Es día de Pícnic! posreferéndum, pos Oscar, pos piña de Will Smith a Chris Rock, pero no pos este loco loco mundo en el que vivimos; que padecemos pero también disfrutamos, a no exagerar con la mala onda. Hablemos entonces del mundo del revés, de las lógicas que hacen agua y del sentido común que hemos perdido en este frenesí de información que nos llega desde todos los puntos del planeta (y más allá). Hablemos del humor, un arma de doble filo esencial para intentar entender la realidad, que suele ser más ridícula, irónica y triste que los propios chistes malos que a veces nos ofenden o lastiman.
¿Cuál es el límite del humor? Uno mismo, es lo único que se me ocurre responder. Cada persona reacciona ante un “chiste” (o lo que pretende serlo) de acuerdo a su experiencia, a sus estándares morales, su crianza y hasta su psicología. Will Smith reaccionó dándole un golpe en la cara al cómico que hizo un comentario ofensivo (y para nada gracioso) sobre la esposa de Smith, que está pelada porque tiene alopecia. El insólito momento, en medio de una ceremonia añeja que cada vez es más aburrida, me hizo pensar en el papel vital que tiene el humor para enfrentar las dificultades que todos tenemos un día sí y otro también. Y eso va mucho más allá de un cómico fuera de lugar o de un tipo de humor que uno no entiende o que incluso condena.
Te propongo que te abraces al humor y pruebes cuál es el que mejor se adapta a tu forma de ser. Ricky Gervais es un cómico inglés que se ha reído de una y mil maneras de sus propios colegas y de sí mismo (en varias oportunidades condujo los Globo de Oro y les dio palo y palo), pero también de temas tremendos, como el cáncer y la quimioterapia, la muerte súbita de un bebé y más. Tengo sentimientos encontrados con su humor, pero cada tanto me arranca una carcajada y con eso me basta. Podés verlo acá en Humanity, su unipersonal de Netflix. En cambio, me río de principio a fin (con ruido) con los stand ups de Ali Wong, que también podés ver en Netflix, carcajadas que comparto con amigas mujeres mientras que muchos amigos hombres quedan estupefactos y les parece todo de muy mal gusto. Advertencia: dice muchas malas palabras e incluye mucha escatología; mirala a tu propio riesgo.
Si querés reírte o llorar a piacere, acá hay un video con los momentos “no guionados” de la historia de los premios de la Academia, que han sido muchos y variados, desde un tropezón en el camino a la estatuilla, pasando por un hombre desnudo en el escenario, un beso robado a Halle Berry, una mejor película equivocada y una piña vergonzosa en tiempos en que lo que sobra es violencia. En conjunto da para reírse, porque si no nos reímos ¿qué nos queda? Soy Carina Novarese, siempre te leo si me contestás este mail y te agradezco tu compañía en la lectura.
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