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Hijo de Rubén Lena denuncia que Kusturica usó A Don José sin permiso

Eduardo Lena señala que la película sobre Mujica viola los derechos de autor
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16 de febrero de 2020 a las 05:00

La canción A Don José fue usada en la película El Pepe, una vida suprema sin el consentimiento de la familia de su autor, el compositor olimareño Rubén Lena.

“Ni mi madre, ni mis hermanos ni yo fuimos consultados. A ninguno nos llegó ningún aviso ni consulta, ni por mail ni por teléfono”, dijo a El Observador Eduardo Lena, uno de los cuatro hijos del recordado autor y maestro rural, fallecido en 1995.

Los productores de la película tampoco consultaron en la Asociación General de Autores del Uruguay (Agadu), informó su director general Eduardo de Freitas. En ocasiones, Agadu asume la tarea de contactar y consultar a los autores o sus herederos cuando alguien quiere emplear una de sus canciones. Pero eso tampoco ocurrió en este caso.

Eduardo Lena dijo que está estudiando la situación con sus asesores legales. 

La canción dedicada a José Artigas se usa en tres momentos del documental que dirigió el serbio Emir Kusturica y ocupa unos diez minutos de su banda sonora. En dos de esos pasajes, A Don José está sincronizada como música de fondo de discursos o imágenes de Mujica junto a grandes personalidades o multitudes que lo vivan. En la tercera aparición, la canción acompaña los títulos del filme.

Como no hay ninguna referencia al prócer, la yuxtaposición de la canción con las imágenes del expresidente hace que el “Don José” del que Lena escribió que “va alumbrando con su voz la oscuridad” parezca no ser Artigas, sino el propio José Mujica.

“No los hemos consultado”

Los derechos del autor de una canción rigen hasta 70 años luego de su muerte. En caso de que el autor fallezca antes de ese plazo, las regalías pasan a su cónyuge e hijos. Lena murió en 1995 y sus derechos pasaron en 50% a su viuda y en otro 50% a sus cuatro hijos. Uno de estos hijos también falleció y su parte quedó en manos de sus respectivos hijos, nietos del autor. 

En ocasiones, los compositores ceden parte de sus derechos de autor a un representante a cambio de que éste promueva su obra. Lena había cedido parte de los derechos de A Don José a la discográfica Warner en un contrato firmado en 1966. Según Eduardo Lena, la cesión fue solo del 50%.

Pero lo que siempre permanece en manos del autor o sus descendientes son los llamados “derechos morales” de la obra, que son los que garantizan que ella nunca se use violentando su concepción original o los valores que representa.

 

Eduardo Lena entiende que, en el caso de El Pepe, una vida suprema los productores debieron consultar a la familia como dueños del 50% de los derechos de autor y por los derechos morales, que nunca dejan de pertenecer al autor o sus herederos.

Julián Kanarek, uno de los impulsores de la película, dijo a El Observador que los derechos musicales fueron manejados por la productora argentina K&S.

Matías Mosterein, de K&S y uno de los tres productores ejecutivos del documental, manifestó a través de WhatsApp desde Buenos Aires que el uso de la canción se acordó con la filial argentina de la discográfica Warner Chappell. Y envió documentos que acreditan el pago de 50 mil pesos argentinos por los derechos de autor.

El pago fue efectuado ante la Sociedad Argentina de Autores y Compositores (Sadaic), el equivalente a Agadu en ese país, en setiembre de 2018. En ese momento, 50 mil pesos argentinos equivalían a unos US$ 1.300. El pago debió ser enviado a Agadu para ser entregado a la familia Lena.  

“Nuestra productora obtuvo la autorización de Warner Chappell en representación de Lena. Ellos fijaron la tarifa y la informaron a Sadaic”, escribió Mosterein. “Y le pagamos a Sadaic, la entidad que recauda en nombre de los autores y compositores según la ley”.

Mosterein agregó que “Sadaic y Warner son quienes se encargaron de gestionar el permiso ante los herederos del compositor y de no haber contado con su autorización y consentimiento no podrían haber autorizado ni cobrado la sincronización”.

Sin embargo, Eduardo Lena negó que eso haya ocurrido.

Marcelo Gacio, de Warner Chappell, admitió que no se contactó a la familia Lena. “En este caso no los hemos consultado”, escribió por WhatsApp desde Argentina.  Y sobre el uso de la canción en la película agregó que fue su empresa quien lo autorizó: “Fue autorizada por la editorial en virtud del contrato celebrado con el autor Rubén Lena en agosto de 1966”.

Gacio también manifestó que el cachet de 50 mil pesos argentinos se fijó “en función de lo que se paga en el mercado para un documental”

El funcionario de la discográfica prefirió no responder cuando se le preguntó por qué no se consultó a la familia y dijo que las explicaciones las darán en persona. Pero al cierre de esta nota Warner aún no había contactado a los Lena.

Eduardo Lena posee copia del contrato firmado en 1966 donde se establece que su padre cede a Warner el 50% de los derechos. En base a ello, insiste en que la familia debió ser consultada.

Además, Diego Drexler, secretario general de Agadu, ratificó que los “derechos morales” de una obra siempre permanecen en manos de su autor o de sus descendientes, más allá de que los derechos económicos hayan sido cedidos parcial o totalmente. Por ello la familia también debió autorizar el uso de A Don José en el filme.

Al cierre de esta nota, Agadu intentaba determinar si los 50 mil pesos argentinos fueron finalmente enviados a Uruguay. Una consulta a Sadaic al respecto estaba pendiente de respuesta.

Unir, no dividir

Eduardo Lena dijo que su familia recibe numerosos pedidos para usar la obra de su padre, y que la tendencia general es a autorizarlos. Hace poco se permitió, por ejemplo, que un grupo argentino grabara una versión reggae de A Don José.

Otro ejemplo de uso autorizado de la obra de Lena se dio en el documental Wilson, de Mateo Gutiérrez. En ese caso toda la familia, viuda, hijos y nietos, fueron consultados y firmaron autorizando que las canciones de Lena aparecieran en la banda sonora.

La canción A Don José ha sido empleada políticamente en más de una ocasión.

Eduardo Lena recordó haber visto tarjetas de presentación de oficiales del Ejército durante la dictadura con estrofas de A Don José. Aquel fue un uso no autorizado.

Según relató, tampoco lo fue un aviso de la campaña electoral que llevó a Mujica a la Presidencia, que usó A Don José. La familia tampoco fue consultada en ese caso.

En 2003 la canción fue declarada por ley “himno cultural y popular” del Uruguay.

En 2014, al celebrarse su 50 aniversario, Eduardo Lena y Agadu organización un homenaje con el eslogan “la canción de todos”.

Para Eduardo Lena, “A Don José fue creada por mi padre para unir, no para dividir a los uruguayos. Y como un legado para los niños, los escolares, las nuevas generaciones. Se transformó en una de las pocas unanimidades nacionales. Cuando se la usa en forma partidaria, se avasallan los derechos del autor, de la familia, de la educación pública, de los niños y del pueblo uruguayo”. 

 

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