Andrés Moreira y María Amaro conforman un matrimonio que está al frente de una empresa vitícola y frutícola de escala familiar. Hace 20 años, aunque les hubiese gustado seguir produciendo solo en sus viñedos, tuvieron que diversificarse y sumaron la explotación de montes con manzanos y perales. También debieron dar otro paso, transformarse en feriantes para vender parte de su producción, de modo de evitar lo más posible años con pérdidas y alcanzar un margen de rentabilidad al menos mínimo, para mantenerse en el medio rural y darle mejores oportunidades a sus hijos.
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