A veces hace falta que alguien ajeno a nuestra casa nos diga si estamos haciendo algo mal y cómo podemos mejorar. Puede plantear consejos obvios, que están frente a nuestros ojos, pero que no vemos porque estamos contaminados de un microclima interno que nubla la realidad o no tenemos el coraje de encarar decisiones dolorosas, pero necesarias. Eso es lo que sucedió con la visita de Juan Ruiz, economista jefe de BBVA Research para América del Sur, entrevistado por El Observador, que el martes 2 dictó una conferencia en Montevideo sobre “América Latina en el entorno global” para clientes del mencionado banco.
El experto dijo a El Observador que Uruguay enfrenta un “entorno retador” por las crisis de Argentina y de Brasil y que haríamos bien en preocuparnos en la reacción de los inversionistas internacionales en los mercados emergentes porque no habría que descartar que miren con una lupa a los países con necesidades fuertes de financiación internacional –como es nuestro caso–. La región no enfrenta una crisis sistémica, pero es un riesgo latente.
En ese marco, cree que será necesario realizar un ajuste fiscal para reforzar el buen manejo de la deuda pública que ha tenido el país y, no comprometer aun más el frente fiscal. El planteo de Ruiz no podía haber sido más oportuno. El sistema político –y esto incluye gobierno y oposición– parece como anestesiado ante la grave coyuntura económica internacional que ya está golpeando al país, por más que nos diferenciemos de las catástrofes de nuestro vecinos.
En ese marco, cree que será necesario realizar un ajuste fiscal para reforzar el buen manejo de la deuda pública que ha tenido el país y, no comprometer aun más el frente fiscal.
Es cierto que no estamos ni cerca en una crisis como la que sufrió el país en 2002, pero también es cierto que los mercados emergentes están en medio de un océano embravecido por las guerras comerciales, las tasas de interés estadounidenses y el fortalecimiento del dólar lo que, sumado a problemas domésticos, han vuelto muy vulnerables a países muy dependientes de los flujos de capital. Tenemos a la vista las crisis de Argentina y de Turquía, que podrían extenderse a todo el mundo en desarrollo, según advirtió la directora del FMI, Christine Lagarde.
Y Uruguay, que tiene que nadar en esas aguas enfurecidas, es imposible que salga a flote porque haya tenido un buen manejo de los vencimientos de la deuda o el reconocimiento internacional a la gestión del ministro de Economía, Danilo Astori.
Es hora de tomar conciencia de la necesidad de un ajuste fiscal por el lado del gasto y que no eche mano al recurso fácil de aumento de impuestos en un país poco competitivo. Es hora de tomar conciencia de la necesidad de encarar reformas estructurales en el Estado, en el campo laboral y el de la educación, tres áreas que hablan por sí solas de las deficiencias del país.
Y Uruguay, que tiene que nadar en esas aguas enfurecidas, es imposible que salga a flote porque haya tenido un buen manejo de los vencimientos de la deuda o el reconocimiento internacional a la gestión del ministro de Economía, Danilo Astori.
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