Lacalle, las vacunas VIP y una oportunidad que a la vez es amenaza: ¿el presidente debe ser de los primeros en inocularse?

¿Qué piensa hacer Luis Lacalle Pou? ¿Se va a vacunar en los primeros días de arribo de las vacunas? La pregunta implica todo un desafío político, ético y de comunicación. Ninguna resolución en ese sentido es gratis. Todas las opciones generan costos, pero a la vez son oportunidades.

La crisis institucional en Perú a comienzos de la semana pasada, pero sobre todo la bomba de Argentina por el vacunatorio VIP que tenía instalado el ministro de Salud Pública para inmunizar a dirigentes oficialistas y amigos del gobierno, le agregan complejidad a una decisión que puede tener impacto en cómo convencer a los uruguayos de que se vacunen.

¿Qué datos hay? Uruguay históricamente tiene cifras altas de vacunación. De todas formas, en el gobierno hubo cierta preocupación porque las primeras cifras de algunas encuestas hablan de que una buena parte de la ciudadanía tiene algunas dudas sobre esta vacunación en particular.

Con el correr de las semanas, y a medida que el gobierno fue concretando los acuerdos con los laboratorios (Pfizer y Sinovac) y confirmó la llegada de vacunas de AstraZeneca por el mecanismo Covax, la confianza empezó a mejorar, pero aún está por debajo de lo ideal.

Y allí es que nace el dilema: ¿cómo debe hacer el gobierno para convencer a la ciudadanía de que confíe en las vacunas?

Una decisión ya tomada por el Poder Ejecutivo es comenzar, apenas arriben al país las primeras dosis en los próximos días, con una estrategia publicitaria. Según explicaron fuentes del gobierno, esa campaña será por sobre todas las cosas informativa. Allí se establecerá quiénes son los grupos que se vacunarán primero, en qué plazos, cómo se los contactará y qué deben hacer.

Pese a que el ministro de Salud Pública, Daniel Salinas, dijo que vacunarse “es una obligación ética y moral” –y luego el presidente lo repitió en una conferencia–, en el gobierno no están pensando en una comunicación agresiva ni dramática para asustar o acusar de los daños que pueden causar quienes no se inmunizan.

La campaña también tiene previstos mensajes para los tiempos vacíos, en los que se terminó de aplicar una tanda de vacunas y no llega el resto. Allí el gobierno pretende reforzar los pedidos de cuidados, para evitar que se caiga en la sensación de que como se empezó a vacunar se puede bajar la guardia de nuevo.

Otro elemento a favor de que el presidente sea de los primeros en vacunarse está en dar tranquilidad a quienes desconfían de que el gobierno haga firmar a los usuarios un consentimiento informado.

Si uno mira lo que han hecho en el mundo la enorme mayoría de los mandatarios va en el mismo sentido. Ninguno es el primero, pero sí casi todos lo hicieron en las primeras semanas de inoculación y con gran despliegue mediático. No por show, sino para motivar y generar confianza.

En Estados Unidos, Joe Biden la recibió antes de asumir. En la región también: Sebastián Piñeira, Alberto Fernández. En Europa pasó lo mismo. Es cierto, a su vez, que todos esos presidentes son mucho mayores que el uruguayo.

Todas las señales que Lacalle Pou ha dado tanto públicamente como en la interna del gobierno es que no va a ponerse en los primeros lugares. Ni por proteger la investidura, ni por un mensaje tranquilizador a la ciudadanía.

Dos semanas atrás Lacalle fue consultado por un periodista durante una rueda de prensa en Las Piedras.

- ¿Se va a vacunar usted?

- Sí, por supuesto

- ¿Y la cartera ministerial?

- (Sonrisa). Yo pretendo vacunarme para decir, ‘me vacuno y con la que me toque’. Me imagino que después cada uno se vacunará cuando le toque.

Su esposa, Lorena Ponce de León, fue por el mismo lado en un evento en el que fue consultada el jueves 18: “Nosotros como familia por supuesto tenemos decidido que todos nos vacunaríamos, ni que hablar, pero las primeras vacunas van a ser para la gente de la salud, las segundas para la gente de la educación. Eso lo tenemos totalmente claro así que a nosotros no nos va a tocar, porque no somos educadores ni estamos en la salud. Nos tocará después en el ciclo que venga y en la cuota que corresponda en la población a la que pertenecemos”.

Este lunes, Lacalle insistió en el concepto de vacunarse cuando le “toque” y dio un paso más porque descartó ser el primero en hacerlo.

Luego de los escándalos de la región por los privilegios a los políticos y sus amigos, el presidente marcó una diferencia clara de lo que quiere para su gobierno. Pero también así –salvo que en las últimas horas esa decisión cambie– se pierde la oportunidad de dar seguridades a muchos que dudan y temen efectos nocivos de las vacunas, como el hombre de la plaza de Minas.