George Steinmetz no es un piloto que saca fotos, sino "un fotógrafo que vuela", aclara en su sitio web. El estadounidense se dedica desde hace 15 años a sobrevolar los paisajes más áridos del mundo, para obtener imágenes únicas de lugares que, de otra forma, se vuelven inaccesibles para la mayoría de las personas.
Además de su cámara digital y un par de lentes Canon, su principal herramienta de trabajo es un parapente, el medio de transporte más seguro para este tipo de actividad, según su opinión. Se trata de un vehículo motorizado que consiste solo de tres partes: un ala que siempre viaja a la misma velocidad (48 kilómetros por hora), el motor, y un único asiento.
Desde una altura que varía entre 20 y 100 pies, Steinmetz ha volado sobre 27 países durante toda su carrera, que se ha basado en un "proyecto obsesivo" de fotografiar las regiones híper áridas del mundo, se lee en el sitio.
A sus 55 años, el fotógrafo ha hecho numerosas
contribuciones a National Geographic asíy a GEO Magazine, y su trabajo le ha valido varios premios de fotografía y fotoperiodismo.
Fotografía de exploración
Fue en la década de 1990, luego de volar sobre el desierto del Sahara, cuando Steinmetz decidió dedicarse a este tipo de fotografía exploratoria. Desde entonces, ha visto y fotorgrafiado casi 30 países desde el aire, además de la Antártida. China, Irán, Yemen, México, Bolivia, Perú y Francia son algunos de los lugares que ha recorrido gracias a su parapente. "Tengo una vista sin restricciones, de 180 grados en dirección vertical y horizaontal", explica Steinmetz, que asegura que realiza esta tipo de vuelo porque le da "la oportunidad de fotografiar áreas remotas de una manera jamás vista antes".
En esta galería se pueden ver algunas de las imágenes de desiertos y otras zonas áridas, incluidas en uno de sus libros,
Desert Air.
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