La "Marcha de las Mujeres", avanzará dos kilómetros por el "National Mall", donde Trump fue investido como presidente el viernes, es testimonio de la polarización de la sociedad estadounidense.
Largas filas de casi tres cuadras para entrar a estaciones de metro como la de Bethesda, en las afueras de Washington, ya daban una pauta de la asistencia. Los vagones estaban repletos de mujeres cargando carteles que leían "¿Alguien ha visto mi máquina del tiempo?", "Mi cuerpo, mi decisión" o "Pelea como una chica", y en cada estación decenas de manifestantes quedaban fuera.
275.000 personas habían utilizado el sistema de metro a las 11h00, casi 50% más que para la investidura de Trump el viernes a la misma hora, dijo la autoridad del transporte, WMATA. Según el vicealcalde de Washington, Kevin Donahue, los organizadores aumentaron su estimación inicial de participantes de 200.000 a 500.000 personas.
La avenida Independencia de Washington, una de las mayores de la ciudad, estaba absolutamente repleta de manifestantes a lo largo de 1,5 km, y era imposible cruzarla, constató un periodista de la AFP.
Queremos enviar "un claro mensaje al mundo y a nuestro nuevo gobierno en su primer día en el cargo de que los derechos de las mujeres son derechos humanos", dijeron los organizadores.
"La marcha es una demostración de nuestra solidaridad y nuestra creencia de que Estados Unidos debe ser grande y debe respetar a todas las personas, de todos los credos y colores", dijo Lisa Gottschalk, una científica de 55 años que viajó desde Pensilvania para manifestarse.
Durante su polémica campaña, Trump fue acusado de toqueteo y comportamiento indebido por varias mujeres, despreció a una exMiss Venezuela por tener sobrepeso, insultó a los inmigrantes mexicanos, llamándolos "violadores" y "narcotraficantes", se burló de un periodista discapacitado y amenazó con cerrar las fronteras del país a todos los musulmanes.
Ya el viernes centenares de manifestantes protestaron contra Trump durante los actos de investidura. La mayoría de manera pacífica, aunque hubo choques violentos con la policía en dos protestas que terminaron con 217 detenidos.
La cantante Madonna también dijo presente en la Marcha de las Mujeres en Washington. "Sí, he pensado mucho en explotar la Casa Blanca", dijo la reina del pop en un diiscurso frente a los miles de manifestantes, antes de tocar algunas de sus canciones.
Unas 300 "marchas hermanas" se llevan a cabo en otras grandes ciudades del país, como Nueva York, Boston, Los Angeles, Park City y Seattle. Además, la convocatoria fue acogida fuera de Estados Unidos: australianos y neozelandeses dieron el sábado el pistoletazo de salida a la "Marcha de las Mujeres", previstas en todo el mundo.
Miles de hombres y mujeres se congregaron en Sídney y Melbourne, en Australia, y en Wellington y Auckland, en Nueva Zelanda, para protestar por el desprecio que Trump ha mostrado en múltiples ocasiones contra las mujeres.
"No sólo estamos preocupados por las mujeres", declaró una de las organizadores de la marcha en Sídney, Mindy Freiband. "Pensamos que muchas personas están amenazadas por este tipo de medidas", añadió, en alusión a algunos de los proyectos de Trump.
También se ha congregado gente en Londres, en Francia, donde se ven carteles que dicen: "Derechos para las mujeres americanas" y en Helsinki, Finlandia, donde se pueden ver carteles con la foto de Trump al lado de una de Hitler.
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