La Agencia Nacional de Desarrollo (ANDE) trabaja con el sector privado y para el sector privado, y su participación e involucramiento resultan estratégicos para la Agencia. Por ello, son los propios sectores productivos y empresarios los que detectan las necesidades y proponen los proyectos que son evaluados según sea el llamado o convocatoria del instrumento y programa que ha diseñado la ANDE.
El proceso de transformación de la matriz productiva de nuestro país ha tenido algunos ejes centrales que fueron definidos por el Sistema Nacional de Transformación Productiva y Competitividad (SNTPyC), que, en su Plan 2018 y 2019 ha coordinado los planes y acciones que implementan las agencias que integran el sistema, y este es el marco para la creación y definición de las estrategias que debía llevar adelante ANDE.
Al momento de comenzar a desplegar los instrumentos y programas de ANDE (año 2016), lo primero que ayudó a definir cómo operar e implementar sus políticas públicas fue el hecho de que ya existía una cantidad de actores públicos operando, algunos de ellos con altos niveles de focalización como la Dinapyme, el Instituto Nacional de Investigación Agropecuaria (INIA), Uruguay XXI o la Agencia Nacional de Investigación e Innovación (ANII), lo que implicó coordinar y articular con todos ellos pero desde una perspectiva más transversal de la actividad empresarial, ya que ANDE tiene como principal cometido en sí, el apoyar y fomentar el desarrollo de las mipymes, las cuales representan el 99,6 % de las empresas del país.
En palabras del presidente de ANDE, Cr. Martín Dibarboure, el primer paso es partir “de una hoja de ruta” porque resulta imperativo conocer hacia dónde y con qué elementos y actores se debe trabajar para el desarrollo de los sectores estratégicos del Uruguay del futuro. En una segunda instancia, se toma como fundamental la definición de los roles con vistas a que cada actor tenga claro cuál es su función. Y por último, se deben acompasar las dimensiones de la transformación productiva, lo que también incluye algunos conceptos que no son patrimonio exclusivo del Uruguay sino que responden a fenómenos y variables de la economía mundial actual. A modo de ejemplo: incorporar la digitalización, la innovación, las tecnologías y el comercio electrónico, elementos que aportan nuevas capacidades y prácticas acordes a un mundo cada día más globalizado.”
“En relación al capital humano, resulta un acierto el desarrollo de las capacidades institucionales y la promoción de estas dimensiones para que sean incorporadas a las cadenas de valor estratégico. Por otra parte, es de suma importancia la identificación de incipientes industrias, que poseen una notable capacidad y potencial para la creación de nuevos empleos, en gran medida innovadores, de manera que puedan ir sustituyendo a los tradicionales que se van perdiendo.”
En cuanto a la ANDE, Dibarboure señala que “su rol se sustenta en el diseño y la creación de programas que han sido identificados en diálogo con los distintos sectores, han sido hechos con el sector privado y para el sector privado.” Y para lograrlo, se ha tenido muy en cuenta la voz de los propios beneficiarios y la de las instituciones intermedias que los llevan adelante. Una forma de trabajo que promueve el intercambio, el diseño conjunto y la interacción.
El primer mandato de la Agencia es aplicar políticas de desarrollo productivo y se establecen dos grandes líneas que hacen a la estrategia de implementación. La articulación y la territorialidad, ya que ANDE nace con la vocación de llegar a todo el país. Estos dos preceptos, sin lugar a dudas, dan forma y estructuran su estrategia.
La articulación y territorialidad implican una mirada horizontal, que tiene que ver con el diálogo que se plantea con otras agencias y ministerios del Sistema y que también desarrollan programas de fomento a las mipymes.
La otra, vertical, vinculada con la llegada a las mipymes, con el alcance y cobertura de todo el país. Como resultado de su estructura, y con la finalidad de apostar al uso más eficiente de los recursos financieros, numerosos instrumentos de ANDE se apoyan sobre instituciones ya presentes en el territorio, tanto en Montevideo como en los departamentos del interior del país. Con esta estrategia los aliados pasan a ser todas aquellas instituciones, grupos y/o asociaciones que pueden trabajar con las mipymes los instrumentos de la Agencia. Este diseño de implementación de políticas apunta a aprovechar las capacidades preexistentes en cada lugar y a optimizar recursos y financiamiento.
Se ha tomado la decisión política de apostar estratégicamente al interior del país, de modo de financiar proyectos en aquellos lugares donde hoy nos encontramos con contextos deprimidos (menor ingreso per cápita, mayor informalidad, menores capacidades) y es por esa razón que se deben redoblar los esfuerzos para llegar con instituciones que ya operen en cada localidad del territorio.
Cartera de proyectos según su alcance territorial | ||
Alcance Territorial | TOTALES 2016 - 2019 | |
Número de proyecctos | US$ | |
Departamental | 256 | 7.565.111 |
Interior | 146 | 4.851.859 |
Montevideo | 110 | 2.713.251 |
Nacional | 33 | 2.404.025 |
Regional | 28 | 1.313.877 |
Interior | 25 | 1.292.261 |
Montevideo | 3 | 21.616 |
Total | 317 | 11.283.012 |
Cartera de proyectos: Montos (US$) comprometidos por sector de actividad | |||
Sector de Actividad | Total 2016 - 2019 | % | |
Agropecuario | 3.123.281 | 28% | |
Industrial | 3.074.367 | 27% | |
Servicios | 2.801.840 | 25% | |
Desarrollo Empresarial | 1.067.730 | 9% | |
Turismo | 643.592 | 6% | |
Construcción | 312.872 | 3% | |
Comercio | 259.331 | 2% | |
Total | 11.283.012 | 100% |
Hay ciertas particularidades en el diseño de los programas que hacen posible su apropiación por parte de los destinatarios. A la hora de considerar los instrumentos de ANDE para conocer qué es lo que ha permitido su desarrollo y apropiación se pueden identificar cinco grandes dimensiones.
La primera es, justamente, que el sector privado se encuentre involucrado directa o indirectamente en todo el accionar de la ANDE. Es esta integración efectiva la que da lugar a su participación, la que brinda los niveles de cobertura y apropiación de los instrumentos.
El primer paso radica en la identificación, por parte del sector privado, de una demanda o necesidad de la cadena o grupo de actividad económica y, a la vez, determinar aquellos espacios formales desde los cuales articular. Existe una participación real del sector privado en el diseño de instrumentos y programas, ya que son los que detectan las oportunidades para cubrir nuevas necesidades en un entorno cada vez más cambiante, y es la ANDE, en este caso, que promueve las instancias de diálogo público-privado para repensar acerca de cuáles son las gobernanzas que resultan más eficientes para determinar las soluciones. Siempre en el marco de Transforma Uruguay, sus planes de acción y hojas de ruta acordadas.
Una segunda dimensión es el continuo aprendizaje de buenas prácticas, de identificar lecciones aprendidas y oportunidades de mejora junto al sector privado. El beneficio ha sido recíproco e incluso estos mecanismos han impulsado a la ANDE a la incorporación de prácticas de mejora continua.
Otra característica detectada es que el sector privado presenta mayores niveles de apropiación y participación cuanto más transparente resulta el proceso. La transparencia es un componente clave en el diseño de los instrumentos, en la convocatoria y en el proceso de selección de los proyectos, etapa en la cual se hace fundamental la participación de organismos públicos rectores y garantizar la transparencia en el seguimiento y rendición de cuentas de los resultados obtenidos.
Podemos constatar que se observa una mayor apropiación cuando existe una verdadera fortaleza y un marcado profesionalismo en la operativa de una agencia, cuando el sector público es capaz de demostrar una capacidad concreta en la implementación de este tipo de instrumentos.
La quinta dimensión es la dimensión territorial, algo recurrente, porque este ha sido un elemento siempre decisivo para la creación de instrumentos que contemplen las realidades regionales y subnacionales, que incorporen al sector privado con su característica regional, con sus demandas puntuales desde el punto de vista de la territorialidad de cada sector.
Inicio de sesión
¿Todavía no tenés cuenta? Registrate ahora.
Para continuar con tu compra,
es necesario loguearse.
o iniciá sesión con tu cuenta de:
Disfrutá El Observador. Accedé a noticias desde cualquier dispositivo y recibí titulares por e-mail según los intereses que elijas.
Crear Cuenta
¿Ya tenés una cuenta? Iniciá sesión.
Gracias por registrarte.
Nombre
Contenido exclusivo de
Sé parte, pasá de informarte a formar tu opinión.
Si ya sos suscriptor Member, iniciá sesión acá