La economía uruguaya volvió a crecer el año pasado y registró una expansión de 4,9% promedio en 2022, según los datos divulgados este jueves por el Banco Central del Uruguay (BCU).
El Producto Interno Bruto (PIB) cayó 1,3% en el cuarto trimestre respecto al tercer cuarto del año –depurando los efectos estacionales–. Con un descenso -revisado por BCU- de 0,7% en el tercer trimestre la economía ingresó en recesión técnica en la segunda mitad de 2022.
En tanto, la actividad se contrajo 0,1% en comparación al último trimestre de 2021.
El enfriamiento con una progresiva desaceleración de la actividad, se acentuó sobre el cierre del año pasado con el impacto de la sequía que afectó sectores como el agro.
El economista, Javier de Haedo, señaló que del 4,9% de crecimiento anual, un 4% fue arrastre estadístico de 2021. “A lo largo del año 2022 la economía no creció. Dos trimestres consecutivos con caídas claras. Recesión. Datos del PIB confirman que 2022 terminó muy mal, como anticipaban varios indicadores”, escribió.
En tanto, el economista de CPA Ferrere, Nicolás Cichevski, escribió en su cuenta de Twitter que al cierre de 2022, el PIB de Uruguay se ubicó un 2,5% por encima del promedio de 2019.
Añadió que si bien la mayoría de las economías se estancaron durante el segundo semestre (Argentina y Paraguay cayeron en el cuarto trimestre), “el desempeño de Uruguay fue relativamente peor”.
Cichevski y De Haedo coincidieron en que el efecto arrastre para 2023 es de -1%. Según De Haedo, eso “vuelve difícil” crecer 2% entre promedios anuales este año. “Parece que los ´pesimistas´ en realidad éramos optimistas", apuntó.
Por otra parte, un informe del Centro de Estudios para el Desarrollo (CED), explicó que en el segundo semestre la economía experimentó una contracción, “cerrando un año de más a menos”.
En ese sentido, añadió que el inicio de 2023 está mostrando “señales negativas” en las exportaciones, el núcleo industrial, la recaudación, así como a partir de las consecuencias de la sequía en la generación eléctrica y la producción agropecuaria.
“Con todo, es de esperar un primer semestre del año con escaso dinamismo y una recuperación hacia la segunda mitad del año”, afirmó el documento.
Las últimas proyecciones presentadas por el Poder Ejecutivo apuntan a que la actividad volverá a crecer este año, pero a un ritmo de 2%. La cifra está un punto porcentual por debajo de lo estipulado en la última Rendición de Cuentas. Ese número está sujeto a la incertidumbre que genera el impacto de la sequía sobre el sector agropecuario.
En tanto, los analistas privados proyectaron una expansión de 2,45%, según la mediana de respuestas de la encuesta de expectativas del BCU publicada en febrero. Es probable que esas proyecciones puedan tener ajuste a la baja.
Durante el cuarto trimestre el consumo privado creció 4,5%. En tanto, las exportaciones de bienes y servicios cayeron 5,6% en términos interanuales, mientras que las importaciones aumentaron 3,7%.
En 2022 hubo un crecimiento de la mayoría de las actividades, con excepción del sector agropecuario, cuyas cifras comenzaron a recoger los efectos negativos de la sequía.
En particular, durante el último trimestre de 2022 el valor agregado del sector agropecuario, pesca y minería presentó una contracción de 21,5% en la comparación interanual.
La principal incidencia negativa correspondió a la agricultura, por menores rendimientos esperados en la soja de la zafra 2022/2023 respecto a la zafra anterior. En el caso de la actividad pecuaria se registró una menor extracción de vacunos, tanto para faena como para exportaciones, según el BCU.
La industria manufacturera cayó 4,3%. Ese desempeño se explica principalmente por la reducción de la producción de la industria frigorífica, asociada a una menor demanda externa.
La producción de energía eléctrica, gas y agua disminuyó 5,7%, por menores exportaciones de energía eléctrica hacia Argentina y Brasil.
Por su parte, la construcción aumentó 1,5% interanual, explicado por el crecimiento en edificios, pese a menores obras asociadas a la tercera planta de celulosa. En las otras construcciones la mayor actividad se explicó por obras de vialidad, líneas de comunicación y líneas de energía, que fue contrarrestado por menores obras de infraestructura portuaria y del Ferrocarril Central.
La actividad de comercio, alojamiento y suministro de comidas y bebidas tuvieron un incremento interanual de 5,6%. Se destaca el buen desempeño de la comercialización de prendas de vestir, televisores y vehículos. En tanto, la actividad de restaurantes y hoteles volvió a crecer impulsado por la reapertura de fronteras y la mayor demanda de turistas no residentes.
El sector de transporte, almacenamiento, información y comunicaciones creció 6,8%; los servicios financieros 2,7%; las actividades profesionales y de arrendamiento 3,8%; y salud, educación y actividades inmobiliarias 1,1%, todo respecto al cuarto trimestre del año pasado.
Inicio de sesión
¿Todavía no tenés cuenta? Registrate ahora.
Para continuar con tu compra,
es necesario loguearse.
o iniciá sesión con tu cuenta de:
Disfrutá El Observador. Accedé a noticias desde cualquier dispositivo y recibí titulares por e-mail según los intereses que elijas.
Crear Cuenta
¿Ya tenés una cuenta? Iniciá sesión.
Gracias por registrarte.
Nombre
Contenido exclusivo de
Sé parte, pasá de informarte a formar tu opinión.
Si ya sos suscriptor Member, iniciá sesión acá