La crisis electoral también le llegó a la nueva "líder del mundo libre"

La dirigente pétrea, inflexible, imperturbable, pragmática y todopoderosa, que marcó el rumbo político y económico a seguir no solo en Alemania sino en la Unión Europea, parece estar al borde del colapso político y sobre sus hombros se cierne una enorme incertidumbre política.

Lo que le llevó construir en décadas, sobre la base de un liderazgo incuestionable, sin fisuras y con una firmeza semejante a la que, por ejemplo, supo detentar en su momento la exprimera ministra británica, Margaret Thatcher –quien no en vano recibió el apelativo de"Dama de hierro"–, puede caer en saco roto.

Es que el resultado de las elecciones legislativas realizadas el pasado 24 de setiembre, y en la que si bien los conservadores (CDU-CSU) ganaron, obtuvo el peor resultado de los últimos años, la dejaron al borde de la cornisa.

La política conservadora, que hizo carrera al lado del antiguo canciller y artífice de la reunificación alemana, Helmut Kohl, afianzó su figura política en Europa pero no consiguió hacerlo en idéntica medida en su propio país.

Pudo superar todo tipo de avatares y contó en los últimos meses con un aliado incondicional en el bloque europeo: el flamante presidente francés, Emmanuel Macron, con quien logró inmediata sintonía, en participar para establecer una suerte de contrapeso a algunas políticas del presidente estadounidense, Donald Trump, por ejemplo en lo que atañe al acuerdo nuclear con Irán y a la continuidad de la primera potencia mundial en el acuerdo sobre cambio climático.

Por eso, ante la defección de un presidente de EEUU cada vez más solo, muchos la denominaron la nueva "líder del mundo libre".

Pero eso no fue suficiente en Alemania. Es que la oposición le pasó factura sobre todo por su política migratoria.

En un país en el que todavía existen raptos xenófobos –no en balde la extrema derecha aplicó un fuerte discurso nacionalista, se convirtió en la tercera fuerza política tras los comicios de setiembre y volvió a ganar presencia en el Parlamento luego de la segunda guerra mundial– ese punto de su programa de gobierno le jugó definitivamente en contra.

Sus adversarios le achacan que decidiera acoger en el país a cerca de un millón de inmigrantes desde 2015 a la fecha.

Ahora, el futuro político de la canciller, que se ve amenazado como nunca, depende de las gestiones de última hora que comenzó a realizar esta semana el presidente Frank-Walter Steinmeier.

El mandatario está habilitado para disolver el Parlamento y convocar a elecciones anticipadas en 2018, pero dejaría todavía más expuesta a Merkel.

Es que el futuro político del motor de la Unión Europea quedó al garete luego que la inefable canciller no lograra apoyo suficiente para formar un nuevo gobierno para dar forma a su cuarto mandato.

La tarea que decidió asumir el presidente no será sencilla, pues tanto los Verdes (ecologistas), como el partido socialdemócrata (SPD) –del que forma parte– y el partido liberal rechazaron las condiciones planteadas durante el último mes por Merkel para integrarse a su gobierno.

El propósito de Steinmeier es bien claro: evitar una nueva convocatoria a elecciones.

La estrategia de la oposición es clara: dejar que Merkel gobierne en minoría y pierda peso político.
No obstante, en caso de que el llamado a nuevas elecciones se concrete el año próximo, la canciller ya anticipó que volverá a presentarse.

Mientras en el bloque su bien ganado prestigio todavía despierta muestras de admiración, en su país eso "flaquea", había señalado la semana pasada el semanario Der Spiegel.

Intención reformista

Mientras tanto, la pérdida de peso político de Merkel puede ser perjuficial para los demás socios de la Unión Europea, donde la estabilidad del gobierno alemán fue hasta ahora una marca registrada, recordó Peter Altmeier, la mano derecha de Merkel.

De todas formas, al menos desde el discurso, la crisis política que se cierne sobre Alemania no parece disuadir a otros dirigentes europeos respecto de los desafíos que el bloque tiene por delante.

"En una unión de 28 democracias o potencialmente 27 (por la salida del Reino Unido, prevista para marzo de 2019), siempre hay elecciones en alguna parte", consideró el vicepresidente de la Comisión Europea y exprimer ministro de Letonia, Valdis Dombrovskis.

En su opinión, la coyuntura alemana no detendrá la intención reformista de la eurozona, en la que Merkel tuvo mucho que ver.

LAS CLAVES

Gestiones. El presidente de Alemania, Frank-Walter Steinmeier, está dispuesto a reunirse con la oposición -excepto la extrema derecha y la izquierda radical- para persuadirlos de que integren un gobierno de coalición.

Potestad. Tras el fracaso de las negociaciones de Merkel para formar un nuevo gobierno, Steinmeier puede convocar a nuevas elecciones y disolver el parlamento.

Encrucijada. La canciller se encuentra en un callejón sin salida y ante una crisis política inédita en un país, donde la estabilidad es uno de sus principales atributos.

CRONOLOGÍA

Setiembre 2017. La canciller Angela Merkel ganó las elecciones legislativas con 33% de los votos, seguida por los socialdemócratas (20,5%) y la ultraderecha que obtuvo 12,6% de los votos.

Octubre 2017. La canciller negoció con partidos de la oposición para formar gobierno e iniciar su cuarto mandato.

Noviembre 2017. Las negociaciones fracasaron y el futuro político de Merkel es incierto.