La productividad de trigo y cebada de Uruguay en el podio mundial

Trigo y cebada superarán sus mejores rendimientos históricos; la producción de colza superará el medio millón de toneladas por primera vez

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30 de diciembre de 2022 a las 12:00

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En los años 1990 se sospechaba que el trigo desaparecería de Uruguay porque dada la eficiencia de Argentina, en el marco de un mercado común, sería mejor dedicarse a otra cosa. Eran tiempos en los que ciertamente la productividad del cultivo en Uruguay la tenía difícil comparada con la del “granero del mundo”.

Este año el rendimiento del trigo en Uruguay será el segundo más alto del mundo, duplicará al de Argentina, superará con mucha holgura al de Estados Unidos y solo será inferior al de la Unión Europea, líder histórico de productividad agrícola. En ese Mundial, Francia y Alemania son muy difíciles de superar.

Pero Uruguay tendrá este año un rendimiento en trigo bastante por encima de los 4.000 kilos por hectárea, y excederá al anterior récord de productividad, que se logró en la cosecha de fines de 2020. 

Lo mismo pasará con la cebada que podría superar por primera vez los 5.000 kg/ha en promedio. Si alcanzara ese rendimiento sería el mayor del mundo superando incluso a la Unión Europea, que al menos en las estimaciones del Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA) tiene una productividad de 4.920 kg/ha.

Así las cosas, si se cumplen las estimaciones primarias en base a consultas en distintas zonas de Uruguay que ubican al trigo en el eje de los 4.700 kg/ha y a la cebada cerca de 5.000 kg/ha, quedarían atrás los récords nacionales de rendimiento de trigo de 4.181 kg/ha y de cebada de 4.791 kg/ha en 2020.

Rendimientos de trigo.

Para la colza, con una expansión muy grande del área que incorpora chacras de menor productividad, las estimaciones privadas proyectan el segundo mejor rendimiento histórico, con unos 1.700 kg/ha, por detrás de la cosecha anterior, que promedió 1.813 kilos según las cifras oficiales del Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca (MGAP).

Productividad vecina duplicada

Los tres años Niña consecutivos, con escasez de agua pero buena incidencia de frío en invierno, se tradujeron en temporadas de alto rendimiento para los cultivos de invierno. En este año la ausencia de calores excesivos también fue un factor decisivo.

El diferencial con Argentina es notable, nunca Uruguay había duplicado en productividad de trigo al país vecino. Pero ahí parece estar jugando un fenómeno climático peculiar en las dos últimas Niñas, aunque llueve en Uruguay menos de lo normal, llueve lo suficiente. En Argentina la sequía es mucho más grave.

Así ya la soja tuvo también un 2022 de alto rendimiento en Uruguay, impulsada por las copiosas lluvias de enero luego de una primavera/verano muy seca y calurosa. Con 2.800 kg/ha, la cosecha de soja del último año fue la tercera de mejor rendimiento en los últimos 10 años. Al mismo tiempo superó a la productividad de la oleaginosa en Argentina (por poco), algo muy inusual dado que el potencial productivo de la zona núcleo del país vecino supera largamente los potenciales de Uruguay.

Uruguay supera incluso con bastante holgura en productividad a Estados Unidos en trigo y cebada. De acuerdo al USDA, los farmers cosecharán 3.130 kg/ha de trigo y 3.850 kg/ha del cultivo para malteo. La supremacía estadounidense se mantiene en los cultivos de verano (maíz y soja),  pero en trigo y cebada Uruguay ha alcanzado el podio mundial. Y por distancia. En ambos cereales invernales, llegar a 4.000 kg/ha es muy difícil. De hecho, en las estimaciones de USDA en los últimos dos años nadie lo ha logrado excepto la Unión Europea y Uruguay que lo obtienen por mucha distancia. En trigo este año tampoco llegaría ningún otro país a los 4.000 kg/ha. En 2021 sí lo había logrado Ucrania, antes de la guerra.

Rendimientos de soja.

Una zafra muy costosa

Esta alta productividad ha permitido sortear una zafra muy exigente por los altos costos. La misma guerra que hizo subir el precio de los granos, disparó el de los fertilizantes. 

Los costos por hectárea, de entre US$ 850 a US$ 1.000 por hectárea de trigo y cebada, levantaban la vara de los rendimientos necesarios para generar márgenes apuntó Nazar Rodríguez, coordinador agrícola ganadero de Fucrea.

“Los rendimientos fueron mucho mejores de lo que se esperaba en setiembre y la calidad del grano también fue muy superior a la esperada, tanto en calibre como en proteína en el caso de la cebada”.

Como el año pasado con la soja, la merma en la producción de Argentina da fluidez al mercado exportador. Será muy poco el saldo exportable del país vecino.

La Secretaría de Agricultura de Argentina proyecta exportaciones de 4,75 millones de toneladas, muy por debajo de los 14,50 millones de la campaña 2021/2022.

Cuánto de esta divergencia es el mero azar climático y cuánto obedece a procesos de cambio tecnológico será algo para dilucidar en zafras futuras. En el caso de Uruguay hay un recambio varietal importante, un aumento en la cantidad y calidad de la fertilización que están generando cambios muy trascendentes. 

De esa forma la producción por hectárea ha pasado de un eje de 2.000 kilos al empezar este siglo al eje de los 3.000 en la década pasada y en los últimos tres años ha superado los 4.000 (como promedio de las tres últimas cosechas). Y la cebada suele superar en productividad al trigo en unos 300 kilos por hectárea cada año.

Rendimientos de cebada.

Si de La Niña se pasa a El Niño, será para estos cultivos una amenaza inversa, por exceso de lluvia. 

También es interesante el caso de Estados Unidos, país formador de precios a través del mercado de Chicago pero que viene en un retroceso productivo persistente en trigo. Ese retroceso continuará en la próxima cosecha por dos factores: la grave sequía del oeste a lo que se sumó en estos días la Navidad más fría en décadas que acentuará la escasez de la producción que se suma a una situación de muy bajo stock.

Pocos podían imaginar al empezar este siglo que en cultivos de invierno Uruguay no solo superaría a Argentina sino que estaría 50% por encima de la productividad de Estados Unidos.

Consecuentemente el área agrícola invernal ha ido subiendo y fue récord la zafra pasada, tal vez, luego del buen resultado de este año vuelva a superarse la superficie sembrada en el próximo otoño.

Y si enero trae algo de lluvia, el envión de la productividad uruguaya se puede prolongar al próximo otoño. El Uruguay es competitivo en agricultura a pesar del viento en contra de una moneda super valorizada, ayudado por la guerra y porque los problemas climáticos más graves hasta ahora le han tocado a los demás. Pero con mucho mérito propio.

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