Hacia un plan maestro de crecimiento y desarrollo

La visión de "Producir acá y venderle al mundo" no es solo una estrategia económica; es un reconocimiento profundo a la creatividad y al valor de muchos uruguayos que están generando sus propias oportunidades a partir de tantos esfuerzos que en estos últimos tiempos presencié en varios puntos del país visitados.

Estoy convencido de que hay miles de uruguayos listos para trabajar, innovar y destacar en el escenario mundial. Nuestra fuerza no radica solo en el empleo asalariado, sino también en la capacidad de emprender y liderar en diversos campos.

El país ha iniciado un nuevo camino. De ello no tengo dudas. Y lo ha hecho con la madre de todos los cambios, con la locomotora del progreso al decir de José Pedro Varela. Lo ha hecho a partir de la Transformación Educativa que hoy, reconocida por especialistas internacionales, está mostrando los primeros resultados positivos e iniciando un cambio trascendental en lo curricular y en la formación de docentes. Por eso debemos asegurar que la misma continúe a futuro y potenciar otras transformaciones que impacten directamente en la vida de la gente continuando caminos ya iniciados o generando nuevos de corto y mediano impacto.

Uruguay tiene el potencial para hacerlo - de ello también estoy convencido - mostrando al mundo sus ventajas comparativas y posibilidad efectiva de innovar la que emana de estrechar vínculos entre la ciencia, la tecnología con los sectores productivos en sus diversas manifestaciones. Somos una república caracterizada por el empuje, la fuerza del cambio y la visión emprendedora que nos ha permitido, en diversos momentos, ser adelantados a las épocas vividas. Ahora estamos en un cambio de época y basados en nuestras ricas tradiciones nuestro gran desafío es con el porvenir, con el futuro que en muchos casos ya es presente.

Por eso hay que avanzar en la concreción de un plan que nos permita desarrollarnos a partir de un crecimiento genuino que tomando en consideración las diversas realidades nacionales aproveche al máximo las potencialidades a partir de la adopción de decisiones en diversos ámbitos. Decisiones que concreten nuevos mercados, aumento de la producción a partir de la interacción con la ciencia y la tecnología, así como nuevas inversiones desde las posibilidades y condiciones ventajosas con las que contamos.

Esta visión trasciende la mera expresión de deseos. Para que se concrete en realidad requiere una intervención del Estado coordinada y articulada en beneficio de los sectores de actividad y con participación efectiva de los mismos. No se trata de una tarea específica y de efecto único. Se trata de una acción fuertemente planificada con evaluaciones de impacto y resultado que permitan concretar logros desde una perspectiva de naturaleza transversal, abarcando diversos sectores y requiriendo la participación de instituciones gubernamentales, las que al mismo momento deberán profesionalizar sus servicios. Se trata de un plan maestro de crecimiento y desarrollo productivo.

La coordinación de esfuerzos a nivel estatal se presenta como un elemento esencial para garantizar el éxito. Implica no solo la alineación de políticas y recursos, sino también la creación de sinergias entre diferentes entidades gubernamentales, cada una aportando su experiencia y capacidades para avanzar hacia un objetivo común. Desde los organismos encargados de la planificación económica hasta aquellos dedicados a la promoción del emprendimiento y la innovación, los ministerios vinculados a los sectores de actividad y con ellos las entidades correspondientes, así como nuestra cancillería con entidades asociadas. La cooperación interinstitucional e intersectorial se convierte así en un factor determinante para superar desafíos y maximizar los resultados, con efectivo involucramiento del sector privado y sus diversas organizaciones.

Además, la tarea transversal implica que esta visión no se confina a un solo sector o ministerio, sino que permea todos los niveles y áreas de la administración pública. Desde la educación y la formación profesional hasta las políticas de fomento empresarial, la infraestructura y los beneficios de la tecnología aplicada. Cada eslabón debe contribuir de manera armónica y coordinada para lograr un cambio significativo en la realidad económica del país.

El próximo gobierno deberá liderar este proceso a partir de un compromiso con la acción concreta y directa. Un compromiso con la toma de decisiones y las correspondientes responsabilidades que las mismas implican. La magnitud de la tarea es importante siendo conscientes de que el tiempo es ahora y las oportunidades están a la vista de quienes las quieran ver.