Para la historiadora y subsecretaria de Cultura, Ana Ribeiro, intentar de traer de vuelta a la vida a José Gervasio Artigas con la ayuda de la inteligencia artificial es "una idea demencial".
"Es demencial la idea de que podés ir hacia atrás a una persona que lleva más de un siglo muerto. Y pedirle que te dé respuestas. Nadie en su sano juicio piensa que eso es factible. Salvo que creas que los muertos pueden resucitar". Así respondió a El Observador consultada sobre la posibilidad de pedirle a Chat GPT que responda como si fuera el prócer; algo que la herramienta hace tanto con rapidez, como con superficialidad.
Si se toma uno de los tantos retratos, como el oficial que realizó Juan Manuel Blanes en 1884 y que se expuso por primera vez al público en 1908, y se lo carga en la página MyHeritage con la IA Deep Nostalgia, Artigas se mueve. Mira hacia abajo, parpadea, levanta la frente y contempla.
En 2022, el periodista Mariano Durán Rivero y, su hijo, Marciano Durán Laxague, presentaron el libro Artigas cara a cara donde afirman tener "el primer rostro con validez científica de Artigas". Lo hicieron con la ayuda de la inteligencia artificial, a partir de un proceso que había empezado el médico oncólogo Osvaldo Arén y el retratista norteamericano, Stephen Mancusi.
Mancusi es un detective forense que "ha tenido a su cargo los trabajos más este importantes que por los que pasó el FBI en los últimos años", como el de la niña que desapareció en Portugal, Madeleine McCann, y los atentados a las Torres Gemelas, dijo el periodista Durán a Informativo Sarandí en noviembre de 2022.
Arén convenció al norteamericano que trabajara en su idea de conseguir un rostro fiel de Artigas. Mancusi pidió "fotografías de los descendientes" y retratos donde Artigas haya estado presente mientras se hacían. Solo uno responde a este requisito: el que aparece en el libro del francés Alfred Demersay: Histoire physique, économique et politique du Paraguay. El luego consagrado prócer tenía más de 80 años y estaba radicado en Paraguay.
Como en la imagen Artigas está de perfil, el retratista hizo una versión de frente. "A partir de ahí hay un segundo trabajo que es la regresión en la edad", contó Durán.
El resultado de este proceso es el que tomó el periodista con su hijo. "Ahí nos subimos al tren y le proponemos al doctor Arén que agregue un par de estaciones más a esta historia. Una: un libro. Dos: la inteligencia artificial".
Su hijo fue quien se encargó de utilizar la herramienta. "Lo que hace es justamente es recrear ese rostro a partir de programas que permiten tener esa expresión de una Artigas que se parece a alguien que nos puede cruzar por la calle. Nosotros decimos sí ese es Artigas, no tengan dudas", sostuvo Durán. El periodista dijo que no pueden saber si el rostro "es un 10" sobre 10. "Tal vez sea un 9, un 8,7, pero bueno los otros están en un 3 o en un 2".
Sin embargo, tanto Ana Ribeiro, como el historiador Leonardo Borges, señalan aspectos que ponen en duda el proceso que llevó al retrato publicado por Demersay, del que partió el retratista norteamericano.
Ana Ribeiro contó que un soldado visitó Paraguay durante la Guerra Grande junto a "una delegación muy numerosa". Allí se encontraba José María Artigas que quiso ir a la casa de su padre. El soldado, de apellido Bravo, lo acompañó y lo dibujó.
Es decir, su testimonio asegura que la ilustración en el libro de Demersay es suya y no del francés. Dijo que "Artigas había salido hacia el exterior, hacia el patio, porque se les terminaba la luz que había, que a él le divertía mucho que lo quisieran dibujar y que él estaba sentado en el patio rodeado de gallinas a las cuales les daba maíz", explicó la subsecretaria de Cultura, autora de Los tiempos de Artigas y El caudillo y el dictador.
"Pero se supone que lo tomó Demersay, quien además retrató en Paraguay también a Gaspar Rodríguez de Francia", que era el dictador del país.
Incluso aunque la imagen de Artigas viejo, de poncho, de bastón y de perfil, lo haya hecho el francés, Leonardo Borges pone en duda otro aspecto de lo que se piensa sobre el relato: su objetividad.
Según Borges, Demersay "era un viajero, un cronista, pero no un dibujante".
"Pero además de eso, quien retrata, relata. Y en este caso, si vos te ponés a mirar el libro donde está esa litografía de Demersay primero que coloca la litografía de Artigas al lado de la de Gaspar Rodríguez de Francia. Y después, cuando leés el libro, él lo trata muy mal a Artigas", continuó el historiador.
"Habla de que es un guerrillero intrascendente, que lo recordarán por su crueldad", sostuvo Borges, que escribió No ofendo ni temo: Artigas en la canción y el imaginario.
En el rostro al que llegaron los Durán, Artigas tiene los ojos celestes. En el retrato de Blanes, no se distingue el color. Según Ribeiro, el pintor "era muy minucioso cuando hacía reconstrucciones históricas" y pese a que "todos los documentos de la época dicen que Artigas tenía ojos claros", el color varía de acuerdo al testimonio.
"Unos le decían que los tenía verdosos con un centro más amarillento. Otros le decían que era más celeste. Entonces cuando sintió que no tenía los elementos suficientes como para resolver de qué color eran, los entornó".
La mirada era "fulgurante" según el testimonio de un diplomático brasileño que lo visitó en Paraguay cuando estaba "muy viejito". "O sea que no era una mirada cualquiera, no eran unos ojos claros aguados", añadió Ribeiro.
Según Borges, la pintura de Blanes "al principio fue resistida, pero después fue defendida por el poeta de la patria que era Juan Zorrilla de San Martín". "O sea el poeta de la patria defendía al pintor de la patria", sostuvo el historiador.
El hijo de Zorrilla de San Martín, el escultor y pintor José Luis hizo lo único que para Ribeiro puede hacer la inteligencia artificial: "una reconstrucción".
"Es una reconstrucción en base a un estudio de morfología y de huesos. Ha dado como resultado esos retratos también muy difundidos y muy preciosos. Que hay de Artigas, joven, más veterano, de frente, de perfil", aseguró.
"Este lo que hace hoy la inteligencia artificial es también eso, una reconstrucción verosímil. Pero no, no pasa nunca ninguno de esos retratos de ser simplemente verosímiles. Nunca vamos a saber de verdad cómo fue el rostro más joven, porque el único tomado del natural es el de Demersay", sostuvo Ribeiro.
"Y además a ese se lo empezó a modificar a los pocos años. Lo seguían reproduciendo, pero lo dulcificaban un poco, le arreglaban un poco la nariz, le hacían retoques estéticos, luego le fueron sumando pelo, le fueron agregando una boca menos hundida, como si tuviera más dientes", continuó.
"Hay toda una elaboración de la de la figura del héroe que responde a un proceso de idealización".
Respecto a reconstruir la otra dimensión del prócer, la intelectual, Ribeiro dijo que "a la verdadera voz del pasado no se llega nunca".
"Lo que he hecho durante muchos años es en base a la documentación reconstruir lo que fue, lo que pensó, sabiendo siempre que es una reconstrucción y que está mediada por mí en tanto investigadora", explicó.
Para el historiador Borges, pedirle al Chat GPT –la inteligencia desarrollada por OpenAI– que dé una entrevista como si fuera Artigas "puede ser muy divertido", pero no le parece que sea "valioso desde el punto de vista historiográfico".
"Hay un libro que sacó hace muchos años que era una entrevista a Artigas. ¿Pero qué había hecho el tipo? Se había leído todos los documentos y armaba las preguntas, y las respuestas con respecto a cartas de Artigas", contó el autor de No ofendo ni temo.
En el caso de la inteligencia artificial, Ribeiro dijo que tiene "una capacidad de sintetizar muchos saberes juntos que es muy difícil para una cabeza". "Es mucho más fácil para una máquina acumular esa cantidad de información y luego en base a eso hacer una respuesta" pero es justamente "ahí donde hay más debilidad".
La historiadora señaló que la herramienta recoge "la racionalidad, la intencionalidad del ser humano porque quien alimenta la máquina es quien de alguna manera va predisponiendo el tipo de respuestas que se obtienen".
Intentar devolver a la vida a Artigas en un chat con inteligencia artificial es algo "demencial" para Ribeiro.
"Nadie en su sano juicio piensa que eso es factible. Salvo que creas que los muertos pueden resucitar, pararse en un nuevo tiempo y comprenderlo: cosa que es imposible".
"A los ancianos les cuesta entender el tiempo de sus nietos y sus bisnietos habiendo vivido en él y llegan al final de la vida siempre con una gran incomprensión del presente. Imagínate si no estuviste y de golpe te parás y tenés que operar en un cajero automático, tenés que ver a un rapero cantando o tenés que entender una manifestación del Día del Orgullo Gay", alegó Ribeiro.
"¿Cómo le pueden pedir a Artigas que se pare en el presente? ¿Qué insolencia, no? Qué insolencia de pretensiones esa. ¡Qué absurdo! No se lo pedirías a nadie. No se lo pedirías al ancestro de tu bisabuelo, porque eso lo vas a pedir a Artigas".
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