Son múltiples los motivos por los que una persona decide comenzar a realizar ejercicio. Pero más de allá de querer sentirse mejor con uno mismo, apuntar a una mejor la calidad de vida o buscar incrementar el rendimiento físico hay un objetivo que se repite una y otra vez: bajar de peso. “Tengo que hacer mucho cardio” se convencen fanáticamente los defensores del sudor –como garante de la pérdida de grasa–. En tanto, las pesas quedan relegadas a unos pocos, porque “hinchan”, “endurecen la grasa” y un montón de mitos más que, por supuesto, son falsos.
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