Hunter Biden fue acusado a última hora del jueves por nueve cargos de fraude fiscal, y es la segunda vez en este año que el hijo del presidente de Estados Unidos, Joe Biden, es imputado por un fiscal especial que investiga sus tratos personales y comerciales.
Hunter Biden "se comprometió en un plan de cuatro años para pagar al menos US$ 1,4 millones en impuestos federales que debía por los años fiscales de 2016 a 2019, pero no lo hizo", dijo el fiscal David Weiss en una acusación de 56 páginas presentada en la corte del distrito de California.
Biden fue acusado de nueve cargos por no declarar ni pagar impuestos, evasión y por hacer declaraciones falsas de devolución de impuestos, dice la acusación.
Los nuevos cargos se proyectan como una nueva vergüenza para Joe Biden, en un momento clave en la carrera por su reelección en 2024 y con los republicanos acusándolo de beneficiarse de los negocios de su hijo en el extranjero.
El hijo menor del presidente estadounidense fue acusado antes por mentir sobre su uso de drogas en una solicitud federal para comprar un arma, y se declaró inocente.
Joe Biden insistió en que apoya a su hijo pese a su comportamiento problemático.
La nueva imputación afirma que Hunter Biden ganó más de US$ 7 millones entre 2016 y 2020, dinero que destinó a darse "un estilo de vida de gastos extravagantes" y por el cual "decidió no pagar impuestos".
Añadió que en ese período "gastó este dinero en drogas, acompañantes y novias, hoteles de lujo y renta de propiedades, carros exóticos, ropa; todo, menos sus impuestos".
Los republicanos abrieron una investigación de juicio político en el Congreso para probar una supuesta conspiración criminal de la familia Biden, pero no suministraron pruebas que comprometieran al presidente con un delito.
Hunter es abogado formado en Yale y lobbista devenido en artista, pero su vida se vio empañada por el alcoholismo y su adicción al crack.
(Con información de agencias)