Las incógnitas que quedan en el caso Lola pese al procesamiento del Cachila

Después de cuatro años y medio de investigación, las principales interrogantes siguen sin cerrarse

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22 de mayo de 2019 a las 10:37

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No se sabe quién fue. No se sabe quién la mató. Y no se sabe por qué: es decir, cuál fue el móvil que llevó a la atrocidad. El caso del homicidio a Lola Chomnalez ocurrido en el balneario Valizas el 28 de diciembre de 2014 está lejos de cerrarse, pese a que esta madrugada la jueza Rossana Ortega dio lugar al pedido de procesamiento con prisión del fiscal del caso, Jorge Vaz, contra el Cachila, un hombre de 33 años que vivía en Rivera con su familia.

La magistrada comparte el convencimiento del fiscal de que esta persona estuvo en el lugar donde mataron a Lola y por eso fue enjuiciado como coautor de un homicidio agravado, un delito que los investigadores asumen que fue llevado a cabo por dos o más personas. “La coautoría implica cooperación por acción o por omisión", dijo la jueza Ortega en la mañana de este miércoles a Telenoche. Y existen elementos suficientes –agregó– para considerar que el imputado "sí estuvo presente" en el lugar y momento en que se dio el asesinato.

Pero hay cabos que después de cuatro años y medio de investigación a cargo de diferentes jueces y fiscales siguen sueltos, pese a las pericias forenses, exámenes de sangre y ADN a las pertenencias de Lola Chomnalez que quedaron en la playa, además de los análisis semiológicos que se realizaron a los sospechosos. Al Cachila se le aplicaron cuatro en total, y el último fue determinante para que el procesamiento tuviera lugar.

Quién fue

Quién fue el autor material del homicidio es la principal pregunta que queda sin contestar. La autopsia reveló que Chomnalez tenía dos cortes en el brazo derecho, uno cortante y otro punzante y un golpe en el lado izquierdo de su frente, pero no quedaron indicios que pudieran conectarlos con la persona que la atacó. "Es un homicidio muy difícil de investigar por sus características. La escena en sí no arrojó demasiados elementos", dijo la jueza del caso.

Cuántos participaron

La conclusión de quien hoy es el director de la Policía Científica, José Manuel Azambuya, es que la adolescente argentina no llegó "de forma voluntaria" hasta la arbolada donde fue encontrado su cuerpo, a pocos metros de la orilla y a un kilómetro y medio de Aguas Dulces. "La llevan hasta allí con algún tipo de amenazas, los cortes de los brazos pudieron haber sido intimidatorios, y no fue llevada por una sola persona, tal vez dos". El propio fiscal Vaz escribió en su petitorio que el Cachila se acercó a la joven "en compañía de otro u otros sujetos".

El hombre conocido como el Conejo, que fue descartado del caso este lunes –luego de que también declarara en audiencia en presencia de una perito semióloga del Ministerio del Interior–, dijo que para esclarecer el caso llevó adelante una investigación personal y concluyó –sin revelar sus fuentes– que el Cachila y otras tres personas "merodeaban y andaban en Valizas" en el verano de 2014. Entre esas personas, dos eran mujeres, sostuvo.

El móvil

"El móvil del hecho no está claro", dijo la magistrada. Las pericias no encontraron elementos para concluir que Chomnalez fuera víctima de un ataque sexual, aunque el fiscal aseguró que había indicios para suponer que esa había sido la intención inicial. Además, fundamentó que sí se registró un hurto luego de que fuera asesinada, ya que le robaron $ 2.400. Por ese motivo, Vaz solicitó que el Cachila fuera procesado por un homicidio muy especialmente agravado por haber sido cometido "para preparar, facilitar o consumar otro delito", tal como lo establece el Código Penal.

Por otra parte, según Azambuya, el encuentro entre los asesinos y la víctima fue casual. "No sería algo premeditado, las heridas de brazos pudieron haber sido amenazas para llevarla hasta el monte y que ante una negativa de ella presenta un golpe en el orbital izquierdo, ese golpe debe haber sido ante una negativa de algo que se le pidió y se negó, y que ese fue el desencadenante, una forma de amedrentarla", aportó.

De todos modos, la jueza Ortega no aceptó la agravante propuesta por el fiscal, porque encontró que "no hay indicios (suficientes) de que se haya cometido el delito con móviles ni sexuales ni de hurto". En cambio, procesó al sospechoso por la agravante de alevosía, "porque hay un aprovechamiento de las circunstancias especiales y de la indefensión y vulnerabilidad en que se encontraba la joven, en un paraje totalmente desolado, despoblado, donde es muy fácil ocultar un ilícito", sostuvo.

Exámenes de sangre y ADN

La principal pista para identificar al asesino era una mancha de sangre en el pareo de la adolescente, que estaba dentro de la mochila que fue encontrada 15 días después de que apareciera el cuerpo. Pero los exámenes que se hicieron sobre eso no coincidieron con el ADN de los indagados de entonces ni con el Cachila, y los bancos de datos que tiene la Policía Científica solo permiten la identificación cuando una información genética o dactilar de su sistema coincide con una muestra tomada por motivos judiciales. En sus bases de datos solo están cargados los de personas que hayan sido enjuiciadas.

Queda pendiente saber a quién pertenece la sangre y el ADN encontrado en las pertenencias de Lola Chomnalez.

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