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Mágica Isfahan

Isfahan es uno de los lugares de Irán donde apreciar la belleza y majestuosidad imperial de la antigua Persia en sus mezquitas, plazas, jardines y zocos
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30 de diciembre de 2018 a las 05:00

Para los amantes de la historia, Isfahan es un imperdible, por lo que significa en lo patrimonial pero también en lo bello de la conservación de sus edificios. A unos 300 kilómetros de la capital Teherán, en la zona central del país, este es un destino imprescindible en el enorme crisol de etnias y culturas que conforma Irán. Fue capital de Persia entre los siglos XVI y XVII y su nombre (Nesf-e-Jahan) significa “Medio Mundo”. Se encuentra a orillas del río Zayandeh, el cual cruza la ciudad, y sus puentes completan la belleza de la ciudad. 

Palacio Ali Qapu

La plaza Naghsh-e-Jahan, Patrimonio de la Humanidad de Unesco, domina la ciudad. Ubicada en el centro de la misma, su belleza y enormidad (tiene unos 500 metros de largo por más de 150 metros de ancho) son dignas de ser apreciadas tanto en la mañana, como en la luz del atardecer, y con la magia que otorga la iluminación durante las noches, escuchando el sonido de las aguas en movimiento de sus fuentes. Consta de dos plantas en las que se disponen cuatro edificios históricos: Mezquita Sheik Lotfallah; la Mezquita del Imam; la Puerta de Kaiseriyeh Bazar (mercado), y el Palacio de Ali Qapu. La Mezquita Sheik Lotfallah, del siglo XVII, construida durante la era del Shah (rey) Abbas, es considerada por muchos como la más bella de Irán. Uno de sus puntos destacados es la cúpula, en cuyo interior se puede ver un pavo real. Otra de las particularidades de este templo es que no posee minaretes (torres), y está comunicada con el palacio real por un túnel que atraviesa la plaza Naghsh-e-Jahan. El Palacio Ali Qapu es otra de las obras construidas por el rey Abbas en el siglo XVII, y se usó para realizar fiestas y honores a los visitantes del Shah, distribuido en seis pisos y con una gran terraza. De una enorme belleza arquitectónica y trabajo artesanal en la decoración de sus salas, este es uno de los monumentos imprescindibles para admirar el poder de los shah persas. La Mezquita del Imán es otro de los edificios principales que se encuentran en la plaza, considerada uno de los grandes hitos de la arquitectura persa, y goza también de la denominación de Patrimonio de la Humanidad por Unesco. Impresiona su mosaiquería e inscripciones sobre sus paredes. La Puerta de Kaiseriyeh Bazar es el ingreso principal a este lugar tan emblemático de la ciudad, uno de los más grandes y antiguos mercados de todo Medio Oriente, cuyo origen también data del siglo XVII. Su extensión abovedada de 2 kilómetros une la parte antigua de la ciudad con la nueva. La Puerta de Kaiseriyeh se puede recorrer a lo largo de la Mezquita del Viernes, la más antigua de la ciudad. El iwan (porche) sur con sus minaretes está decorado en tonos azules y turquesas. En el iwan oeste, una pequeña sala alberga el mihrab (nicho) del sultán Uldajaitu Khodabendeh y una mezquita de invierno. Es de destacar que en todos los alrededores de la plaza se despliegan artesanos y artistas de todo tipo, haciendo honor a la fama de Isfahan por ser uno de los centros artesanales del país. Las alfombras son la estrella de los productos artesanales, pero también lo son todos los objetos artesanales que se realizan, ya sean las clásicas miniaturas de hueso de camello, o los famosos Khatam Kari de madera. Más de un millón de artesanos se dedican a confeccionar alfombras, el gran patrimonio y orgullo del legado persa en Irán. Para los habitantes del país, pero también para el exterior, la industria de las alfombras en Irán funciona a las mil maravillas.  

Si-o-Seh

Otro de los atractivos de la ciudad son sus puentes, los que cruzan el río Zayanderud. Además de unir las orillas, estos lugares llaman al encuentro, tanto de visitantes como de locales; al atardecer, o ya iluminados por la noche los puentes constituyen un bello paseo, pese a que en gran parte del año el río se seca y no hay agua, las multitudes acuden de todas maneras. Los más famosos son el Pol-e Shahrestan, el Pol-e Khaju; el Si-o-Seh Pol (o Puente de los 33 Arcos); el Joui y el Pol-e-Maarnaan. 

Más que historia

Isfahan posee otros atractivos más allá de los históricos, como el barrio Jolfa, también conocido como el barrio armenio. Jolfa es el lugar donde ver y ser visto, lleno de boutiques de diseñadores internacionales, jóvenes portando sus ropas de marca, vehículos de alta gama, restaurantes de alta gastronomía y mucho glamour. Vale la pena admirar el enorme contraste entre esta zona y la histórica. También en este barrio se puede visitar la Catedral de Vank (o San Salvador), y la Iglesia de las Hermanas Santas. La Catedral se construyó en el siglo XVII como templo de los armenios que se refugiaron esta ciudad en esa época. Diferente a las mezquitas el interior posee pinturas, y en ella se representa la historia bíblica de la creación. Uno no puede dejar Irán sin haber fumado la tradicional pipa de agua, por supuesto donde nunca se juntan hombres con mujeres. Son lugares muy pintorescos donde se puede aprender a fumar narguile. Una gran particularidad local es el ‘Pahlevani’, un deporte combinado con atracción acrobática y religión, todo al mismo tiempo, que se practica en los Zurkhaneh (gimnasio cuyo nombre significa “Casa de la Fuerza”). Lo ideal es encontrar uno donde se practique y poder presenciar la actividad. Danza, deporte y acrobacias son algunas de las atractivas performances de este deporte local. Otro de los ‘secretos mejor guardados’ de Isfahan es el Hotel Abassi. Es el lugar donde tener una experiencia del lujo de otros tiempos (por lo menos 3 siglos hacia atrás); con su ostentosidad en decoración, jardines y servicios se colocan a años luz del Irán post Revolución Islámica. Lo más recomendable es alojarse en este hotel, pero es muy difícil conseguir lugar, por lo que se recomienda aunque sea ir a tomar el té y sentirse en otro mundo por un rato. Imperdible es el palacio Hasht Bihisht (ocho paraísos), una alusión a las ocho esferas celestes de la cosmología islámica, y como ya se ha visto, de las grandes obras arquitectónicas del siglo XVII. El Palacio de Chehel Sotún está instalado en uno de los parques de la ciudad. Fue construido para recibir visitantes diplomáticos y presidentes, y para esparcimiento en sus jardines

Datos a tener en cuenta para viajar a Irán
Para viajar a Irán es importante tener en cuenta algunas particularidades: las mujeres (tanto locales como turistas) deben cubrirse el cabello con velo (hijab), pero además deben estar de manga larga y pantalones, y para los lugares sagrados se les proporciona un chador (de la cabeza a los pies, cubre todo el cuerpo y no se puede dejar visible nada de cabello). Los hombres pueden utilizar mangas cortas (excepto en los templos sagrados donde se debe usar manga larga para hombres también), pero siempre deben usar pantalones. Los momentos ideales para visitarlo son en la primavera y el otoño del norte (invertidas a las del sur). En Irán no se aceptan tarjetas de crédito internacionales, lo más conveniente es llevar euros y cambiar a la moneda local, los riales iraníes. Se necesita visa para uruguayos que deseen viajar a Irán.  
 

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