La economía uruguaya recuperó dinamismo y volvió a crecer en el primer trimestre de 2023, según el informe de Cuentas Nacionales divulgado este jueves por el Banco Central del Uruguay (BCU).
El Producto Interno Bruto (PIB) se expandió 0,9% respecto al trimestre inmediato anterior (octubre-diciembre), es decir en términos desestacionalizados. En tanto, en la medición interanual, la actividad económica se expandió 1,2% respecto al período enero-marzo del año pasado.
El economista Aldo Lema señaló que "en términos desestacionalizados, todos los sectores crecieron durante el primer trimestre respecto al cuarto, y a tasas elevadas", salvo Electricidad, Gas y Agua que estuvo cuasi estancado (+0,1%).
También señaló que el PIB del primer trimestre "siguió afectado por la sequía", aunque en menor intensidad que en el segundo semestre de 2022, y sin verse aún favorecido por el inicio de la producción de la segunda planta de UPM en Durazno.
La actividad había caído en los últimos dos trimestres de 2022 (-0,7% y -1,3%). Con ello se había concretado una recesión técnica (dos trimestres consecutivos de caídas). El enfriamiento con una progresiva desaceleración de la actividad, se había acentuado sobre el cierre del año pasado con los primeros impactos de la sequía en el agro.
Durante el primer trimestre el consumo privado creció 2,6% en términos interanuales. En tanto, las exportaciones de bienes creció 14% en volumen físico, mientras que las importaciones aumentaron 12%, y la inversión fija 2,3%.
El desempeño interanual por actividades mostró crecimiento en la mayoría de los sectores respecto al primer trimestre de 2022. Entre ellos se destaca el desempeño de transporte y almacenamiento, información y comunicaciones (+5,6%).
En la actividad de comercio, alojamiento y suministro de comidas y bebidas el crecimiento fue de 3,4%. Se destaca la mayor demanda de turistas no residentes durante la última temporada de verano, y dinamismo en venta de prendas de vestir y calzado.
Por otra parte, la construcción se expandió 3,3% interanual, con aumento en la producción de edificios pese a la reducción de la inversión en la obra de la segunda planta de celulosa de UPM. También se destacó el dinamismo en líneas de energía y comunicación, que compensaron la menor inversión registrada en la construcción del Ferrocarril Central y en obras de vialidad.
En tanto, los servicios financieros crecieron 5,1%; actividades profesionales y arrendamiento 1,9%; salud, educación, actividades inmobiliarias y arrendamiento 1,5%; y la industria manufacturera apenas 0,1%. En está última el desempeño por ramas fue heterogéneo. Hubo incidencia positiva de la refinación de petróleo y producción de celulosa. La rama con mayor incidencia negativa fue la industria frigorífica, por menores exportaciones en comparación al primer cuarto de 2022, según el BCU.
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