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Inteligencia artificial: ¿amiga o enemiga?

¿Acabará con el empleo? ¿Dominará a los humanos? Las creencias populares sobre esta tecnología están alimentadas por la ciencia ficción; ¿qué es realidad al hablar sobre esta disciplina?
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03 de noviembre de 2018 a las 05:04

Aunque el concepto surgió en el contexto de la segunda guerra mundial, la inteligencia artificial avanzó muchísimo en los últimos años. A partir de ciertas noticias y, sobre todo, a las películas y series de ciencia ficción que apelaran a ella para hablar de robots que se rebelan contra los hombres o personas que la utilizan con fines malintencionados, lo cierto es que para muchos los programa de computación diseñados para realizar determinadas operaciones que se consideran propias de la inteligencia humana, podrían ser más una amenaza que una oportunidad para la humanidad. Frente a este panorama, y mientras las industrias la incorporan para ser cada vez más eficiente y productiva, crecen también los mitos y creencias errados en torno a ella. 

Para evacuar las dudas más frecuentes sobre esta tecnología, Cromo consultó a cuatro expertos que explicaron cuáles son sus características, así como sus alcances concretos. 

La inteligencia artificial aprende por su cuenta

Fabio Gambach, vicepresidente regional de SAP Región Sur para las soluciones de Capital Humano, explicó que, en realidad, este proceso no es como parece. “La inteligencia artificial tiene la capacidad de encarar algunas actividades tediosas o repetitivas que, hasta ahora, requerían de la inteligencia humana. Ahora bien, a estos algoritmos primero se le deben enseñar para que aprenda y luego ejecute. Así es como la intervención humana refina los resultados y continúa el proceso de aprendizaje”, detalló a Cromo en Las Vegas, en el marco de la conferencia SuccessConnect 2018, un evento anual que realiza SAP, empresa especializada en el diseño de productos informáticos de gestión empresarial, tanto para empresas como para organizaciones y organismos públicos.

Para aprovecharla hay que ser experto, ingeniero o científico de datos

“Un usuario final simplemente consume el producto que la inteligencia artificial le acerca como, por ejemplo, recomendaciones de lectura, rutas alternativas o publicidad dirigida, por mencionar solo algunas”, explicó Gambach. Y ejemplificó: “En el área de recursos humanos, una herramienta de este tipo ayuda a los reclutadores a acelerar el proceso de selección de candidatos potenciales en búsquedas con cientos de aplicantes”. Algo importante es que los desarrolladores pueden aprovechar algoritmos existentes y evocarlos en sus aplicaciones; pero si se trata de generar modelos de inteligencia artificial, ahí sí se requieren conocimientos de data scientist y programación avanzada.

Las redes neuronales realmente funcionan como el cerebro humano

El concepto de redes neuronales para inteligencia artificial emula un procedimiento donde se da un patrón de entrada y se enseña un procedimiento de salida. “En el medio, estas redes neuronales van aprendiendo que ante determinadas entradas hay distintas salidas. A lo largo del tiempo y después de ir entrenando con miles, miles y miles de casos, estas redes terminan siendo expertas y ante una entrada pueden deducir la salida adecuada”, detalló Gonzalo García, director regional de Fortinet para Sudamérica, una empresa multinacional dedicada al desarrollo y la comercialización de software, dispositivos y servicios de ciberseguridad. 

“El valor, el poder y la eficacia de la inteligencia artificial no se debe a su capacidad de reemplazar a los seres humanos. De hecho, hace todo lo contrario, porque tanto la automatización como la inteligencia artificial en sí misma acentúan la importancia del conocimiento y la experiencia humana como algo central y crítico para el éxito”, dijo Gonzalo García

Para explicar aún más las diferencias, García se explayó: “Desde pequeño el ser humano busca entender que ‘si hago esto’ tendré este efecto y así varias veces y con distintas opciones para anticipar y predecir ante un escenario cuál será el efecto. Desde este aspecto, podemos decir que hay una analogía directa entre cómo funcionan las redes neuronales y el cerebro humano”.

Esta tecnología terminará con el trabajo hecho por los humanos

Es, probablemente, la hipótesis más controversial. Hay personas que postulan que las soluciones basadas en inteligencia artificial van a potenciar las habilidades de los trabajadores al presentarse como una herramienta laboral sin precedentes. Sin embargo, están los que creen que, en algún momento, las máquinas podrán hacer el trabajo por nosotros. “Sí, mucha gente se va a quedar sin empleo porque esta tecnología se ocupará de aquellas tareas repetitivas”, sostuvo  Juan José D’Alessandro, director de ventas y servicios de la empresa especializada en soluciones IT Softtek. Para paliar el problema del desempleo hay quienes reclaman que las empresas que utilizan este tipo de robots paguen impuestos similares a los que el Estado cobraría por una persona. De esta manera, los estados pagarían un subsidio de renta mínima básica. En cuanto a otras ramas de las tecnologías prominentes, como la realidad aumentada y la impresión 3D, todos ellas requerirán de especialistas, tal y como los ha requerido cualquier otra nueva profesión creada por el progreso tecnológico.

Los algoritmos de inteligencia artificial pueden descontrolarse

El miedo que existe se reduce a lo que se llama “singularidad”, que es el momento en el cual la suma del poder cognitivo de todas las computadoras se equiparará a la capacidad de pensamiento de todos los seres humanos. “En este contexto, el miedo general de las personas acerca de la inteligencia artificial se da más vinculado a esta tecnología aplicada a la robótica. Hoy los robots, más allá de algún avance, siguen siendo torpes y no tienen el avance en movimiento que ya se logró a nivel de software respecto a la capacidad cognitiva”, explicó D’Alessandro. Con todo, el miedo generalizado está enfocado en lo físico a partir de las tres leyes de la robótica que postuló Isaac Asimov: un robot no hará daño a un ser humano o, por inacción, permitirá que un ser humano sufra daño; un robot debe cumplir las órdenes dadas por los seres humanos a excepción de aquellas que entrasen en conflicto con la primera ley; y un robot debe proteger su propia existencia en la medida en que esta protección no entre en conflicto con la primera o con la segunda ley. El experto agregó que, en realidad, no hay nada que temer: “La inteligencia artificial aplicada a la robótica está atrasada comparada con la capacidad que logró la inteligencia artificial en un computadora, en una máquina o en un servidor”.

Es una caja negra que se puede convertir en una caja de Pandora

Gonzalo García, director regional de Fortinet para Sudamérica, sostiene que esto no es así. “Esta tecnología es increíble porque presenta oportunidades extraordinarias para proteger redes y, a la larga, a internet”, afirmó. En su opinión, a medida que se vuelve más sofisticada, pero a la vez más común su uso, queda clara una verdad importante: “El valor, el poder y la eficacia de la inteligencia artificial no se debe a su capacidad de reemplazar a los seres humanos. De hecho, hace todo lo contrario, porque tanto la automatización como la inteligencia artificial en sí misma acentúan la importancia del conocimiento y la experiencia humana como algo central y crítico para el éxito”. Para García, la innovación no es sustractiva, es multiplicativa. Por ejemplo, desde el punto de vista de la ciberseguridad, la inteligencia artificial ayuda fundamentalmente a procesar grandes volúmenes de información. “Hoy vemos en las empresas que tienen grandes cantidades de registros de lo que está pasando en sus redes, pero los analistas no tienen el tiempo y, en algunos casos, no tienen la tecnología adecuada para hacer un análisis de toda esa información que obtienen de sus propios sistemas de monitoreo de seguridad”, dijo. Siguiendo esta lógica, la realidad indica que es posible que algún ataque que se haya introducido de manera sigilosa,se pierda de vista por la incapacidad de analizar ese volumen de información. Para paliar esta situación se nutre a la inteligencia artificial con información de estos tipos de variables de “entradas” y con información sobre ciberamenazas, patrones comprometidos y tipos de vulnerabilidades, para que las redes neuronales puedan correlacionarlas. “Los algoritmos de inteligencia artificial los analiza a velocidad digital y entonces podemos obtener una vista más elaborada para tomar una acción de forma automatizada o para que un analista pueda tomar una acción con la información ya procesada y más enfocada”, comentó García. 

 

 

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