El presidente Luis Lacalle Pou lo asumió "como una falla con consecuencias que no tienen vuelta atrás". El caso de Gustavo Castro, un hombre de 31 años que murió al pasar la noche a la intemperie luego de que lo rechazaran en un refugio del Mides, "es indirectamente o directamente, responsabilidad del gobierno y del Estado", dijo el primer mandatario este jueves, y en la secretaría de Estado investigan dónde se produjo la "falla" que dejó a la intemperie a Castro en una de las noches más frías del año.
Este hombre llegó al refugio de Paysandú y Yaguarón a las 20 de este martes, la hora en que este local nocturno, administrado por Coopel, una cooperativa que administra este refugio y otros, abre las puertas. No ingresó porque no había lugar. La capacidad máxima del local son 33 plazas y le dijeron que estaban todas ocupadas. Como marca el protocolo, las autoridades del local también se contactaron telefónicamente con la Puerta de Entrada, que lleva la cuenta de todos los cupos de los refugios en el país, y contestaron que tampoco había espacio en otros centros.
Ante esa noticia, Castro se enojó y comenzó a golpear la puerta, junto con otro hombre que estaba en su misma situación. Por esa razón, llamaron a la policía, y el patrullero se los llevó.
Desde la Seccional 3ª –a dónde fueron trasladados–, se comunicaron con la fiscal Brenda Puppo quien dispuso que quedaran en libertad, porque no había elementos para imputarles ningún delito. A las 23, Castro volvió a quedar a la deriva en la puerta de la comisaría, en Paysandú y Cuareim, a siete cuadras del refugio que lo rechazó, pero a esa hora el sistema ya contaba con nueve camas disponibles, según informó el semanario Búsqueda.
"En ese momento puntual (a las 20) no había, pero después se generaron lugares", dijo a El Observador el subsecretario del Mides, Armando Castaingdebat. Eso sucede porque a medida que pasan las horas, algunas personas –por ejemplo, quienes concurren para alimentarse– toman la decisión de irse y quedan plazas disponibles.
¿Por qué entonces Castro y el otro hombre no durmieron bajo techo cuando había lugar? El Mides inició una investigación administrativa para determinar con precisión dónde estuvo el error y si hubo problemas de coordinación interna o con la policía, según fuentes de la cartera.
El Observador intentó consultar sobre este tema a Fernanda Auersperg, directora nacional de Protección Integral en Situación de Vulneración, pero no atendió los llamados. Gabriel Cunha, director de la División de Coordinación de Programas para Personas en Situación de Calle, respondió por su parte que solo haría declaraciones si era autorizado, algo que no ocurrió al cierre de esta nota.
Fuentes de la Jefatura de Montevideo, dijeron a El Observador que los detenidos no podían permanecer en el carcelaje de la comisaría porque ello hubiera configurado un delito de privación de libertad. "No podíamos hacer eso", lamentaron.
El cuerpo de Castro fue encontrado en la mañana de este miércoles en la puerta de una panadería en Yi y Paysandú. Se presume que la causa de muerte fue hipotermia pero todavía no se conoció el resultado de la autopsia.
Sobre las 18.30 del día en que fue encontrado sin vida Castro, dos hombres estaban sentados en la escalinata del refugio, también esperando que se hicieran las 20 con la esperanza de conseguir lugar para pasar la noche allí. Con el paso de los minutos, fueron llegando otros con la misma ilusión.
Uno de ellos apodado “El Chino”, dijo que conocía a Castro, a quien le decían “el Menyao”, y que, según entendía, en este refugio hay dos tipos de usuarios, los “permanentes”, que tienen el lugar todos los días, y los que esperan que uno de esos falten para poder dormir con calefacción. Lamentó no ser un “permanente”. “Si a este –dijo señalado a otro hombre que tenía a su lado– no se le ocurre entrar, yo tengo lugar”.
El Observador intentó dialogar con Micaela Villar, encargada del refugio, pero dijo que no estaba autorizada a dar información.
El Chino sentado a la entrada del edificio contó: “Todos somos consumidores acá. El circuito es: ir al refugio, al baño, la cena, al otro día ir al comedor, luego la noche de nuevo y después a la boca. Te va degradando como ser humano”.
Inicio de sesión
¿Todavía no tenés cuenta? Registrate ahora.
Para continuar con tu compra,
es necesario loguearse.
o iniciá sesión con tu cuenta de:
Disfrutá El Observador. Accedé a noticias desde cualquier dispositivo y recibí titulares por e-mail según los intereses que elijas.
Crear Cuenta
¿Ya tenés una cuenta? Iniciá sesión.
Gracias por registrarte.
Nombre
Contenido exclusivo de
Sé parte, pasá de informarte a formar tu opinión.
Si ya sos suscriptor Member, iniciá sesión acá