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Hotel Carrasco: el ambicioso proyecto que no ha encontrado la vuelta y va por otro round
En 100 años desde su fundación vivió décadas esplendorosas, erigiéndose en un paisaje emblemático de Montevideo y albergando huéspedes de renombre internacional. Pero fueron más los años en que la coyuntura le jugó en contra, y el gigante enclavado en plena rambla de Carrasco cayó en el abandono.
En su último período tuvo una segundo round de la mano de una prestigiosa cadena hotelera, aunque sin lograr todavía encauzar su magnitud a la prosperidad de sus inicios.
El hoy llamado Sofitel Montevideo Casino Carrasco –popularmente conocido como el Hotel Carrasco– retornó a la actividad a 19 meses de haber cerrado sus puertas. La pandemia cerró las fronteras y golpeó duro al icónico edificio, ideado en especial para los jugadores VIP de los casinos, un público objetivo definido en la adjudicación diez años atrás.
"El casino estuvo cerrado por casi ocho meses, cinco en 2020 y tres en 2021, lo que afectó gravemente los ingresos de la empresa", dijo a El Observador el director de Relaciones Institucionales de Codere –líder del consorcio Carrasco Nobile responsable de la concesión– Fernando González, en una respuesta brindada por escrito.
El lapso de inactividad requirió de un salvataje del entorno de los US$ 3 millones –en 2020 y también en 2021– de parte de la casa matriz de España, frente a las exigencias de mantener en condiciones al edificio y la seguridad de sus alrededores. Tenía por otro lado que cumplir con el pago del canon a la Intendencia de Montevideo (IM) y otros costos por acreedores y seguros.
"Con el casino y el hotel funcionando, la situación es más optimista, pero seguirá impactada por la falta de actividad durante mucho tiempo y por las restricciones que aún genera la emergencia sanitaria", estableció González.
Tropezones
La abstención rebelde del entonces edil tupamaro Jorge Zabalza llevó en 1998 a que Tabaré Vázquez renunciara a la presidencia del Frente Amplio. La administración de Mariano Arana en la IM impulsaba la concesión del histórico hotel –en aquel tiempo en manos de la comuna– a la firma Carmitel, pero no consiguió los votos.
La estructura concebida por los arquitectos franco-suizos Jacques Dunat y Gastón Mallet –ejecutada por el uruguayo Felipe Elena– había visto la gloria desde su inauguración en 1921, hasta que la caída en el turismo proveniente de la vecina Argentina marcó el inicio de su decadencia. La gestión se hizo insostenible y la IM buscó su concesión, hasta que, con Zabalza fuera de la junta departamental, se consolidó en 1999.
La crisis de 2002 puso paños fríos a los horizontes de apertura fijados para el año siguiente y, tras sucesivas prórrogas, Carmitel se bajó del barco con una remodelación que distaba mucho de estar terminada. La IM volvió a hacerse cargo, esta vez con un déficit creciente en los casinos de su jurisdicción, que dejó la gestión del exdirector Juan Carlos Bengoa, quien fue procesado en 2007 por la Justicia.
La administración de Ricardo Ehrlich en la intendencia inició el proceso de adjudicación que culminó en 2009 en manos de Carrasco Nobile. La restauración que llevó a la reapertura en 2013 –no sin complicaciones y atrasos– exigió un trabajo minucioso de recuperación del edificio patrimonial y costó unos US$ 110 millones, casi el doble de lo proyectado años atrás.
La falta de rentabilidad obligó al consorcio a renegociar nuevos términos para el pago del cánon, al que la comuna accedió pese a que le implicaba una renuncia millonaria. Fuentes de esa administración dijeron a El Observador que la compañía le transmitía que estaban en una crisis y que hasta estaba sobre la mesa la venta del hotel. Los nuevos criterios descomprimieron la gestión, aunque la IM pidió como contrapartida obras en los alrededores –como tornar en peatonal la calle que conduce hacia la iglesia Stella Maris– por unos US$ 4 millones.
Pese a la rebaja, los ingresos de la intendencia por concepto del canon nunca cumplieron con las expectativas de las autoridades departamentales, comentaron a El Observador fuentes de la gestión de Daniel Martínez, aunque destacaron que siempre se cumplió con los pagos.
La compañía nunca logró capitalizar a esos jugadores VIP que había proyectado. No obstante, desde el anterior gobierno departamental subrayaron una virtud que sí se cumplió por completo: el hotel se mantuvo en pie y revitalizó el entorno, a diferencia de lo que había ocurrido durante años.
Ahora se abre una nueva oportunidad. El vocero de Codere consideró como “satisfactorio” el rendimiento actual del casino, al situarse en “valores similares a la prepandemia”. “En noviembre, con la llegada de turistas brasileños que vienen a la final de la Libertadores, esperamos mejoras en las cifras”, planteó González.
“Cuanto mejor le vaya, mejor le va a ir a todo Montevideo”, declaró por su parte el director de Desarrollo Económico de la comuna, Gustavo Cabrera, quien pone su expectativa en el impacto para proovedores y el entorno.
El gerente general de Sofitel Montevideo, Alejandro Gallegos, dijo a El Observador que Argentina y Brasil siguen siendo los mercados más importantes. “Esperamos que los planes de conectividad del Ministerio de Turismo amplíen la oferta de líneas aéreas volando directamente a Montevideo para poder captar mayor flujo de turismo internacional”, zanjó.
