Economía y Empresas > Entrevista

Héctor "Pepe" Bavastro: "Rematar es como una obra de teatro. Si el público es frío tendrás que remarla mucho más"

A 100 años de la fundación de Remates Bavastro, su responsable habló sobre la situación del negocio y la importancia de aggiornarse
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16 de agosto de 2017 a las 05:00
Días atrás, un estadounidense llegó a remates Bavastro y al intentar ubicar al responsable, le indicaron que preguntara por Pepe. "¿Cómo voy a llamarlo Pepe si no lo conozco?", dijo sorprendido el extranjero. Es que Héctor Bavastro no se da la vuelta si no lo llaman por el sobrenombre con el que lo bautizó su hermano. Desde 1985 está al frente de la casa de remates y subastas a la par de sus dos hijos y su hermana. En su oficina tiene un mapa donde marca con pines cada rincón del mundo recorrido y su escritorio está frente a un cuadro que retrata a su padre, Eugenio Bavastro, fundador de la empresa en 1917, de quien heredó la vocación de rematador gracias a que lo llevó a trabajar con él cuando cumplió la mayoría de edad. Para sus 100 años, la empresa no prepara una fiesta ya que implicaría dejar a mucha gente afuera. En cambio, lanzará un libro como "invitación pública" en octubre, que tendrá a su fundador como protagonista de la historia.

En el remate de Pluna realizado la semana pasada predominó el humor. ¿Es esta una característica de su forma de rematar?
Ahí se dio naturalmente y mucha gente lo tomó mal. Pero esa fluidez con el público es parte fundamental. Si hay fluidez te sentís más cómodo para rematar. Hay remates incómodos porque el público es callado y no sabés como entrarle. Rematar es como una obra de teatro. Vos estás en la tarima y si el público es frío tendrás que remarla mucho más. Cuando el público es más abierto y lo conocés, podés hacer algún chiste o referencia a algo. Si no lo conoces tenés que cuidarte más, y más hoy en día.

¿Qué es lo que más le gusta del negocio?
Es lindo porque cambia todos los días. Tiene su rutina pero el lunes se remata Pluna, hoy tasás otra empresa y mañana estás viendo antigüedades en Punta del Este o entrando a una sala de operaciones de un hospital. Vas de un lado a otro, eso es lo que tiene de distinto.

¿Cuál es la clave para ser un buen rematador?
La honestidad. Este es un negocio muy transparente. No te va a ir bien los 100 años, tendrás años buenos y otros malos, como toda empresa. El asunto es tener ganas de seguir haciendo lo mismo y tratar de aggiornarte a las nuevas tendencias, a cómo cambió todo, la comunicación, las ventas.

Trabaja junto a sus dos hijos ¿Ayudan ellos a aggiornarse?
Lo que es la parte de Facebook, Whatsapp, publicidad en internet, es todo manejo de ellos. Son los que toman la iniciativa en eso. Lo mío es de afuera, me consultan y ya está. Tenemos una página de Facebook con 52.000 seguidores que manejamos bastante bien. Tenemos ofertas por ahí y clientes del exterior. Las llamadas y encargos por Facebook se dan cada vez más. También subimos fotos institucionales a Instagram y hacemos tasaciones por mail y Whatsapp. Facebok y Whatsapp es lo que más se mueve.
Muchos clientes ni vienen al remate y capaz que ni vienen a buscar las cosas. Hacen una transferencia bancaria y le mandas las cosas. Mis hijos también rematan e hicieron los dos años del curso de rematador. Estamos por implementar para rematar online. Es un sitio donde subís todos los lotes y va en linea con los remates. Serviría para alhajas, pintura y mobiliario, donde se puede conseguir clientes del exterior.

¿En qué situación está el negocio?
El remate es anticíclico. Si el país está bien, el remate funciona tranquilamente y se vende. Si el país está mal vas a tener más cosas para rematar, que es lo que pasa ahora. Tenés más mercadería; pero si hay mercadería siempre hay alguien que compra.

¿Qué bienes son los más valorados?
Las cosas buenas y que no se consiguen en otro lado. Lo bueno se vende siempre, haya crisis o no. Lo medio ya depende de si hay crisis, se comprará menos artículos para la casa, alhajas o arte. La clase media se ajusta más el bolsillo. Lo que pasa es que el precio del remate es conveniente y además se consiguen cosas de todo tipo.

¿Y cuáles menos?
Informática, electrodomésticos. Los muebles nuevos hoy valen tres pesos, y en los remates ya no valen nada.

¿Cómo es el público?
Tenemos una clientela fija que es seguidora de los remates. En el semanal el 70% del público siempre es el mismo y el 30% cambia según la variedad que tengas. Hay mucha más gente joven que antes.

Edad: 61 años
Familia: Casado, dos hijos
Destino de viaje preferido: Polinesia

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