El Poder Ejecutivo presentó este miércoles las proyecciones macroeconómicas para el resto del período de gobierno, como parte del mensaje y exposición de motivos que integran el informe de la Rendición de Cuentas, “bajo un contexto internacional que continúa caracterizado por un elevado grado de incertidumbre, producto de la invasión de Rusia a Ucrania y las restricciones a la movilidad implementadas por China tras el rebrote de casos de covid19 y la posible aparición de nuevas cepas más contagiosas”, según dice el documento.
A eso se suma “la aceleración en el endurecimiento monetario de las principales economías que, podrían tener un sesgo negativo sobre el crecimiento de la actividad global. Los desequilibrios macroeconómicos de algunos países de la región presentan una fuente adicional de incertidumbre”, dice el texto.
En ese contexto las autoridades esperan que la economía uruguaya crecerá 4,8% en 2022, es decir un punto por encima de la anterior proyección realizada en febrero.
El informe dice que se continúan observando señales de recuperación a nivel del consumo, la inversión y las exportaciones de bienes. Y desde la perspectiva de la oferta se proyecta un crecimiento generalizado, con “fuerte impulso” del sector comercio, transporte y actividades profesionales y arrendamiento.
Desde 2023 en adelante, se asume un crecimiento promedio de 2,7% anual, algo por encima del crecimiento potencial, “de la mano de la recuperación del efecto pandemia, el crecimiento global, y la continuidad en la implementación de reformas estructurales”, afirma el gobierno.
En detalle, para los años siguientes las cifras de crecimiento manejadas son de 3% para 2023 (desde 3,1% previo); 2,8% en 2024 (3,2% previo) y 2,5% para 2025 (3,2% previo).
En un contexto de aceleración global de la inflación, el equipo económico estableció una nueva proyección para ese indicador en 2022 que se sitúa en 8,5%, casi tres puntos por encima del 5,8% estipulado en la anterior Rendición y el Presupuesto quinquenal.
Los analistas privados proyectan una suba de precios de 8,6% para al año calendario cerrado en diciembre de acuerdo a la última encuesta de Expectativas Económicas del Banco Central (BCU). La inflación se mantuvo por tercer mes consecutivo en mayo en un guarismo de 9,4%.
Las proyecciones oficiales para los años siguientes son de 6,7 % en 2023 y de 5,8% en 2024, con lo que la inflación estaría dentro del rango meta en el último año de gobierno.
Con relación al mercado de trabajo, el informe estima que la cantidad de ocupados tendrá una recuperación de 2,5% este año lo que equivale a 40 mil puestos más. Y de cara a 2023 el gobierno proyecta que la población ocupada sea de 1,69 millones, lo que implica un aumento de 30 mil personas respecto a 2022.
“Se proyecta que la trayectoria conjunta de los salarios y el empleo evolucione en línea con la actividad económica. En este contexto, la actual administración de gobierno continuará promoviendo el empleo en simultáneo con la recuperación del salario real, en este contexto de crecimiento del PIB”, dice el informe.
Para el cierre de 2022 el valor del tipo de cambio se estima en $ 43,6 por dólar, con descenso de 2,5% respecto a 2021. En 2023 se recuperaría y llegaría a $ 45,5 (+4,4%). Para 2024 se estima que el valor del dólar mantenga la racha alcista con una cotización de $ 48,4 (+6,3%), y de $ 49,9 para 2025 (+3,2%).
La variación del tipo de cambio no constituye una meta de política sino un supuesto de trabajo sobre el cual se elabora la estrategia presupuestal aclara el informe.
El gobierno espera cerrar 2022 con un déficit fiscal observado de 2,9% del PIB que, en términos estructurales, equivaldría a un déficit de 2,6% del PIB. “En otras palabras, se espera poder cerrar el año corriente con una mejora del resultado fiscal estructural en torno a 0,1% del PIB, depurando de efectos cíclicos y extraordinarios como, por ejemplo, los gastos de la pandemia”, dice el informe.
Para el año 2023, se proyecta un resultado efectivo de -2,6% del PIB y un resultado estructural deficitario en 2,5% del PIB. Finalmente en 2024, se prevé alcanzar un resultado fiscal efectivo deficitario en 2,2% del PIB que, depurado de efectos cíclicos y extraordinarios, se ubicaría en un déficit fiscal estructural de 2,3%.
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