Peligran vuelos en Aeropuerto de Carrasco por desabastecimiento de combustible

El sindicato de Fancap aplica desde hace varios días medidas que distorsionan el despacho normal de aerocombustibles a las plantas de distribución en el aeropuerto de Carrasco.

Según supo El Observador, esta semana solo se despachó combustible tres horas por día y por un volumen equivalente al 25% de lo habitual.

En el Aeropuerto de Carrasco el servicio lo prestan Ancap y la empresa Disa. Esta última abastece alrededor del 80% de las aerolíneas que operan en esa terminal área.

Las fuentes consultadas por El Observador indicaron que se está próximo a un “quiebre de stock”. Agregaron que si no hay una solución, en las próximas horas se tendrá que comunicar a las aerolíneas la imposibilidad de abastecerlas, en la medida que las reservas no sean suficientes para cubrir las necesidades operativas.

La situación puede complicar la operativa en medio de las vacaciones de julio. “Hay riesgo de suministro a las aeronaves que van a salir. Probablemente viernes o sábado  ya haya problemas, y por lo tanto (las medidas) afectan a muchos ciudadanos que tienen planeado su viaje de vacaciones”, dijo este jueves el ministro de Industria y Energía, Omar Paganini.

Por estas horas hay contactos a nivel del Poder Ejecutivo, y también entre Ancap y el sindicato por este tema. “El tema está complicado en serio”, dijo una fuente del sector consultada por El Observador.

Con la incorporación de un socio privado (se define este mes) Ancap apunta a  “revertir la situación económica deficitaria” que desde hace 20 años tiene esa área de producción de la empresa, y también a realizar las inversiones requeridas para restablecer la competitividad en el mercado nacional”.

El sindicato de Fancap se opone a esa estrategia y quiere que Ancap deje sin efecto el llamado a licitación. Una de sus propuestas centrales pasa porque el Estado complete la inversión para la instalación de un tercer horno en Paysandú, lo que permitiría reducir costos para poder ser competitivos a nivel nacional y regional, según se ha expresado en diferentes oportunidades.

Además se plantea que como el Estado es el principal consumidor de cemento del país, y  a su vez es productor, debe aprovechar esa situación para cubrir las necesidades en materia de vivienda, caminería vial e infraestructura.