociones. Conviene trabajar la red de contactos, asistir a eventos... Hay que ser creativo en el currículum, evitando poner solo lo típico. Es necesario diferenciarse". Además, recuerda que "en una entrevista competimos contra otros candidatos y contra el desánimo. El que sale vencedor antes de la batalla ha ganado. Identifique sus fortalezas a lo largo de su vida y crea en ellas. No vaya pensando que no lo va a lograr y trate de dar lo mejor de usted en la entrevista".
San Andrés cree que "si las entrevistas le causan ansiedad, debe aprender a relajarse. Visualícese haciendo bien la prueba, teniendo éxito al hablar de usted, persuadiendo al entrevistador. A menudo los fracasos repetidos pueden crear una imagen muy negativa que llevamos con nosotros a cada encuentro con el reclutador. Hay que sustituirla por una más positiva y seguramente más realista".
En el caso de los sénior que buscan trabajo y son rechazados, San Andrés brinda algunas sugerencias: "Si usted es de edad avanzada, haga que su atuendo y presencia resulten actuales, pero sin estridencias. Elimine de sus respuestas comentarios como: "en aquellos tiempos", "antes era distinto", "los jóvenes de ahora", "la gente mayor tiene más experiencia". Esto resulta especialmente importante si el entrevistador es joven.
También puede resultar útil buscar ayuda en alguna asociación de profesionales sénior, sin que esto haga que el hecho de ser maduro vaya a condicionarlo negativamente.
Además, hay que tener en cuenta que ciertos candidatos con mucha y buena experiencia pueden resultar abrumadores para sus entrevistadores. San Andrés cree que "estos deben ser conscientes de este hecho, y no alardear o presentar en todos sus detalles sus experiencias".
Para Andrés Fontenla, socio director de Recarte&Fontenla, Executive Search (España), una de las claves es "diseñar un mapa profesional que nos permita ser protagonistas de nuestro futuro". También cree necesario trabajar la empleabilidad, formarse y no quedarse estancado; identificar nuevos retos y explorar nuevas áreas de interés para anticiparse a los tiempos y a las necesidades de las empresas. Se refiere asimismo a la necesidad de mostrar nuestra orientación al negocio, cualquiera que sea el área de la empresa para la que nos entrevisten, y cultivar un perfil tecnológico empleando las nuevas herramientas y las redes sociales.
A todo esto añade la conveniencia de "demostrar capacidades de pensamiento lateral, imaginación al poder; apoyarse en las experiencias vividas, ser más consciente del intangible emocional y desarrollar un toque humano".
Nuevas estrategias y un consuelo
El que llega por primera vez a un empleo y trata de ser simpático, bromeando en la máquina de café, puede parecer cargante para unos y agradable para otros. Andrés Pérez Ortega, consultor en estrategia personal, asegura que "cada cual debe decidir si la percepción que genera le ayuda o le perjudica en su trabajo". Por eso es importante saber cómo nos ven los demás. Para recuperarse de una mala impresión, Pérez sugiere dos opciones:
El tiempo lo cura todo. Cualquier imagen negativa que hayamos generado se va diluyendo hasta convertirse en anécdota. Aunque quizá en una empresa no dispongamos de esos plazos. Por otra parte, con los medios sociales, es probable que esos errores se mantengan vivos durante más tiempo o incluso refloten cada cierto tiempo. La recomendación es que, en lugar de tratar de arreglar el desaguisado a corto plazo, resulta preferible mantener un perfil bajo para no volver a sacar a flote el error.Inicio de sesión
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