Irán ejecutó a cuatro personas acusadas de vínculos con los servicios de inteligencia de Israel

La información oficial identificó a los ejecutados como Vafa Hanareh, Aram Omari, Rahman Parhazo y Nasim Namazi, todos condenados a muerte bajo el cargo de “moharebeh”, término legal islámico que significa “hacer la guerra contra Dios” y “corrupción en la Tierra”.

El grupo "cometió amplias acciones contra la seguridad del país bajo la dirección del Mossad", precisó Mizan en una nota en la que indicó que los cuatro ejecutados estaban acusados ​​de “secuestrar a fuerzas de seguridad iraníes” para extraer información de inteligencia, además de prender fuego a coches y departamentos de algunos agentes.

Según la información oficial, otras personas, cuyo número no precisó y que integraban el mismo grupo, fueron sentenciadas a 10 años de cárcel cada uno.

Por su parte, la agencia estatal de noticias INRA señaló que la inteligencia iraní puso al grupo bajo vigilancia durante al menos cuatro meses, desde enero de 2022 hasta mayo pasado, cuando los integrantes del grupo fueron detenidos y “transferidos de un país vecino” a Irán.

El 16 de diciembre último, un hombre acusado y condenado también por trabajar para el Mossad fue ejecutado en la provincia sudoriental de Sistán-Baluchistán, luego que en diciembre del año pasado otras cuatro personas fueran condenadas por colaborar con los servicios de inteligencia de Israel.

Irán acusa a Israel de llevar a cabo una ola de ataques y asesinatos para paralizar su programa nuclear. En agosto, Teherán acusó a Israel de estar detrás de “uno de los mayores complots de sabotaje” dirigido a su industria de defensa y producción de misiles.

Diversos organizaciones, incluida Amnistía Internacional, han advertido en reiteradas ocasiones que el gobierno teocrático de Teherán ejecutó a más personas este año que cualquier otra nación, con excepción de China, con un promedio de 10 ejecuciones semanales durante 2023, según el jefe de derechos humanos de Naciones Unidas (ONU), Volker Turk.

Irán ha dictado sentencias de muerte y ejecutado a un número no precisado de las 600 personas detenidas durante las protestas antigubernamentales del año pasado, que se desencadenaron en septiembre tras la muerte de Mahsa Amini, la joven kurdo-iraní de 22 años arrestada por la "policía de la moralidad" en Teherán por supuestamente no cumplir con el código de vestimenta obligatorio para las mujeres.

(Con información de agencias)