Desde los carteles de neón de un bar de mala muerte hasta el letrero de una obra arquitectónica sublime. Todo es válido para registrar en Fontly, una aplicación que pretende conservar las viejas tipografías; esas que están en todos lados de la ciudad y que hablan de un tiempo pasado.
Al menos esa fue la intención inicial de Brendan Ciecko, el desarrollador de la
app, que ya está disponible de forma gratuita en la
App Store de Apple y que pronto también podrá descargarse para Android, desde Google Play.
El
sitio web de la aplicación invita a los usuarios a “crear un archivo digital, viviente y colaborativo, lleno de ejemplos de tipos y signos únicos que hablan de una era pasada”.
Fontly invita a los usuarios a “crear un archivo digital, viviente y colaborativo, lleno de ejemplos de tipos y signos únicos que hablan de una era pasada
Por su parte, según dijo el creador de Fontly a la revista
Co.Design, las tipografías no solo sirven para señalar las tiendas o decorar edificios, sino que su propósito es mucho mayor: “De hecho, la tipografía de antaño está adecuada de forma única para contarnos historias a cerca de las ciudades y pueblos en los que vivimos”.
Para compartir
Más allá de su propósito, la aplicación no innova en su funcionamiento. Luego de descargar la
app a su iPhone, iPad o iPod Touch, el usuario saca una foto de la tipografía que encuentre atractiva, y le pone un nombre según las categorías disponibles.
Entonces, la imagen se “geolocalizará” automáticamente, y será añadida por Fontly al mapa y sitio de la aplicación. Luego, se comparte en Twitter, por ejemplo. Y la imagen ya es de todos.
Una historia para contar
“Luego de viajar de ciudad en ciudad, de país en país, comencé a darme cuenta de que hay una historia para contar a cerca de los lugares, la gente, y el tiempo… y esa historia vive en las señales”, contó a Co.Design el creador de Fontly.
Para él, las tipografías son parte del legado de la humanidad, dan sentido del lugar, y son “inspiradoras en varios niveles”.
Así, Fontly nació como una herramienta para conservar, difundir y adorar la historia, no solo para los diseñadores y amantes de las tipografías sino para “preservacionistas, arquitectos, estudiantes, y cualquiera que comparte esos valores”.