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Humillaciones y castigos a cadetes de la Fuerza Aérea por reírse o por el color de la ropa interior: qué dice la investigación interna

La indagatoria se anexó al expediente del aspirante Ariel Cortés, quien ha denunciado haber sido abusado física y psicológicamente en la Escuela Militar de Aeronáutica
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21 de enero de 2023 a las 05:01

Una investigación interna de la Fuerza Aérea Uruguaya da cuenta de variados abusos realizados contra aspirantes a ingresar la fuerza de aire, de parte de cadetes de tercer año, algunos de ellos distinguidos con el grado de “cabo honorario”.

La investigación “de urgencia”, a cargo de la mayor Silvia Caravia, fue ordenada el 27 de abril de 2021, pero era desconocida hasta el momento. El documento está anexado al expediente del aspirante Ariel Cortés, quien ha denunciado haber sido abusado física y psicológicamente en la Escuela Militar de Aeronáutica, donde le habrían lesionado una rodilla y un oficial le habría abierto una carta personal y obligado a leerla delante de un colectivo de cadetes y oficiales.

A la mayor Caravia se le encomendó investigar “sobre los presuntos actos de situación de apremio físico en el desarrollo del curso básico de formación militar de la escuela Militar de Aeronáutica”.

Como contexto de su investigación, la oficial recuerda que el Decreto 55/94, en su artículo 10, establece que: “Son contrarios a la disciplina militar y deberán ser severamente sancionados todo rigor innecesario o castigo no previsto reglamentariamente o desproporcionado con la falta, todo castigo impuesto por sentimientos ajenos al deber y todo gesto o acto que lesiona la dignidad del sancionado”.

Sin embargo, la investigación mostró que tal decreto no se respetaba en 2021 en la Escuela Militar de Aeronáutica.

A pesar de que en el documento al que accedió El Observador se detallan los nombres completos de los aspirantes y cadetes, se entendió prudente no incluirlos en esta nota.

Las iniciales que se usan son para facilitar la lectura, pero no son indicativas de los verdaderos nombres de los castigados y sus castigadores.

Ninguno de los testimonios es de Cortés, sino de otros aspirantes.

El aspirante Z. relató que a pesar de estar eximido de realizar ejercicios por un dolor en una rodilla, varios cadetes de tercer año le ordenaron hacer “ejercicios del tren superior, flexiones, planchas y abdominales”.

Algo parecido le pasó al aspirante Y, quien estaba liberado de realizar ejercicios por padecer un esguince de tobillo, y sin embargo debió hacer “lagartijas, canguros y planchas”, porque así se lo ordenaron los cadetes de tercero.

Otro aspirante informó que “vio correr a dos de sus camaradas en Plaza de Armas mientras eran obligados a gritar: ´Soy un mentiroso’”. Y también se denunció que quienes se iban de baja eran “humillados” frente a todos por “no poder realizar las actividades físicas”.

La mayor Caravia detectó varias “situaciones de presuntos delitos, faltas gravísimas y graves”.

Algunas de ellas son las siguientes:

Seis aspirantes informaron “que el teniente primero Pablo Velarde les ordenó realizar flexiones de brazo en bedelía”.

Velarde lo admitió.

El aspirante X informó que el teniente primero Rudy Mendieta le ordenó correr en la plaza de armas.

Mendieta lo confirmó.

Fuerza Aérea

Una noche, a las 23 horas, el aspirante Z fue levantado de su cama por dos cabos honorarios (alumnos destacados del tercer año) y otro cadete de tercero. Uno de los cabos honorarios le dio la orden de levantarse ya que lo había visto “reír acostado”. Por eso, le ordenaron hacer diez flexiones, que se parara y simulara estar sentado contra la pared y también que hiciera diez lagartijas.

Los tres involucrados admitieron el episodio.

El aspirante Z relató que “se sintió humillado” otra vez, cuando tres cadetes de tercero “le hicieron ponerse en posición de sentadillas y le decían: ‘No haga caca Z’, ‘Se está cagando Z’. Si se reía, debía permanecer más tiempo en esa posición”.

Otra vez Z –que estaba eximido de hacer ejercicios por su lesión en la rodilla- fue obligado a hacer “múltiples ejercicios” físicos por un cadete de tercero que lo castigó por evidenciar “falta de reacción al retirarse del rancho”.

El rancho refiere a la hora de almorzar o cenar.

El aspirante X informó por escrito que A, cadete de tercero, “en horario de descanso tomó las llaves de su ropero, le abrió el mismo y le tiró todas sus pertenencias personales sobre la cama donde se encontraba descansando, justificando que las llaves estaban al alcance de cualquiera”.

A admitió que así fue.

X relató que un cabo honorario los obligó una noche a levantarse a las dos de la madrugada para realizar ejercicios en “posición de canguros”.

El cabo honorario dijo que fue a las 00:10.

X agregó que el cadete de tercero S una vez le ordenó hacer 20 lagartijas y un número no especificado de saltos después del rancho.

El aspirante W informó que el cadete S “le ordenó realizar diez flexiones de brazo por ‘contestar en voz baja’ y cada vez que contestaba en el mismo tono, le ordenaba nuevamente hacer flexiones de brazo hasta que un día llegó a hacer 120”.

En otra oportunidad a W otro cadete de tercero le ordenó hacer ejercicios físicos, como flexiones de brazo, sentadillas y canguros, porque “se reía”.

X relató que el cadete de tercero S le ordenó hacer 100 flexiones de brazo por tener un “boxer verde”. Y en otra oportunidad le ordenó saltar en un pie mientras debía gritar: “Soy una pija completa”. En otra oportunidad S le dio una patada en los glúteos mientras bajaban una escalera, aunque S “solo” recuerda haberle pegado en el casco.

Oficiales también

También los oficiales participaban de la costumbre de ordenar ejercicios físicos como castigos.

Un cadete de segundo año dijo que por una falta leve el teniente primero Reynaldo Silva le ordenó correr más de cinco vueltas a la plaza de armas grande, después de la retreta, la última formación del día antes de irse a dormir. 

Otro cadete de segundo relató que el mismo teniente Silva les hizo correr 20 vueltas a dicha plaza por una falta.

También el teniente primero Mauricio Quintero ordenó a cadetes de segundo año correr más de 20 vueltas alrededor del sector Operaciones por “entregar mal las novedades”. El mismo oficial ordenó a un grupo de cadetes correr cuatro vueltas alrededor de “la planchada” por no atender el teléfono.

Otro cadete informó que el teniente Matias Gaitán le ordenó correr diez vueltas a la plaza de armas por “entregar mal las novedades”. En este caso, Gaitán lo negó.

También el teniente primero Pablo Velarde fue acusado por un cadete de tercero de ordenar ejercicios en “posición de canguro” como castigo por “hacer uso indebido del material informático”.

Velarde dijo no recordar.

El cadete de tercero S justificó el ordenar ejercicios físicos a los aspirantes, durante el día o la noche, para “corregir las faltas cometidas cuando la corrección verbal no surtía efecto”.

El cabo honorario C admitió que ordenó hacer ejercicios físicos, incluso en la medianoche, “como medidas disciplinarias no reglamentarias”, pero afirmó que “siempre fue con el fin de progresar y con el celoso cuidado del bienestar psicológico y mental de sus subalternos”.

“Apremio naturalizado”

En sus conclusiones, Caravia entendió que los cadetes de tercero no debían ser sancionados porque ese año el curso, debido a la pandemia, tuvo una ausencia importante de oficiales subalternos responsables.

De todos modos, señaló que tanto cadetes como aspirantes tienen “un falso concepto del castigo físico”. Agregó que “el apremio físico se ha naturalizado” en la Escuela Militar de Aeronáutica.

La oficial pidió realizar tareas educativas respecto al castigo físico, de las cuales deberían participar oficiales, cadetes y aspirantes.

Como colofón de la investigación, el entonces director de la EMA, el coronel Walter Pérez, envió el 3 de mayo de 2021 un documento al comandante del Comando Aéreo de Personal en el cual admitió que los abusos ocurrieron.

“Se pudo determinar que las situaciones de apremio físico vienen ocurriendo desde hace muchos años, por lo cual tanto los oficiales más jóvenes como los propios cadetes lo han naturalizado, lo que ha provocado que no tengan cabal conciencia de cuándo este tipo de conductas son permitidas (ya que se trata de ejercicios físicos) y cuándo no”, señaló Pérez, sin referirse a los abusos constatados que no son ejercicios.

Agregó que ya se habían realizado instancias de capacitación como las reclamadas por Caravia y que todo sería tomado en cuenta para confeccionar los cursos de 2022, “lo que posiblemente reduzca la cantidad de deserciones que se producen”.

La investigación se dio en el marco del reclamo del aspirante Ariel Cortés, quien intentó ingresar a la Fuerza Aérea en 2021 y en 2022, y en ambos casos fue dado de baja.

A poco de ingresar a la Escuela Militar de Aeronáutica, Cortés comenzó a sufrir de dolores en una rodilla, por lo que fue eximido de realizar ejercicios físicos. Sin embargo, en un caso que originalmente denunció el diario El Telégrafo de Paysandú, ante la pasividad de las autoridades de la Escuela, los cadetes de tercer año lo obligaban a realizar esfuerzos humillantes, como por ejemplo, “transitar por el corredor del dormitorio apoyándose con los antebrazos y la punta de los pies, llevando una caja en la espalda”.

El ministro de Defensa Nacional, Javier García, ordenó una investigación interna sobre este caso.

Coronel Pérez designado agregado militar en Estados Unidos

El coronel aviador Walter Pérez, quien era el director de la Escuela Militar de Aeronáutica cuando las denuncias, fue nombrado recientemente agregado militar de la embajada de Uruguay en Washington.
Una resolución firmada por el presidente Luis Lacalle Pou el 18 de enero designa a Pérez “agregado aéreo y adjunto de defensa a la embajada de la República Oriental del Uruguay en los Estados Unidos de América a partir del 3 de mayo de 2023, por el período de dos años”.
El cargo fue propuesto por el Comando General de la Fuerza Aérea.

 

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